Las dos personas que recibieron a San Juan Pablo II en la aldea hace 31 años se reencuentran en el Rocío Chico

EL ROCÍO

Diego Capado y Francisco Bella durante la celebración del Rocío Chico.
Diego Capado y Francisco Bella durante la celebración del Rocío Chico.
J.M.M.

20 de agosto 2024 - 11:41

Almonte ha renovado un año más su Voto de Acción de Gracias a la Virgen del Rocío en agradecimiento por su intercesión durante los hechos acaecidos durante la invasión francesa hace más de 200 años. La Solemne Función Principal del Voto y la Procesión Eucarística por los alrededores del Santuario pusieron el punto y final a esta celebración.

La misa fue oficiada ayer, lunes 19, por el obispo de Huelva, Santiago Gómez, en una eucaristía que estuvo concelebrada por diversos sacerdotes, entre ellos, Diego Capado, quien fuera en los años 90 párroco de Almonte y capellán del Santuario del Rocío.

Su presencia en la aldea propició un encuentro con el actual alcalde de Almonte, Francisco Bella, que también fue regidor local durante la visita que hizo el papa San Juan Pablo II a la aldea del Rocío en junio de 1993, en una jornada, la del 14 de junio, histórica para la provincia de Huelva y para la familia rociera.

Tanto Capado, en su condición de párroco y capellán del Santuario, como Bella, en su calidad de alcalde, fueron entonces los encargados de recibir a San Juan Pablo II en la aldea y así lo rememoraron durante el encuentro que vivieron en la jornada de ayer. Y es que, tras darse un abrazo, Diego Capado dijo al primer edil en tono afable y cariños: “¡Hombre, Paco, los dos que recibimos al Papa!”.

Así lo ha expresado el propio Bella a través de sus redes sociales en una publicación en la que, además de contar cómo ha sido su reencuentro con Capado y las palabras que se han dedicado, acompaña varias imágenes de aquella histórica visita del papa a la aldea.

La visita a la aldea y al santuario de la Virgen del Rocío fue la última etapa de su viaje en Huelva. San Juan Pablo II llegó poco antes de las seis y media de la tarde hasta la aldea mientras una multitud agolpada en la explanada del Santuario coreaba “¡Qué poderío, el Papa en El Rocío!”.

San Juan Pablo II tuvo oportunidad de postrarse y rezar ante la Patrona de Almonte y posteriormente dirigirse a miles de fieles desde el balcón que fue expresamente construido para esta visita en una esquina de la ermita y que desde entonces se reserva exclusivamente para visitas papales.

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