El karma de Sánchez empieza a fallar
Las claves
Pese a la capacidad de “resurrección” que tiene el presidente cuando vienen mal dadas, empiezan a verse signos de que se le abren frentes que creía cerrados
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Es osado, jamás se rinde, sus adversarios cometen errores de bulto y además muchos de los dirigentes socialistas con más prestigio, sobre todo los que han sido durante años las principales referencias del PSOE, anteponen su lealtad a las siglas que a cualquier otra circunstancia. Sin embargo, esa suerte de Sánchez, el karma, presenta síntomas de agotamiento.
Esta semana se han acumulado las malas noticias a un presidente que ha dado muestras sobradas de recuperarse y ponerse al frente del pelotón cuando todos le daban por muerto. Incluso sobrevivió a una expulsión de la Secretaría General del partido cuando fue pillado en falta en un comité que acabó con Sánchez saliendo de Ferraz con la cara desencajada por la humillación a la que le habían llevado sus propios compañeros. En los días siguientes llegó a pensar seriamente en tirar la toalla. Fueron también compañeros fieles, apenas un puñado, los que le empujaron a salir de un inicio de depresión que le había atrapado y luchar por volver a la primera línea. Contra todo pronóstico, lo consiguió.
También consiguió ganar a la supuesta imbatible Susana Díaz, y mantenerse en la Presidencia tras las elecciones del 2023 sin haber ganado. Acuerdos impensables con partidos más impensables aún, le permitieron seguir gobernando. Se comprende que exista la leyenda de que Sánchez es imbatible, puede con todo. Pero empiezan a aparecer indicios que podrían dar un vuelco a su imagen de que se sobrepone a todo lo que le echen y acumula cadáveres políticos a su alrededor.
Incluso una noticia relevante, conocida el jueves, ha pasado casi inadvertida: el Tribunal Europeo de Derechos Humanos considera legales y no desproporcionadas las decisiones del Tribunal Constitucional respecto a los independentistas que pusieron en marcha el llamado procés. Todo un varapalo a los partidos que hoy apoyan a Sánchez y que habían recurrido al TEDH para presentarse como víctimas de los tribunales y las instituciones españolas.
Si esa resolución no ha tenido el eco que merecía es porque se acumulan noticias de consecuencias imprevisibles, y aunque es necesario insistir en la capacidad de “resurrección” de Sánchez cuando vienen mal dadas, empiezan a verse signos de que se le abren frentes que creía cerrados. Con un ingrediente nuevo, la sordidez de algunas noticias protagonizadas por personas de su entorno.
Jessica, un problema de dinero público
Por ejemplo, todo lo relacionado con Jessica, la amante de José Luis Ábalos. Lo de menos ha sido el hecho de que tuviera una amante, lo que importa es que Ábalos la instalara en un piso que pagaba un comisionista importante como “conseguidor” de obra pública, que Jessica acompañara al ministro en viajes oficiales cobrando 1.500 euros por día y, más grave aún, que fuera contratada sucesivamente por sus empresas del Ministerio sin haber aparecido un solo día para ocupar el puesto que le habían asignado por contrato. Empresas públicas, y salario público.
Las noticias judiciales siguen y, aunque el fiscal general resiste porque se da por hecho que el presidente quiere que resista, no se sabe cuánto aguantará, pues se presentan problemas ante el recurso de amparo que pretende plantear ante el Constitucional para que anule la causa que le ha abierto el Supremo por posible delito de revelación de secretos. Se abre paso la interpretación de que el TC no puede aceptar el recurso hasta que el Supremo decida sobre el asunto. Así lo recoge la ley. Mala noticia para el fiscal general y, por tanto, para Sánchez. Pero hay más.
La vicepresidenta económica ha vivido una semana negra precisamente cuando ha sido elegida secretaria general del PSOE andaluz. María Jesús Montero inició su mandato con una espada de Damocles sobre su cabeza: los independentistas de ERC exigían la condonación de la deuda catalana para mantener su apoyo al Gobierno; Montero, muy consciente de que eso supondría una afrenta para el resto de los ciudadanos, pero pensando sobre todo en Andalucía, buscó una fórmula que le parecía adecuada para callar voces adversas: una quita de deuda de todas las autonomías, no sólo a Cataluña, por valor de unos 80.000 millones, vendiéndolo como un acto de generosidad del Gobierno hacia todos los españoles, un regalo. Los consejeros de Economía del PP pusieron los puntos sobre las íes: no se trataba de un regalo, sino que esos 80.000 millones habría que pagarlos, y además los porcentajes de la quita se han hecho partiendo de unos parámetros que favorecían a los catalanes frente a otras regiones.
