Rajoy asegura que bajará los impuestos cuando las circunstancias lo permitan
El presidente del Gobierno insiste en que la subida del IVA era "imprescindible" y promete que los ingresos de este nuevo "sacrificio" no caerán "en saco roto" porque servirán para financiar servicios públicos esenciales.
El jefe del Ejecutivo y líder del PP, Mariano Rajoy, ha iniciado el curso político con un claro mensaje de optimismo, al prometer que la "dura" situación económica no se sostendrá en el tiempo y augurar que en junio, si todos hacen los "deberes", "las cosas estarán mucho mejor". Por quinto año consecutivo, y el primero como presidente del Gobierno, Rajoy ha acudido a la cita del PP en el castillo de Soutomaior (Pontevedra), que también ha dado el pistoletazo de salida a la carrera por la reelección como presidente de la Xunta de Alberto Núñez Feijóo.
En un discurso marcado por esta precampaña para las elecciones del 21 de octubre -aunque sólo ha citado los comicios gallegos y no los vascos- y que en buena parte ha dedicado a alabar la gestión de Feijóo, Rajoy ha vuelto a defender la necesidad de las duras medidas tomadas en sus primeros ocho meses en La Moncloa. Un periodo en el que, ha asegurado, se han "sentado los pilares de la recuperación" y se ha puesto en marcha "el mayor proyecto reformista y modernizador de la historia de españa".
Ha dicho ser consciente de las críticas que recibe por muchas de estas medidas, pero ha señalado que ahora la gente "sabe que hay un Gobierno que, al menos, tiene el coraje y la decisión" para tomarlas. Además ha vuelto a prometer que cuando las circunstancias lo permitan, que espera que "no sea muy tarde", volverá a bajar los impuestos que ha subido.
En el día en el que entra en vigor la que ha calificado como "dolorosa" subida del IVA, Mariano Rajoy ha insistido en que era "imprescindible" y no tenía, aunque quisiera, otra alternativa. Pero ha prometido que los ingresos que se obtengan de este nuevo "sacrificio" no caerán "en saco roto" porque servirán para poder seguir financiando servicios públicos esenciales como la sanidad y la educación y sufragar otros gastos como los subsidios por desempleo. El presidente del Gobierno ha lanzado por otra parte un mensaje a los gobernantes autonómicos, a los que ha pedido "rigor, lealtad y responsabilidad" así como prudencia en sus declaraciones, porque algunas, ha advertido, pueden hacer "mucho daño" al interés general.
Ante más de un millar de simpatizantes, militantes y dirigentes del partido en Galicia, Mariano Rajoy se ha comprometido a que el AVE a esta comunidad esté terminado en 2018. Y como "referente de equilibrio y responsabilidad" para el resto de las comunidades autónomas ha calificado Rajoy el Gobierno de Alberto Núñez Feijóo en Galicia.
De la mano de Feijóo, ha dicho, "Galicia abrió el camino para afrontar la crisis, sentó las bases para superarla y ahora lidera el camino de la salida" y por eso, ha augurado, seguirá siendo "el mejor presidente que podía tener Galicia en la peor crisis que cabía imaginar". El propio Feijóo ha destacado también el "rigor" en las cuentas públicas gallegas durante su gestión y ha asegurado que se presenta a la reelección "con las manos limpias" y con una clara cabecera electoral, la de centrarse en los que no tienen trabajo y lo pasan peor en esta crisis.
Feijóo ha respondido a los halagos de Rajoy con otros para él, al mostrarse convencido de que cuando el presidente del Gobierno entregue el balance de esta legislatura "España tendrá una posibilidad de recuperación económica a pesar de recibir el país en la peor situación económica de la historia". Tanto el jefe del Ejecutivo como el presidente de la Xunta han aludido en sus discursos al problema de las participaciones preferentes, en esta jornada en la que un grupo de afectados ha protestado en los alrededores del castillo.
Rajoy ha asegurado que este problema no habría pasado si él hubiera estado en el Gobierno cuando se comercializaron estos instrumentos para los particulares, mientras que Feijóo ha sugerido que los afectados no venían a protestar contra el Gobierno y la Xunta sino a buscar una solución porque saben que el PP se la puede dar. Ambos han culpado al Gobierno anterior de esta situación y se han comprometido a hacer todo lo posible para arreglarla, aunque Rajoy ha admitido que el Gobierno tiene que negociar la solución con "muchos" actores.
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