El primer cardenal del Opus Dei visita el Santuario de la Virgen del Rocío

El santuario de la Virgen del Rocío es uno de los templos más visitados del mundo. La devoción a la Blanca Paloma es universal y cada año más de un millón de personas se dan cita en la aldea almonteña para celebrar la Romería del Rocío con motivo de la Fiesta de Pentecostés.

Por el interior del santuario han pasado para postrarse ante la Virgen del Rocío monarcas e incluso papas. No en vano, el pasado 14 de junio se cumplían 31 años de la visita de San Juan Pablo II a la aldea almonteña en la que pronunció su célebre frase tras su encuentro con la patrona de Almonte: “Que todo el mundo sea rociero”.

Los actuales reyes de España, don Felipe y doña Letizia, también pudieron rezar ante la Blanca Paloma con motivo de la visita que realizaron a Almonte en el año 2000, siendo incluso una de estas imágenes la elegida por la Hermandad Matriz de Almonte para felicitar al monarca por sus diez años de reinado.

Y esta semana, el santuario de la Virgen del Rocío ha recibido la visita del cardenal Juan Luis Cipriani, conocido, entre otros muchos detalles, por ser el primer purpurado perteneciente al Opus Dei. Según ha informado la Matriz, el cardenal “oró ante la Santísima Virgen, firmó en el libro de Oro de la Hermandad Matriz y visitó los Tesoros del Santuario del Rocío”. La hermandad recuerda que Cipriani fue arzobispo de Lima y Primado del Peru y es Cardenal presbítero de San Camilo de Lelis.

Cipriani fue arzobispo de Lima hasta 2019, año en el que el papa Francisco aceptó su renuncia al superar los 75 años de edad. Ordenado sacerdote y miembro del Opus Dei desde los 33 años, fue profesor de teología moral en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima y también capellán estudiantil.

Fue el papa san Juan Pablo II quien, en 2001, le crearía cardenal, pasando así a ser el primer purpurado del Opus Dei. Además, de 2013 a 2020 fue miembro del Consejo de Economía, creado por Francisco poco después de su elección como Papa.