El PP tuvo una reacción de calado político: acudió a la reunión del Consejo de Política Fiscal, pero cuando se inició el debate sobre la quita los miembros del PP se levantaron y se fueron: sólo debatirían sobre una nueva ley de reforma fiscal autonómica. E hicieron más: "Rescataron" de la hemeroteca declaraciones de Montero de cuando era consejera de Economía del Gobierno andaluz, en la que rechazaba una quita a la deuda porque, decía, lo que había que hacer en lugar de quitas era cumplir el compromiso de abordar de una vez la reforma de la ley.
Aún quedaban más momentos de amargura para el gobierno del PSOE. La Airef, organismo de prestigio, alertaba sobre la quita, no la consideraba conveniente y, además, desde las agencias internacionales, entre ellas Moody, la de mayor prestigio, se anunciaba que los inversores no aceptaban esa quita a los gobiernos autonómicos basada en intereses políticos y que España se exponía a bajar en el rating de países con mayor seguridad jurídica y económica.
Desde el exterior, Putin y Trump irrumpían indirectamente en el escenario político español: Vox hace meses apostó fuertemente por Trump, probablemente porque Abascal no pensó en las consecuencias exteriores. Trump y Musk han entrado en la política internacional como elefante en cacharrería, con una visión exclusivamente empresarial -y de enriquecimiento personal- para solucionar los problemas de Gaza y Ucrania, poniéndose al lado de Putin. Es decir, Abascal, muy cuestionado ya en su apuesta por el húngaro Orban -el gobernante europeo más cercano a Putin- ahora refuerza su posición pro Putin al abrazarse a la pareja Trump- Elon Musk.
En Vox se viven momentos muy convulsos, esta misma semana se han producido reuniones en las que se cuestiona la línea actual del partido, regresan las acusaciones de que las decisiones no se toman en la sede del partido, sino que mandan personas que no forman parte de la dirección. Vuelve la rumorología sobre cuentas poco claras, o gastos no suficientemente justificados. En resumen, crisis de imprevisibles consecuencias… pero que a nadie escapa que favorecen al PP. Todo ello mientras en la izquierda del PSOE Yolanda Díaz sigue haciendo políticas muy cuestionables, los casos Errejón y Monedero minan a partidos que suelen votar las iniciativas parlamentarias de Pedro Sánchez y cada los independentistas ponen cada vez más alto el precio a cobrar. En ese mundo de los socios del gobierno sí hay una noticia buena para Sánchez: Aitor Esteban será el nuevo presidente del PNV, y el hasta ahora portavoz parlamentario peneuvista mantiene muy buena relación personal y política con el presidente de gobierno. Sus 5 votos los tiene garantizados.
La pérdida del gurú
Para finalizar la semana, otro golpe, no menor, para el presidente de gobierno. Ha estallado el Grupo Prisa, donde Pedro Sánchez tienen sus mejores apoyos en el mundo de la comunicación, con El País y la Cadena Ser. Han salido del Consejo los hombres y mujeres de Sánchez en el grupo, y además su presidente Oughourlian, impulsor de la crisis, ha cloqueado el proyecto que promovía Moncloa de conceder al grupo una licencia de televisión.
No ha sido el único revés relacionado con la comunicación que ha recibido Sánchez está semana, porque la tarde del miércoles saltaba la noticia de que Feijóo le había "robado" a Aleix Sanmartín, el consultor político de moda, especializado en las nuevas tecnologías y en inteligencia artificial, instalado desde hace dos años, por iniciativa de Pedro Sánchez, en Ferraz. Es hoy uno de los hombres más buscado entre quienes se dedican a la política, y se le considera el "gurú" de Sánchez para asuntos electorales después de haber sido asesor de Juanma Moreno para alcanzar el gobierno andaluz y ayudar a Salvador Illa en Cataluña. Tuvo papel importante en la estrategia electoral de Sánchez en las pasadas elecciones de julio del 2023.
Feijóo llevaba varios meses tentándole para que trabajara para él, en el PP, y finalmente, Sanmartín aceptó.
Lo dicho: a Pedro Sánchez empieza a fallarle su karma. Aunque eso no significa que esté próxima su caída, el presidente del Gobierno entra en una situación de “veremos qué pasa”.
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