“Fortnite’ es la metáfora que define el futuro del mundo”

Luis Moreno Ocampo | Ex fiscal de la Corte Penal Internacional

Luis Moreno Ocampo
Luis Moreno Ocampo / A. Martínez
Fátima Sigüenza

13 de enero 2025 - 06:59

Luis Moreno Ocampo fue fiscal en el juicio a las Juntas militares argentinas y el primer fiscal de la Corte Penal Internacional (2003-2012). Durante años enseñó en las universidades de Havard y Yale el funcionamiento de las instituciones internacionales. En Guerra o Justicia, Hacia el fin de la impunidad (Espasa), explica cómo interactúan guerra y justicia en Ucrania, Armenia, Iraq y Gaza.

–¿Existe realmente la justicia internacional?

–La idea empezó en Nuremberg, pero era una excepción. También fue importante la detención de Pinochet. Pero ahora no es el esfuerzo de un juez español, hay una instrucción permanente internacional, hay una justicia internacional que nos permite pensar que ésta no es un tropiezo de la realidad. ¿Te puedes quejar de cómo funciona? Sí, pero fíjate cómo funciona la guerra. Biden, que da millones en préstamos y armas a Israel, no consigue que haga una de las cosas que él pide. La justicia es más eficiente que la guerra.

–¿La guerra contra el terror lo justifica todo?

–Tenemos una idea absurda de que vamos a ganar al terrorismo bombardeando. La guerra contra el terror produce más terrorismo. El general Stanley A. McChrystal, que manejaba las tropas de los comandos en Afganistán e Iraq, explicó la matemática del insurgente: cuando matas a un terrorista, sus amigos y su familia se convierten en terroristas. Israel invadió el Líbano en 1982; mató 17.000 personas y logró echar al grupo de Yaser Arafat, pero el desequilibrio que produjo generó Hezbolá, que es peor.

–¿Hay límites legales en una guerra?

–Sí. No se puede hacer una guerra de agresión. La guerra de Ucrania es una guerra agresión, como fue la de Iraq. Está prohibida, pero no se puede juzgar. Los crímenes de guerra sí se pueden juzgar en la Corte Penal Internacional; inevitablemente, cuando hay una guerra, va a ver crímenes de guerra.

–¿Se está extralimitando Israel en su derecho a la defensa?

–Para mí, el ataque del 7 de octubre de Hamas es parte de un genocidio. Ahora, la respuesta de Israel es un grave error porque se extralimita. Pero el fiscal de la Corte Penal Internacional investigó un crimen mucho más básico: el crimen de guerra de bloquear el acceso al agua y a la comida a los gazatíes. Habría que seguir investigando los bombardeos, pero ya es un crimen de guerra por el sitio a la población de Gaza.

–Antes mencionó la ‘matemática insurgente’. ¿Puede ser un riesgo real en Gaza?

–Obvio. Los deseos de venganza se van a multiplicar.

–Con respecto a la solución de los dos Estados, ¿puede hacer algo la comunidad internacional?

–Hace falta un argumento nacional que se ponga en acción. EEUU dice que apoya los dos Estados, pero hace pocos meses vetó en el Consejo de Seguridad una resolución que reconocía a Palestina como un Estado.

–¿EEUU es parte del problema de que la guerra se mantenga como mecanismo para resolver conflictos?

–Seguro. EEUU desarrolló después de la II Guerra Mundial una industria militar de defensa. La guerra conviene.

–¿Debería imponer la UE su liderazgo frente al de EEUU? ¿Son diferentes?

–A mí me asombra que el Partido Verde alemán proponga guerra; que Finlandia, Suecia, países pacíficos, propongan guerra. Es absurdo. Hay que resolver el conflicto en Ucrania de otra forma. Europa tiene que pensar distinto. Hay que llegar a un acuerdo; es mejor un mal acuerdo que que se siga matando gente. Y no sólo eso, los presupuestos de Europa se van a ir en guerra en los próximos 10 años.

Si no paramos los flujos financieros que permiten comprar armas no vamos a parar el terrorismo”

–A Ucrania se le envía ayuda militar y económica. ¿Existe un doble rasero?

–Sí, por supuesto. Mientras pelean con Putin, le hacen un reconocimiento al presidente de Azerbaiyán, que ha cometido un genocidio, un crimen de lesa humanidad contra los armenios en Nagorno Karabaj y a nadie le importa. Se hacen los tontos. Le quieren comprar energía. Es una hipocresía absurda porque Azerbaiyán le compra la energía a Rusia.

–¿Cómo cree que va evolucionar la guerra en Ucrania?

–Expertos militares tenían claro en 2022 que el frente estaba estabilizado y no iba a haber muchos cambios. Se sigue matando gente y gastando millones en armas. Y la energía en Europa está cada vez más cara porque se permitió que se destruyeran gasoductos de Rusia. Estamos gestionando muy mal.

–Se han emitido órdenes de detención contra Putin y Netanyahu, ¿servirán?

–Los jueces no tienen ni bolsa ni espada. El impacto de una orden de arresto depende de la fuerza que le pongan los estados. Ha habido países que utilizaron órdenes de arresto para fomentar acuerdos. Obama usó la orden de arresto de Al Bashir para negociar que Sudán respetara la independencia del Sur de Sudán y ayudara a la guerra contra el terror; de esa forma, EEUU ignoraba el genocidio de Darfur, que se ha recrudecido y está vigente hoy.

–Estos conflictos mediáticos han puesto en evidencia la escasa efectividad de organizaciones internacionales como la ONU.

–Eso es un truco, es como echar la culpa al Madison Square Garden porque los Knicks jugaron mal. Naciones Unidas es un lugar de encuentro muy importante. La guerra está mal, es un error. EEUU está solo en proteger a Israel y Rusia estaba sola en protegerse a sí misma. El sistema de veto, que no va a poder cambiarse, está en crisis porque los países más grandes están usando la guerra para resolver conflictos. Fortnite es un juego donde que gana el que mata a todos los demás; es la metáfora que define el futuro del mundo.

–¿Hay guerras olvidadas?

–Cuando yo empecé a trabajar en 2003, Darfur era frente de página. Después empezó la primavera árabe, fue desapareciendo y se pasó a Egipto, a Libia, a Siria y cada conflicto oculta al anterior. Ucrania se va a olvidar por Gaza, el Líbano oculta a Gaza y si vamos a Irán lo va a ocultar todo.

–Como argentino, ¿qué opinión le merece el Gobierno de Javier Milei?

–Vivo Malibú, así que no tengo mucha actividad en Argentina. Participé en el juicio a las juntas militares. Cuando en 1983 Argentina empezó la democracia, el modelo era España. España resolvió por acuerdos de políticos; en Argentina se hizo juzgando a los militares; Sudáfrica lo hizo a su modo. Cada país encontró un camino. A mí me parece que España es un modelo a seguir porque tuvo una guerra civil y salió, tuvo un terrorismo fuerte como ETA y salió sin bombardear Bilbao; tardó 50 años, pero controló. El terrorismo internacional es una forma de crimen organizado y éste no se controla matando gente, sino controlando los fondos. No se investiga quién financia la compra de armas de Hamas. Por más que bombardeemos, si no paramos los flujos financieros no vamos a parar el terrorismo.

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