Portuguesa, diva e influyente, Carmen Miranda: la vida era un Carnaval
Natural de la localidad de Marco de Canaveses, cerca de Oporto, Miranda, estrella del Hollywood de los años 40 y 50, popularizó en todo el mundo la samba a través de sus llamativos modelos
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![La actriz y cantante de origen portugués Carmen Miranda](https://static.grupojoly.com/clip/0ba5361d-a364-481b-ab49-508bb8f7ee17_source-aspect-ratio_1600w_0.jpg)
Tocados imposibles de frutas tropicales, turbantes vivos, colores subrayados sin tapujos en sus combinaciones, estampados libérrimos, zapatos de plataforma, bisutería desatada. Cuando una drag queen, como las que ahora van reinar en los carnavales, se presenta ante el público se remonta a un siglo atrás cuando la portuguesa Carmen MIranda tomaba las calles de Río de Janeiro. Llenándolas de ritmo coloreado y colores sonoros, con su estilo y su sonrisa de hemisferio. De allí, de las calles cariocas, a Hollywood. Y de ahí, a la eternidad, en una vida bebida deprisa, llena de excesos, dejando el legado de su estilo que sigue siendo una sorpresa y una fiesta en cuanto aparece en sus números musicales. Incluso sus fotos vibran como sambódromo. La vida era un Carnaval para Carmen. La copian cada año.
Y tras el satén de sus fulares estaba una chica portuguesa del norte: Maria do Carmo Miranda da Cunha, nacida hace 116 años en la localidad de Marco de Canaveses, en el entorno de Oporto. Tierra acogedora, afable, pero que por entonces sufría los rigores de crisis económica que llevó a la famila a emigrar a Brasil, a buscarse en la vida en esa tierra donde los recursos nunca se acaban. Y donde la fiesta tampoco se apaga. La familia de Carmen abrió una tienda mientras aquella niña llega de la lejana Marco sentía la vocacón de la música y el baile.
"Fue una mujer revolucionaria, pionera. Con sus irreverencia, orginalidad, carisma rompió estereotipos y redefinió el papel de la mujer en el mundo del espectáculo, precisa Cristina Vieira, la alcaldesa (presidente de la cámara municipal) de Marco de Canaveses. Una localidad a la que nunca olvidó, cuyo nombre llevó por todo el mundo. "Sou uma garota de Marco de Canaveses", proclamaba esta estrella del Hollywood musical en technicolor, la primera mujer iberoamericana en tener su estrella en el Paseo de la Fama. Una mujer en colores cuando el mundo era gris cenizo. En su localidad natal se encuentra su casa museo en la que se reclama la trascendencia de una figura mundial rompedora.
Hace cien años que esta maestra del Carnaval iniciaba su labor animadora en las emisoras de radio brasileñas, llevando la samba a teatros y auditorios. Tai fue su primera canción global, la que le permitió firmar con RCA Victor en 1930. Con apenas 20 años era una de las figuras más conocidas en toda América. En los años 30 se fue fraguando su consolidación como estrella y en el inicio de la Segunda Guerra Mundial, con Europa cerrada, Hollywood puso sus ojos en la América Latina. Un descubrimiento de la América en español y portugués.
En la película Down Argentine Way (1940), asombró esta diosa de las frutas y los chirridos visuales. Su sitio estaba en Estados Unidos, donde la efusividad de Miranda hacía levantar los pies al público que la contemplaba en el cine. Y esos plátanos rebosantes en The Gang's All Here que despedía un erotismo impensable, predecesora de Gilda. Por supuesto que por España tardaron años en saber de la existencia de esta reina tropical. Tampoco en su Portugal natal, encorsetado por la dictadura mientras el resto del continente se desangraba. "Es una estrella que en Portugal se valoró años después y sigue siendo embajadora aunque muriera hace 70 años", señala el periodista luso y creador de contenido Tiago David.
Carmen, la carnavalera
En Brasil no entendían en ese contexto que Miranda abusara de tópicos pero finalmente su popularidad permitió que los sones carnavaleros se instalaran en el cine musical estadounidense y fueran valorados por el público de allá y por el público europeo de la posguerra, ávido de alegrías y optimismos. Todo eso, emperifollado de sensualidad, que mostraba Carmen. "Le dio magia a la samba y logró que se viera como un estilo musical para todos, no sólo para el mundo de los pobres", analiza Cristina Mendes, dueña del Hotel Constance House, legado del patrimonio artístico de Carmen Miranda. "Ella con su talento conquistó su espacio, donde todo le estaba permitido. Logró transformar muchas dificultades en oportunidades. Es orgullo e inspiración para cualquier mujer", agrega Mendes.
La cantante y bailarina de la samba y el choro fue icono de la moda. En concreto sigue siendo icono en influencia. Fue la pionera en los turbantes, en la joyería excesiva, en el brilli brilli. A día de hoy sigue inspirando a tantas drags queen que la tienen de referencia. La noche festera está representada en ella misma.
En lo sentimental no tuvo fortuna, como dirían las crónicas añejas. Su matrimonio con el productor David Sebastian, con el que se casó en 1947, fue problemático. Carmen no era una persona para tenerla atada. Los excesos de alcohol y medicamentos y del propio trabajo laminaron su salud, con episodios de depresión, ella que precisamente era la imagen del jolgorio. Sus continuos proyectos en el cine y en el teatro le pasaron factura y precisamente viniendo de actuar en un programa de televisión la muerte la encontró de puro agotamiento. El 5 de agosto de 1955 falleció cuando sólo tenía 46 años. Tras un desvanecimiento en el plató alargó una fiesta privada en casa rodeada de amigos. Se fue a dormir y no se despertaría. En Brasil tuvo un funeral multitudinario y repleto de sucesos. En su Portugal natal le aguardaba en ese momento la indiferencia y al cabo de las décadas, el respeto y el reconocimiento por haber sido una estrella indiscutible.
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