Así comenzaron los traslados de la Virgen del Rocío a Almonte
EL ROCÍO
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La aldea ha sido recientemente el escenario de la celebración del Rocío Chico, una fiesta la que cada siete años le sigue el Traslado de la Virgen del Rocío al pueblo de Almonte donde permanece un total de nueve meses antes de regresar a su Santuario. ¿Pero cuándo comenzaron a realizarse estos traslados?
La Hermandad Matriz de Almonte explica en su página web que “mucho antes de que la Virgen de las Rocinas adoptase la tradición de procesionar alrededor de la ermita como culmen de su romería, comenzó a ser traída a la villa de Almonte”. En estas movilizaciones, “la imagen era traída en procesión sobre los hombros de los devotos, a través del campo por un recorrido que se cifra en torno a los 15 kilómetros de distancia, para lo que hacía falta el despliegue de un importante esfuerzo de hombres que, en los años iniciales, agasajaban con alimentos sufragados con dinero de las arcas municipales”.
Es además en el marco de estos traslados en los que la Virgen del Rocío permanecía en Almonte en el que tuvieron lugar “las dos proclamaciones institucionales más importantes de su particular historia”, como es su nombramiento como Patrona de Almonte en 1653, y a la formalización del Voto de Acción de Gracias del Rocío Chico, en el que los almonteños conmemoran el milagro obrado en agosto de 1810, al librar al vecindario de ser masacrado por el ejército francés que ocupaba la villa.
La Hermandad Matriz de Almonte subraya que “los motivos de estos Traslados fueron inicialmente motivos de calamidad pública” y recuerda que se dio la circunstancia en 1738 de la Virgen del Rocío trajo tres veces y que en otras ocasiones se llevaba larguísimos períodos sin venir, de hasta quince o veinte años. “También hubo estancias prolongadas de la Virgen como la que se produjo después del Terremoto de Lisboa (1755-1760), mientras se levantaba la antigua ermita o durante la Guerra de la Independencia (1810-1813)”, apunta la Hermandad.
“Desde 1949, con motivo de la bendición de la parroquia de Almonte, tras las obras de reconstrucción llevadas a cabo después de su destrucción en la Guerra Civil, la Virgen ha venido al pueblo de Almonte cada siete, siendo en 1956 cuando se invoca por primera vez el tiempo transcurrido, y viniendo en 1963, con motivo del derribo de la antigua ermita. A partir de 1971 el rito se ha cumplido invariablemente, considerado un espacio de tiempo prudencial para que los almonteños gozasen en el pueblo con la presencia de su Madre y Patrona”, explica la Matriz.
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