La reliquia de San Juan Pablo II estará expuesta en el Santuario de la Virgen del Rocío
EL ROCÍO
Se ofrecerá para la veneración de los fieles en la eucaristía que se oficiará a las 19:00 horas
El recuerdo con el que un Santo dejó su huella en el Santuario del Rocío
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Si hay una fecha marcada a fuego en la historia de la aldea del Rocío y del Santuario esa es la del 14 de junio de 1993. Ese día visitaba la aldea el papa San Juan Pablo II en la que fue la última etapa de su viaje a Huelva. El Sumo Pontífice llegó poco antes de las seis y media de la tarde hasta la aldea mientras una multitud agolpada en la explanada del Santuario coreaba “¡Qué poderío, el Papa en El Rocío!”.
San Juan Pablo II tuvo oportunidad de postrarse y rezar ante la Patrona de Almonte y posteriormente dirigirse a miles de fieles desde el balcón que fue expresamente construido para esta visita en una esquina de la ermita y que desde entonces se reserva exclusivamente para visitas papales. Desde allí pronunció la ya mítica frase: “¡Que todo el mundo sea rociero!”, correspondida con los oles de la multitud. Fue ahí, en ese momento, cuando para siempre Juan Pablo II se convirtió en el Papa rociero, y para siempre quedó ligado a la Blanca Paloma.
Por eso en el día de ayer, festividad de San Juan Pablo II, toda la familia rociera celebró esta efemérides y desde el pasado año la Hermandad Matriz de Almonte lo hace con un retrato del pintor Raúl Berzosa. Pero, además, a lo largo del día de hoy, 23 de octubre, “estará expuesta durante toda la jornada la reliquia de primer grado que hay en el Santuario Nacional del Rocío de él y que se ofrecerá para la veneración de los fieles en la Misa de las 19:00 horas”, según ha anunciado la Hermandad Matriz de Almonte.
Las reliquias se dividen en tres tipos: las de primer grado, que son el cuerpo o los fragmentos del cuerpo de un santo o beato, como huesos, carne, cabellos y la sangre. Están las de segundo grado que son fragmentos de objetos que le pertenecieron, como un libro, vestimenta u otro. Y también las reliquias de tercer grado que son aquellos objetos que fueron tocados por el santo o beato.
Durante su visita a la aldea, San Juan Pablo II firmó un pergamino con una pluma estilográfica que hoy puede contemplarse en el Museo Tesoro de la Virgen del Rocío, ubicado en las dependencias del propia Santuario. La pluma fue donada a la Hermandad Matriz de Almonte por Juan Manuel Núñez Báñez, autor de la pintura del pergamino.
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