"No me voy a retirar jamás"
Charo López | Actriz
UNA DAMA CON TABLAS. Con más de ocho décadas a la espalda continúa sobre las tablas. Charo López (Salamanca), como indica el titular, no se retirará nunca. Una dama de la escena española desde que debutó en Ditirambo de la mano de Gonzalo Suárez en 1968. Desde entonces mantiene el idilio con la interpretación. Venerada por su papel en Fortunata y Jacinta y en Los gozos y las sombras, ganó el Goya por Secretos del corazón (1997). Con Verso a verso lleva años en el teatro.
–Dice Google que Charo López es una actriz, cantante y comediante argentina nacida en 1980.
–Me lo preguntan a menudo. No sé cómo se puede prestar a confusión.
–El documental de su vida se titula Me cuesta hablar de mí y a servidor le impone usted muchísimo. ¿De qué hablamos?
–Usted sabrá... Le dije a Chema de la Peña, cuyo trabajo es una preciosidad en Imprescindibles, que no me apetecía porque no he hablado nunca de mí; él me fue sonsacando y conté cosas que nunca había dicho.
–Llamarse Rosario con lo mal que lo pasó con las jesuitinas de Salamanca y criarse en la calle Prior es un contradiós del destino.
–Así nos llamábamos las chicas entonces: Concepción, Rosario, Soledad...
–Estudió Filosofía y Letras.
–Mi padre quiso que sus hijos estudiáramos, no sólo los chicos, y en Salamanca Filosofía y Letras tenía a catedráticos muy importantes como Artola, Lázaro Carreter, Real de la Riva... Se lo agradeceré toda la vida.
–Sacó matrícula de honor con Lázaro Carreter. Si don Fernando levantara la cabeza, le daría un patatús con las patadas a la lengua.
–Desde luego. A mí también. Me he hecho purista de escuchar la tele y leer la prensa. Hay gente con formación que sigue diciendo "vinistes tarde". Es terrible.
–En Salamanca hay leísmo.
–Laísmo, leísmo y loísmo son incorrectos, cada pronombre tiene su sitio.
–¿Cómo le apasionó tanto la interpretación siendo tan tímida y pusilánime, según dice usted misma?
–No tiene nada que ver. Hablar de mí me incomoda. Hice dos funciones de estudiante: Los inocentes de la Moncloa, de Rodríguez Méndez, fue mi debut, salí inquietísima y resultó estupendo; y Final de partida, de Beckett, también fue bien. Terminé la carrera en Madrid en el 65 e impartí clases, hasta que Gonzalo Suárez, amigo de mi entonces marido, Jesús García de Dueñas, me propuso hacer a Ana Carmona. Ni sabía de quién hablaba, Jesús me dijo que era la protagonista de Ditirambo y que aprendiera a decidir por mí misma. El guión me pareció tan bien, tan bien que hasta hoy.
–Fortunata y Jacinta, Los gozos y las sombras, La Regenta, La Colmena... ¿Qué le debe su carrera a la literatura española?
–Nada, son proyectos que hice y tienen que ver con la literatura. Tuve la suerte de hacer nada más y nada menos que a Mauricia la Dura en Fortunata y Jacinta, personaje riquísimo, y a Clara Aldán y a tantas y tantas...
–¿Charla Clara Aldán a veces con Torrente Ballester en el muy charro Café Novelty?
–Con la imaginación no necesito ir al Novelty. Don Gonzalo venía a veces a los rodajes, íbamos a comer y se interesaba, era una relación estupenda. Tengo un grato recuerdo de él y una admiración muy grande.
–Filmó Manuela, de Gonzalo García Pelayo, en la Andalucía de la Transición.
–Gustó muchísimo en Andalucía y de Madrid para arriba fueron más reticentes. Una película preciosa de una novela de Manuel Halcón.
–En Lo más natural se enamoraba de un hombre más joven. ¿Esa película se adelantó a su tiempo?
–En cierto modo sí. El guión era precioso y me encantó trabajar con Miguel Bosé. Ahora no creo que se hiciera una película así.
–Emilio Gutiérrez Caba ha recordado la huelga de actores que paralizó el teatro español hace 50 años. ¿La profesión es hoy más dócil?
–Ahora hay una bajada de brazos, menos activismo. Entonces luchamos para no hacer la doble función, era criminal: una de siete a nueve, cenábamos y a las diez la segunda. Era agotador y un actor cansado no va a ningún lado. Me tocó ir a un sitio con actores muy de derechas y fue horrible, me sacaron del teatro a patadas. Pero ganamos la huelga.
–Payasa de risa explosiva con piel de dramática rebelde. ¡Qué cómica hemos perdido, señora López!
–Hice algo en teatro, Tengamos el sexo en paz, una comedia extraordinaria de Dario Fo. También te encasillan, pero me hubiera chiflado hacer más, yo soy fundamentalmente cómica. Tengo mucho sentido del humor.
Soy fundamentalmente cómica y me hubiera chiflado hacerlo más; tengo mucho sentido del humor”
–¿Cómo es posible que en la televisión pública no tenga sitio un programa legendario como Estudio 1?
–Tuvo su momento y gustó muchísimo, pero lo suyo en el teatro es tener un escenario con proyección de voz, dimensiones, aforo lleno... Estuvieron los mejores, desde Prada, Prendes, Delgado, Puente, Bódalo, las Gutiérrez Caba, Carmen Bernardos... Hice alguno, no con mucha fortuna porque se me daba fatal lo de las tres cámaras en un plató.
–Si alguna vez se retirara, ¿elegiría teatro o cine?
–Todo: teatro, cine, comedia, bailes regionales... No me voy a retirar jamás. El teatro me vuelve loca.
–¿Qué tal con Verso a verso?
–Muy bien. La gira lleva bastantes años. Victorio Carbajo, un pianista, nos acompaña a Luis Santana, un extraordinario barítono, y a mí cuando recito.
–¿Su verso favorito?
–Imposible decir uno. Aunque Lorca me chifla, soy feliz cuando leo las Nanas de la cebolla de Miguel Hernández, me hace llorar siempre. Elegía a Ramón Sijé también me encanta.
–Mi abuelo, salmantino, decía que salvo mi abuela, salmantina, no había castellana guapa comparadas con las andaluzas. Imperdonable que se olvidara de usted.
–¡Uy! Le iba yo a decir un par de cosas a su abuelo porque las castellanas somos guapísimas. Dígaselo.
–Ya se lo diré...
–...Cuando nos vayamos al otro mundo.
–¿Fue de joven la Ava Gardner española?
–Me lo han dicho mucho, no sé, me han sacado tantos parecidos... Ava Gardner está a la cabeza de todos.
–Ha afirmado: "Vivir sola es un privilegio".
–Es muy difícil conseguirlo. A mí me ha costado y muchas veces lo interrumpí por tener compañeros a los que les ha gustado vivir en pareja y me he sacrificado. Vivir sola es estupendo.
–¿Echó en falta alguna vez no ser madre?
–No, tener hijos no tiene ninguna dificultad. Mi relación más estupenda empezó unos meses antes de Los gozos y las sombras. Ese asunto lo tuve que olvidar porque ya tenía unos añitos. Luego vino el viaje a Argentina y la maternidad se fue postergando, como les ha pasado a tantísimas actrices.
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