"Al sistema educativo le falta rendir cuentas"
Catherine L'Ecuyer, investigadora en Educación
-Estamos dispersos.
-Tan dispersos que hemos perdido el sentido de relevancia. Quienes usan muchas tecnologías a la vez son enamorados de la irrelevancia. Confundimos conocimiento con información. Para filtrar la información necesitamos el criterio de relevancia y, si no lo tenemos, esa información traga nuestra atención.
-¿No hay posibilidad de aliarnos con las nuevas tecnologías para educar?
-Las tecnologías pueden ser aliadas de una mente preparada para usarlas. Una persona está preparada para usar las tecnologías cuando sabe lo que está buscando y cuando tiene la fuerza de voluntad para decir no a lo que no está buscando.
-Su best seller Educar en el asombro ya dice mucho en el título, pero los niños ya no se asombran por sí solos. ¿Qué podemos hacer los padres?
-Es la pregunta del millón. A menudo lo preguntan los padres de adolescentes, cuando a veces han pasado años sin cuidar ese asombro. Se cuida respetando los ritmos de los niños, las etapas de la infancia, su necesidad de silencio, de juego libre, de misterio…
-¿No tenemos cierta obsesión por medidores como Pisa en nuestro país, donde salimos tan mal?
-No todo empieza y se acaba con una evaluación, y todas las evaluaciones tienen sus límites. De hecho, Pisa sólo mide cuatro ámbitos. Sé que existe alergia a las pruebas Pisa en ciertos sectores, pero yo no estoy en contra de indicadores de calidad y menos en la educación. Es una de las pocas maneras a través de la cual podemos de pedir a los políticos y a los que gestionan la educación que rindan cuentas. Y lo que más falta en el sistema educativo ahora mismo es el concepto de rendición de cuentas.
-¿Por qué?
-Porque llevamos media década con una especie de fiebre innovadora que nos hace dar por bueno todo lo nuevo. Muchos de los métodos que se están poniendo de moda no están respaldados por evidencias. La educación no es verdadera por ser innovadora, es innovadora por ser verdadera.
-¿A qué se refiere concretamente?
-La estimulación temprana, las tabletas, la creencia de que los tres primeros años son críticos… La lista es larga. La estimulación temprana se ha vendido desde hace años como una innovación educativa, mientras está condenada por la Academia Americana de Pediatría desde 1968. Medio siglo vendiendo algo considerado fraudulento por la comunidad científica y llamándolo innovación.
-¿Cómo es posible si colegios que usan esos métodos están en rankings?
-Porque esos rankings parten de criterios no científicos. Dan 3 puntos por digitalizar aulas y todos los colegios se apresuran en digitalizarlas para conseguirlos. La curva demográfica hace que se acentúe la competencia entre centros concertados y nadie puede quedarse sin esos puntos. Pero la pregunta es ¿cómo puede ser que tengamos tanta alergia a la evaluación objetiva mientras estemos tan preocupados por aparecer en un ranking que contempla factores sin fundamentos científico-educativos?
-Usted es canadiense. ¿Hay mucha diferencia entre la educación en España y en Canadá?
-En ambos países, la educación esta descentralizada por provincia o comunidad autónoma. Lo que es distinto es la oferta educativa en los colegios públicos. En Canadá, la pluralidad de la oferta en esos centros es máxima. En España, el debate educativo está muy ideologizado y hay huellas históricas que hacen que algo así aquí sería impensable. De hecho, España está en la cola en número de alumnos en centros públicos, un 68% frente el 81% de Europa y en Canadá más del 90%, precisamente porque quien busca algo distinto ha de pagar por tenerlo.
-Acudió como experta a la Comisión Educativa del Congreso. ¿Qué le dijo a los políticos?
-Que había que acabar con el conductismo y con el utilitarismo en la educación. Les recordé uno de los diálogos de Sócrates. "¿Por qué, Sócrates, quieres tocar la lira antes de morir?" Y responde Sócrates: "Para tocar la lira antes de morir". Hemos de volver a dar importancia a las humanidades. Nos perdemos en técnicas, métodos, herramientas y dispositivos. Quizás por eso hay tanta educación en las aulas y tan poca en los alumnos…
-¿Qué opinión le merecen las alternativas como homeschooling?
-No hay mucha cultura de homeschooling en España porque el marco legal actual no lo favorece. En otros países, es muy corriente y hay mucho apoyo legal y social para esa opción. Mi punto de partida es que los padres son primeros educadores y los colegios son medios subsidiarios para poder llevar a cabo el proyecto educativo de cada familia. El problema surge cuando confundimos colegios estatales con públicos. La batalla por la pluralidad educativa tiene poca salida mientras no se plantee desde la escuela pública. El caso es que no es muy creíble una plataforma de colegios concertados que invoca la libertad de escoger. Se les mira con recelo pensando que invocan una libertad que sólo ellos pueden comprar, pagándola de su bolsillo.
-Si el niño trae cuatro suspensos, ¿qué hacemos?
-Investigar qué pasó, por qué paso y cómo pasó. Hay relatos muy largos y a veces complejos detrás de la vida de cada niño. Pero le ha de importar a alguien hacerse cargo de ello y querer a ese alumno tal como es, al margen de sus notas. Todo niño tiene derecho a tener padres que conocen a fondo su relato y le quieren como es.
Potenciando el asombro de los niños
Catherine L'Ecuyer, canadiense residente en Barcelona y madre de cuatro hijos, es conferenciante por todo el mundo tras el éxito de sus dos libros: Educar en el asombro y Educar en la realidad. Hoy pronuncia una de sus conferencias en Cádiz, en el colegio San Felipe Neri. Cuenta con un blog que supera el millón de visitas y en él desgrana sus ideas sobre la educación y rompe con algunos mitos sobre la innovación. Uno de ellos, quizá el más célebre, es su postura contraria a la aplicación de las tabletas en las aulas.
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