Análisis
Gumersindo Ruiz
Sería un error penalizar fiscalmente a las socimi
Arkano | Rapero
En su DNI pone Guillermo Rodríguez Godínez, Alicante 1994. Es conocido en toda América porque es el Rafa Nadal de las batallas de rimas. Un genio del freestyle. Junto a discos y grabaciones cuenta con dos libros, Asalto al vacío, ¿cómo he llegado hasta aquí y Castillos en el espacio. Terminó la carrera de Ingeniería Informática, pero lo suyo es rapear. Y Arkano viene de Arkanito. Su madre acuñó para su email el nombre de Arkana.
–En TVE acaba de hacer junto a Jordi Évole Proyecto Arkano.
–Estuve con tres chicos y tres chicas donde hemos tratado problemas generales de la sociedad a través de su experiencia y opinión: el machismo, la sexualidad, las redes. Y con ellos he utilizado la herramienta que descubrí para expresarme como el rap. Los puse a rapear. Fue divertido. Después hablamos con sus padres en las que les exponemos lo que sienten sus hijos. Y había opiniones que se enteraban en ese momento, por la brecha generacional. Proyecto Arkano es un programa con carga social y emocional.
–¿El rap se dirige más a los padres que a los hijos?
–Es justo lo que nos planteamos. Hay opiniones e historias de todo tipo. Si son opiniones vertidas desde el corazón interesan a cualquier generación.
–Usted forma parte de ella. ¿Cómo es la generación de jóvenes de hoy? Los mayores siempre estamos protestando contra vosotros.
–Es lo típico. Y nosotros, cuando seamos mayores, criticaremos a los jóvenes de ese momento. Y entonces diremos: “¡Ah, qué época la de Instagram, la de las redes sociales!. Qué bonito era todo;no ahora, que te lo implantan todo en el cerebro...” Yo siento que los jóvenes están mucho más al día, porque aprovechan la información y las herramientas de internet. Pero reconozco que hay una pérdida de ilusión por los cambios, por reivindicar. No sé si es porque venimos de las crisis y el panorama político da pie al desencanto, pero los jóvenes han bajado los brazos.
–¿Los mayores deberíamos orientar nuestro fatalismo?
–Los mayores deben motivar, observar las fortalezas de los jóvenes. Los padres siempre creerán que los hijos los miran con recelo. No deberíamos poner el foco tanto en lo negativo.
–¿Los jóvenes estáis muy preparados, pero preparados de manera muy distinta al baremo que teníamos generaciones atrás?
–Yo lo reafirmo: tenemos la generación más preparada de la historia. Están al día con avances que años atrás eran impensables, era ciencia ficción.
–Internet es una fuente de conocimiento infinita, pero falta responsabilidad.
–Pues internet sólo acaba de explotar. Estamos rodeados de millones de informaciones, de estímulos y no sabemos gestionar de qué manera enfocar toda esta fuente infinita de datos. Cuesta dominarlo como sociedad y también de forma individual
–Y usted personalmente, ¿cómo se ha preparado para el mundo actual?
–Yo terminé la carrera de Ingeniería Informática en la Universidad de Alicante. Me formé, pero nunca he ejercido la carrera; me centré en rapear, en publicar libros y discos. A fin de cuentas, mi vocación es comunicar.
–¿Y cómo se inicia alguien en el rap hasta dar con la tecla y convertirse en el maestro de la clase?
–Comencé a rapear por mi hermana mayor. Era un enano, tenía unos 8 años. Ella me introdujo en la cultura hip hop, en la música, en los grafitis.
–¿Y qué tal es como maestro rapero?
–Como maestro me ha sorprendido que los jóvenes son más echados para adelante de lo que pensaba. Normalmente, a la gente le da corte ponerse a rapear, pero en cinco minutos ellos ya estaban lanzados con la instrumental.
–¿Cómo se hace un rap? ¿Se buscan primero los temas, las rimas?
–Lo típico ante el folio en blanco es decir no sé de qué escribir. Bien, primero te planteas qué quieres contar a los demás, a tus amigos. Con unas ideas ya te va surgiendo cómo enlazarlo todo, vas fijando unas frases y las vas rimando.
–¿La improvisación se ejercita con memoria, con rimas básicas, con palabras en la recámara que siempre funcionan?
–Sobre todo, saber rapear requiere práctica. Hay métodos para la improvisación en el teatro, el jazz. Pero el rap, al ser un arte urbano reciente, aún no tiene manuales ni métodos de aprendizaje. Es cuestión de rapear y rapear.
–Y grabarlo todo...
–Si, es la mejor forma de perfeccionarse. Pero a mí no me gusta verme en los vídeos.
–¿Se vio cuando apareció por primera vez en El Hormiguero?
–Me daba mucha vergüenza. Dije como veinte veces “no pasa nada”. Lo tenía como muletilla. Estaba muy nervioso y en ese momento, como vas a mil, no te das cuenta de que te estás repitiendo. Me reñí a mí mismo.
–Ya no vuelve a decir “no pasa nada”.
–Es autoexigencia. Te curas en decir la frase al menos.
–Usted ha estado 24 horas ininterrumpidas rapeando. ¿Pero cuándo se dice que un rap se ha terminado?
–Hay de todo. Si es en un show no puedes pasar de los tres minutos, como una canción. La improvisación se basa en estímulos de creación y pasarte de tres minutos es agotar una buena idea.
–Usted comienza una frase... y después no sabe qué va a pasar.
–Pura improvisación. Yo arranco y las rimas me las voy encontrando.
–¿Algún espectador le puso en aprietos con alguna palabra imposible de rimar?
–No, pero en una ocasión en que estábamos el público y yo muy arriba, pidiendo palabras acercando el micro, le suelto a uno “venga una palabra, dímela tú”, y me responde “tú, que tienes la cara de un ñu”. Qué caramba. Me respondió y me insultó como un señor. Paré todo y nos tiramos por el suelo.
–¿Alguna palabra que se le atragante para rimar?
–Cuando me piden que rime algo sobre un pueblo y qué voy a decir de sitios que no conozco. Cuando me veo en aprietos me meto con alguien y salgo del paso.
–¿Tiene rima consonante para reloj, boj y carcaj?
–Consonante, no.
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