Así estuvo ‘presente’ el papa Francisco en los cultos del Rocío Chico
EL ROCÍO
La patrona de Almonte ha lucido estos días un objeto personal del Santo Padre
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La aldea almonteña ha celebrado recientemente el Rocío Chico. Así es como se conoce el Voto de Acción de Gracias que desde 1813 el pueblo de Almonte renueva a su patrona, la Virgen del Rocío, en agradecimiento por su intercesión ante unos hechos acaecidos hace más de 200 años. En concreto, los sucesos que originaron el Rocío Chico datan de la Guerra de la Independencia, cuando las tropas francesas invadieron la península con el objetivo de instalar a José Bonaparte en el trono de España. Ante esta amenaza, los almonteños se encomendaron a la Virgen del Rocío trasladándola hasta la Parroquia de la Asunción en enero de 1809.
En abril de 1810, el pueblo se vio ocupado por las tropas del coronel Manteau y el capitán Pierre D'Ossaux. La opresión era intensa, pero el 17 de agosto de 1810, un grupo de patriotas tomó la iniciativa y se enfrentó a los soldados franceses; el capitán D'Ossaux fue abatido, y en el conflicto murieron varios soldados, mientras que otros fueron capturados.
La noticia de este enfrentamiento llegó al Mariscal Soult, quien ordenó un devastador ataque sobre Almonte con 800 soldados. En un acto de desesperación y fe, los almonteños se encomendaron a la Virgen del Rocío, rogando por su intercesión. Las tropas francesas se retiraron antes de llegar al municipio almonteño, al recibir informes de un supuesto refuerzo español. Este hecho, considerado un milagro por los almonteños, salvó al pueblo de la tragedia y en 1813, las autoridades civiles, eclesiásticas y la Hermandad Matriz de Almonte decidieron formalizar un voto de gratitud a la Virgen del Rocío.
Desde entonces, acordaron "pasar en la madrugada del día 19 de agosto de este año de 1813 y de todos los venideros en la ermita de Nuestra Madre y Señora, a cantar una solemne misa en acción de gracias", agradeciendo a la Virgen su protección, por haber salvado al pueblo de las represalias francesas, tal y como han vuelto a hacer este año.
Estos cultos se han prolongado hasta nuestros días con el rezo del Rosario en la noche del 18 al 19 de agosto y con una Solemne Función del Voto y Procesión Eucarística en la última jornada. Previamente, la Matriz celebra un triduo preparatorio desde el día 16.
Y en todos estos cultos ha estado ‘presente’ el papa Francisco. Lo ha hecho a través de un objeto personal. En concreto, un rosario que la Blanca Paloma ha lucido durante todos estos días y que ha sido obsequiado por el oficial de la Santa Sede, Salvador Aguilera, que predicó en la primera jornada del triduo.
Se trata del segundo Rosario con el que un Papa obsequia a la Reina de las Marismas, tras el que le regalara el Papa San Juan Pablo II en su visita al Santuario marismeño, el 14 de junio de 1993.
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