90 AÑOS DEL 'PLUS ULTRA' Huelva recibe a los héroes del vuelo histórico

La fiesta organizada solo tuvo su parangón con la celebración del IV Centenario El rey Alfonso XIII asistió al homenaje que se les tributa Llegaron en el crucero 'Buenos Aires'

El crucero 'Cataluña', donde iba el rey, delante del 'Buenos Aires', en el que llegaron desde Argentina los pilotos.
El crucero 'Cataluña', donde iba el rey, delante del 'Buenos Aires', en el que llegaron desde Argentina los pilotos.
Eduardo J. Sugrañes Huelva

04 de abril 2016 - 01:00

"La expectación que reina es inusitada. Ya han empezado a ocuparse habitaciones en los hoteles por forasteros que vienen a nuestra capital para ser testigos de la recepción oficial que se ha anunciado". Este era el ambiente que describía La Provincia en los días de vísperas del retorno de los héroes del vuelo del Plus Ultra: el comandante Ramón Franco, el capitán Julio Ruiz de Alda, el teniente de navío Juan Manuel Durán y el soldado mecánico Pablo Rada.

Los preparativos se hacían en Huelva durante la Semana Santa. La llegada estaba prevista para el 5 de abril de 1926, Lunes de Pascua, y todo sería grandioso. Se habían levantado arcos en homenaje a tal hazaña aérea, tanto en el Puerto de Huelva como a la entrada de la calle Concepción, junto a la parroquia. El Ayuntamiento y la Diputación se vistieron de largo en cuanto a exorno. La casa del alcalde Juan Quintero Báez (la actual sede del Colegio de Arquitecto) lucía una iluminación extraordinaria, lo mismo que la fachada del centro de la Agrupación Artística Álvarez Quintero, así como el Casino de Huelva, Círculo Mercantil, Centro Comercial, Centro Reformista o el Ateneo Popular. A ello se unían comercios y casas particulares. El ambiente era festivo y así se vivía en las plazas y calles de la ciudad, que lucían también una iluminación especial. En la Plaza de las Monjas, la Banda Municipal ofrecía "un escogido concierto" y la iluminación se extendía por palmeras y arboleda. La Provincia resaltaba: "El aspecto que las calles céntricas han presentado ha sido realmente fantástico".

En pleno Viernes Santo, a las seis de la tarde, cuando las cofradías debían estar en sus recorridos procesionales, hacía entrada en el Puerto de Huelva la escuadra española que rendiría honores: el Destructor Lazaga, el remolcador Cíclope, el cañonero Doña María de Molina, el torpedero 19 y seis submarinos B. Más tarde llega el crucero Cataluña y, además estarían en nuestras aguas el Delfín y el Vasco Núñez de Balboa.

Al día siguiente aparecen los hidroaviones que tomarían parte en el recibimiento a los aviadores del Plus Ultra. Un total de ocho aparatos, de la base de Mar Chica y de Barcelona. Crearon un gran ambiente con sus pasadas por el cielo de Huelva antes de amerizar. A estos se suman otros tres hidroaviones procedentes de Lisboa.

Nada parecido había tenido lugar en nuestro puerto desde que se celebró el IV Centenario del Descubrimiento de América. El raid aéreo había devuelto a la provincia su espíritu colombino universal y todo el mundo de nuevo pendiente de ella. El día 5 resultó una jornada festiva, ya que el comercio no abrió para que toda la ciudad pudiera disfrutar de este acontecimiento.

La Provincia también recordaba los actos de 1892 e invita a todos a participar: "Porque hemos de poner gran empeño en que nuestra ciudad escriba ahora, como en los días ya lejanos y gloriosos del Centenario, una brillante página de su historia, testimoniando una vez más los sentimientos de nobleza e hidalguía que le enaltecen".

Mientras se acercaba la jornada de recibimiento, los marinos que estaban en nuestro puerto eran agasajado con baile de etiqueta en el Círculo Comercial.

El Hotel Colón se había decorado de manera extraordinaria para el baile de gala, al que asistiría el rey y en el que el Ayuntamiento de Huelva serviría el champagne de honor.

A nuestra ciudad se habían desplazado representaciones de muchos puntos del país. El más esperado era el rey Alfonso XIII, que llegó en la mañana del día 5 a la estación. En coche descubierto recorrió las calles Odiel, Rábida, Primo de Rivera, Joaquín Costa, Concepción, Sagasta, Almirante Hernández Pinzón hasta el muelle, "siendo aclamado y vitoreado por el inmenso gentío que se agolpaba en el trayecto".

El crucero 'Buenos Aires', de la armada Argentina, donde venían los héroes del vuelo del 'Plus Ultra' entraba en la barra a la misma hora que el tren con el rey llegaba a San Juan del Puerto, quedando fondeado frente a la Torre de Arenilla. Alfonso XIII fue a su encuentro en el Cataluña. Las escuadrillas de hidroaviones y las de aviones de Cuatro Vientos y Getafe no cesaban de evolucionar alrededor del Buenos Aires, "siendo este un momento de indescriptible entusiasmo", como recoge la prensa. Los buques fondeados tocaban sus sirenas.

Se lamentó el accidente de un hidroavión de la base naval de Barcelona al sobrevolar el Buenos Aires a gran altura y se precipitó causando la muerte de su mecánico.

La comitiva real con los protagonistas del Plus Ultra salían a las once de la mañana del Cataluña para dirigirse a Palos de la Frontera y La Rábida, en los cañoneros Vasco Nuñez de Balboa y Delfín. Palos de la Frontera vivió una jornada histórica con las calles repletas de personas. Su Ayuntamiento nombró hijos adoptivo a los cuatro tripulantes.

En La Rábida el rey asiste al Te deum de acción de gracias rezado por el cardenal Ilundaim. Mientras, Manuel Siurot dirigió unas palabras de saludo al rey en nombre del pueblo de Palos. En el patio del monasterio de la Rábida, tras el recibimiento del presidente de la Colombina, Marchena Colombo, hubo sesión de la Real Sociedad Colombina presidida por Alfonso XIII. El monarca se trasladó por la tarde a Huelva, acudió al Barrio Obrero Reina Victoria, visitó las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús y la iglesia de San Francisco.

Los aviadores desde el muelle se dirigieron al Ayuntamiento, donde se le hizo entrega a Ramón Franco del nombramiento de hijo adoptivo de al ciudad. Se anunció que se les dedicaría a los cuatro sendas calles en la ciudad. Desde la calle Puerto los aviadores se dirigieron andando hasta la Plaza de las Monjas. Aquí se les hizo entrega a cada uno de ellos de unas artísticas medallas de oro regalo del pueblo de Huelva.

El reconocimiento más popular, en el que se involucraron todos los obreros de la ciudad, fue al mecánico Pablo Rada, al que se le ofreció un martillo de oro, para lo que se realizó una suscripción popular. En la víspera de la llegada el martillo se encontraba en el establecimiento de Justo Toscano, hasta donde acudieron los numerosos medios de información que se dieron cita en Huelva para dar buena cuenta de este hecho histórico. El afecto de los onubense se le mostró a Rada en la entrega del martillo que se produjo en el templete de la música de la Plaza de las Monjas.

La llegada de los tripulantes del Plus Ultra constituyó todo un acontecimiento que hoy recordamos.

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