Adoratrices: Un triángulo de tradición y modernidad a un paso del centro de Huelva

Con la demolición del antiguo colegio santa Maria Micaela de las Madres Adoratrices se perdió, no solo una de las señas de identidad de la Huelva del siglo XX, sino también el recuerdo de muchas generaciones de alumnas que cursaron sus estudios, desde la guardería hasta los cursos superiores en el centro.

"Tengo unos recuerdos increibles de aquellos años, nuestra vida era la de una cuadrilla de compañeras que se divertían y vivían la vida sin mayores preocupaciones", asegura Ana Suárez, alumna de la promoción de 1978. "Todavía me acuerdo del olor de las aulas y los libros, de la Hermana Carmen y de todas las demás, también del puesto de golosinas y churros que estaba en la salida, creo que todas acababamos allí después de clase".

Al tratarse de una de las zonas más altas de Huelva de la época, desde las instalaciones del colegio, que creció gracias al impulso del entonces párroco de la Concepción, Pedro Román Clavero, en 1925, podía divisarse barrios como Isla Chica y Viaplana, parte de la ría de Huelva y en el horizonte los pueblos de Palos de la Frontera y Moguer.

Reurbanización y modernidad

Hubo que esperar varias décadas para que en el solar en el que quedó el colegio se edificase el actual supermercado de la multinacional Mercadona. No fue el único signo de modernidad. Una importante urbanización alcanzó entonces a toda la actual avenida Adoratrices que hoy es un hervidero, no solo de viviendas, sino de pequeño comercio con cafeterías, peluquerías, bazares y restaurantes.

Gracias a ello, el barrio goza hoy de todo lo necesario para que sus vecinos y vecinas puedan disfrutar del día a día sin necesidad de salir de el, en una inmejorable situación y a apenas unos minutos del centro de Huelva. Parte de esa actividad, concluyó con la construcción del centro de salud de Adoratrices, un centro referente en medicina de familia moderna, con amplias instalaciones que da cabida a las necesidades sanitarias de la población de la zona.

Tampoco ha querido olvidar el barrio de Adoratrices de la urbanización amable, de casas bajas que contrasta con los grandes edificios de las últimas décadas. "Parece otra Huelva", aseguran sus vecinos. "Es tener la tranquilidad de vivir en un pueblo pero con todos lo que te ofrece una mediana ciudad a la mano. Estamos muy contentos de vivir aquí", asegura Antonio Ruiz, vecino de la zona.

Un albergue para mostrar las maravillas de Huelva

Parte del encanto de Adoratrices, además de ser un barrio pensado para la comodidad de sus vecinos y vecinas, es su capacidad para acoger a los visitantes y turistas que cada año nos visitan en diferentes fechas del año. La Huelva amable tiene su epicentro en el Albergue Inturjoven de Huelva, situado en la calle Marchena Colombo, 14, un espacio asequible a todos los bolsillos y equipado con toda clase de comodidades para que cualquiera que se hospede sienta que esta como en casa.

A pocos metros del alojamiento, se encuentra otro epicentro, esta vez de la educación pública como es el Colegio Federico García Lorca, un centro de enseñanza Infantil y Primaria que impulsa cada año nuevas promociones y generaciones de onubenses, cada vez más preparados en ámbitos como los idiomas o la tecnología sin olvidar los valores humanos y cívicos que se proyectan desde sus aulas. "Los padres estamos encantados con el día a día del colegio, los profesores están muy comprometidos no solo con lo académico sino con la forma en que se van desarrollando nuestros hijo", asegura Mari Carmen García, madre de un alumno y un exalumno del centro. "Mi hijo mayor salió hace dos años del colegio y sus antiguos profesores todavía me preguntan como está y seguimos en contacto, es un cambio muy importante el paso a la ESO, a otro centro pero ellos lo ponen todo más sencillo tanto para los alumnos como para las familias".

El futuro del barrio pasa también por una importante remodelación en el transporte para descargar a la ciudad y al barrio del tráfico rodante. El Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS) de Huelva contempla la construcción de un túnel subterráneo bajo el Cabezo Mondaca con el objetivo de canalizar los tráficos procedentes de la A-497, la autovía que une Huelva y Punta Umbría. El objetivo es canalizar los tráficos provenientes de la A-497 con dirección al centro de la ciudad. La entrada estaría frente a la plaza de toros y la salida en el entorno del barrio de las Adoratrices, algo que descargaría a la zona.