"Me arrodillé ante un cuadro de Rothko"
Ágatha Ruiz de la Prada | Diseñadora
PLANEANDO A TUTIPLÉN. Ágatha Ruiz de la Prada (Madrid, 1960) tiene sello propio. Sus diseños son inconfundibles, igual que su carácter. Políticamente incorrecta, se mete en charcos por no controlar la sinhueso. Su última polémica puso brava a la comunidad gitana. No ha aprendido tras tantos años emparejada con un periodista poderoso que en boca cerrada no entran moscas. En Todo por un plan (La Esfera de los Libros) cuenta su vida y le arrea bien a Pedro Jota, apodado el Innombrable o el Innom. Quizás sería mejor terapia no mentarlo nunca...
–Todo por un plan. Suena a libro de autoayuda o a una dieta-milagro.
–No, es contar mi vida a través de la obsesión por los planes, que a mucha gente le puede parecer un escapismo, y en cierto modo lo es, pero es una manera de decir que lo importante es hacer planes; si te quedas en tu casa tienes mucho más peligro de deprimirte.
–Sale en la portada mitad tarta de bodas y mitad Estatua de la Libertad. ¿Tiene algún simbolismo?
–No, me gustó y punto. Lo bueno es que en todas las fotos que publico se ve que voy vestida de mí, es una autopromoción. La gente siempre le busca los tres pies al gato pero esa foto la puse porque me gustó.
–¿No está sobrevalorado el ajetreo continuo? En el sofá tampoco se está tan mal.
–El sofá es muy peligroso. Me encanta leer en la cama, pero claro la vida está pasando mientras estás en el sofá y te pierdes muchas cosas de trabajo, de amigos, de amores... Es muy peligroso encerrarte en tu casa. Abrirte te sirve para todo. A lo mejor hay gente que es tan fuerte que no lo necesita, pero creo que quien se queda en su casa al final lo acaba pagando muy caro.
–Ser Grande de España no es mal plan como tarjeta de visita.
–El 99% de la gente no sabe lo que es. A mí me conocen por Ágatha Ruiz de la Prada, no por ser Grande de España.
–Le pirra Yves Saint Laurent. ¿Qué lo distingue sobre el resto de diseñadores?
–Me pirra, con 16 años era fanática. Era lo que más me gustaba del mundo, me emocionaba cada cosa que hacía. Y tuve la suerte de ir a la inauguración de sus dos museos: el de París y el de Marrakech. Por cierto, este último es el monumento más visitado de Marruecos, imagínese, y es pequeñito.
–La moqueta de su piso de París es fucsia. ¡Vaya fantasía!
–Para mí el fucsia es lo que para otra persona es el negro o el blanco. El fucsia es lo habitual en mí, un color comodísimo para mí.
–El azul para mí, que soy un soso.
–Pues para mí es el fucsia. Estoy acostumbradísima a vivir en el fucsia desde que empecé con 20 años mi primer desfile y ya elegí el fucsia como mi color.
–¿Quién rompió el molde en la moda y decidió que rosa y rojo ya no era un puñetazo en el ojo?
–Eso lo rompió por ejemplo Yves Saint Laurent. Y Mark Rothko, de quien he sido muy fanática. Fui a una exposición en París y me arrodillé en el museo, mis hijos avergonzados diciendo para ya, para ya y yo de rodillas delante de un cuadro porque para mí Rothko ha sido la locura. También lo ha usado muchísimo Schiaparelli, Christian Lacroix, mucha gente... Pero básicamente Yves Saint Laurent.
–¿Cómo se venden 14 millones de... mecheros?
–Pues haciéndolo con Bic. Es muy importante la distribución y la suerte; a lo mejor lo haces dos años antes o tres después y vendes la mitad.
Cesare Romitti y Rupert Murdoch, dos hombres muy poderosos, han sido mis comensales más fascinantes"
–¿Mantiene la sana costumbre de hacer un guateque los jueves en su casa de Madrid o pasó a mejor vida?
–No, ya no tengo salud. Me dejaban muerta, muchas veces tenía una cena después y era como si me estuvieran clavando cuchillos porque cuando estás en una fiesta con 150-200 personas y acaba, la energía que le has dedicado a la fiesta te deja machacada.
–"Muchos hombres llevan fatal el éxito de las mujeres que tienen al lado". No se lo compro.
–Bueno, pero analícelo.
–Hay de todo.
–Insisto, analícelo.
–Quiero que le vaya muy bien a mi pareja.
–¿Y le va?
–Podría irle mejor, pero no le va mal. No todos los hombres somos así.
–Bien, usted cree eso y yo lo otro, por eso me está haciendo a mí la entrevista.
–Claro. Dedica el libro "a los señores que tanto me han divertido estos años, especialmente a José Manuel". ¿Tanto ha sido?
–He disfrutado bastante, sí.
–En su casa han cenado Giscard d'Estaing, Cela, Umbral, Florentino Pérez o Rafael Nadal. ¿De tantos ilustres comensales quién la fascinó más?
–Muchos, casi todos, ha sido fascinante en conjunto. Pero le diría que Cesare Romitti, que fue presidente de Fiat y un señor absolutamente inteligente, y Rupert Murdoch, por ejemplo. Uno en un momento dado fue el más poderoso de Italia y el otro fue a lo mejor el más poderoso del mundo.
–Impulsó la ley que equiparó a hombres y mujeres en la sucesión de títulos nobiliarios... pero se le olvidó incluir a la Jefatura del Estado.
–Ésa es otra lucha, pero creo que está bastante claro que lo quieren cambiar. En este momento no hay ningún problema porque hay dos niñas aunque estoy segura de que eso lo cambiarán en cuanto puedan.
–Se lleva estupendamente con Federico Jiménez Losantos, que se refiere a su ex marido como "el artista antes conocido como Pedro Jota". ¿Estamos ante el mejor ponedor de motes de España?
–Sí, me encanta.
–¿Planea volver a enfundarse un burka?
–No tengo ese plan de momento, tuve tanto éxito la primera vez que no vaya a ser que la segunda no lo tenga. Cuando me lo puse nunca pensé, como la polémica de ahora, que iba a dar para tanto lo del burka.
–Usted es muy conocida. Como habitual de la Feria de Sevilla, ¿cuál es el traje de flamenca más rompedor que ha lucido?
–He hecho algunos, soy una enamorada de la Feria y de la moda flamenca. Me encantan los trajes de sevillana y venir a Simof. Es el único traje regional que tiene una moda impresionante.
–La última. Se lleva muy bien con Ana Patricia Botín. ¿Me hace de enlace para una entrevista?
–Tampoco me llevo tan bien, ¿eh? Ya me gustaría.
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