La Hermandad del Rocío de Gibraleón, más cerca de conseguir uno de sus sueños
EL ROCÍO
La filial rociera ha adquirido un solar en la localidad donde prevé edificar su futura casa hermandad
Ésta es la historia de la particular sede de la Hermandad del Rocío de Gibraleón
La Hermandad del Rocío de Gibraleón se reencuentra con su Simpecado tras un mes y medio de espera
La Hermandad del Rocío de Gibraleón ha dado un paso de gigantes para conseguir uno de los objetivos que se ha marcado la actual Junta directiva de la filial rociera que es contar una casa hermandad en la localidad olontense. Para ello, la corporación ha dado ese primer paso consistente en la adquisición de un solar ubicado en el número 47 de la calle Federico García Lorca, donde la Hermandad del Rocío de Gibraleón pretende iniciar la edificación después de Pentecostés del 2025, según ha aclarado la filial que pretende construir una planta baja con camarín para guardar la carroza del Simpecado y sala de Juntas, así como una planta alta para enseres, oficina y archivo.
“Tras esfuerzos y negociaciones, el día 24 de octubre de 2024 con la firma de las escrituras en la Notaria local de María José Ruiz, se ha cumplido el comienzo de un sueño, no solo de esta Junta Directiva, sino también de muchos rocieros, rocieras y olontenses, que con nuestro empeño, trabajo y aportaciones de nuestro generoso pueblo de Gibraleón, nos permitirá, con la bendición de la Santísima Virgen del Rocío, tener en un futuro cercano Casa de Hermandad en esta nuestra localidad, que será la casa de todos”, ha apuntado la filial olontense.
La sede canónica de la Hermandad del Rocío de Gibraleón es la ermita del Cristo de la Guadaña que se erigió en la localidad a mediados del siglo XVIII, casi 200 años antes de que la filial olontense se fundara. La propia filial cuenta en su página web la historia de esta edificación y esta advocación, el Cristo de la Guadaña, que se apareció en torno al siglo XVIII, y que no era una talla sino un lienzo de pintura, ante cuya presencia acudían personas, no solo de la comarca sino también de sus alrededores, como Portugal, para traerle limosnas en gracia por sus milagros.
La pintura se habría aparecido en una carnicería ubicada en una de las plazas de la localidad, llamada entonces Vieja. El lienzo mostraba la imagen de un cristo crucificado con una imagen de una muerte a sus pies con una guadaña en la mano y un letrero en el que podía leerse la frase ‘Mira que te mira Dios’. La carnicería sería trasladada a otro punto del municipio y el Arzobispado de Sevilla concedió licencia para construir una ermita en este lugar para la veneración del Cristo de la Guadaña, que se edificó a mediados del siglo XVIII. Mientras las obras se hacían, la pintura fue trasladada a la iglesia de San Juan Bautista, donde seguían acudiendo multitud de devotos.
Al igual que otras edificaciones de carácter religioso, la ermita sufrió las consecuencias de la Guerra Civil y la capilla fue saqueada sufriendo numerosos daños, entre ellos la imagen del Cristo de la Guadaña que fue destrozada. Un retablo de azulejos colocado en la fachada lateral de la ermita recuerda en la actualidad su imagen.
Tras la Guerra Civil, la ermita pasó a ser sede de la Hermandad del Rocío de Gibraleón y así ha continuado hasta nuestros días. En 2001, la sede fue sometida a un proceso de restauración. Hoy es uno de los lugares emblemáticos del centro de la localidad olontense, situada en la Plaza de España frente al Ayuntamiento.
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