Jaque al aburrimiento: El gambito de dama se mete en la escuela
26 colegios de Huelva participan en el proyecto 'aulaDjaque' que introduce el ajedrez en la educación
El proyecto ‘aulaDjaque’ lleva el ajedrez a la escuela convirtiendo el juego en una nueva y potente herramienta educativa válida para casi cualquier materia
Igual no lo saben, pero, además de una serie de Netflix sobre la vida de la huérfana y prodigio del ajedrez Beth Harmon, el gambito de dama es una apertura de ajedrez que se caracteriza por los movimientos 1.d4 d5 2.c4. Sí, ya. Suena a chino. Pero lo cierto es que una vez que se conocen los movimientos del noble juego, esta definición la puede entender hasta un niño. De eso se trata: de juegos y de niños. A decir verdad, a muchos de ellos, a sus padres o incluso a sus profesores, el ajedrez ni les iba ni les venía hasta que le dieron al play a la famosa serie de Netflix, que ha tenido (está teniendo) mucho que ver con el auge de un juego apasionante en toda España. Pero antes, mucho antes, el ajedrez ha demostrado su enorme potencial como instrumento para desarrollar habilidades cognitivas y sociales. ¿Que no? Hay decenas de estudios muy concluyentes sobre la relación entre el ajedrez y la mejora del rendimiento académico del alumnado: mejora la memoria, la capacidad de concentración, la toma de decisiones y la aceptación ante el error, la atención y la reflexión, la visión espacial de la realidad, la resolución de problemas, el razonamiento matemático, el pensamiento creativo, la autoestima, la capacidad crítica, la iniciativa o la empatía, entre otras muchas.
Esta vez ni siquiera las instituciones han dejado pasar el detalle. En marzo de 2012 el Parlamento Europeo tomó la decisión de recomendar la inclusión del ajedrez en el currículum educativo porque, es textual, “puede mejorar la concentración, paciencia y persistencia, y puede ayudar a niños y niñas de cualquier edad a desarrollar el sentido de la creatividad, la intuición, la memoria y las competencias”. Algo menos de un año después, en febrero de 2015, el Congreso de los Diputados español adoptó de forma unánime (sí, parece un milagro leer eso hoy en día) la resolución de recomendar el ajedrez como herramienta pedagógica en todos los planes educativos del Estado. El turno del ajedrez educativo para Andalucía llegó en el curso 2017/2018, con la presentación del programa ‘aulaDjaque’, una iniciativa, enmarcada en el programa de Innovación Educativa de la Consejería, que nace con el objetivo de facilitar al profesorado andaluz un recurso pedagógico que convierta la clase en un espacio en el que los niños, incluso desde Educación Infantil, descubran el ajedrez desde un enfoque transversal y eminentemente lúdico y creativo. No se trata de enseñar a jugar al ajedrez u organizar competiciones, que para eso están los clubes, sino de integrarlo como materia en el currículum educativo. “Hace unos años, el ajedrez en los colegios se limitaba a practicarse como una actividad extraescolar, pero cada vez está aumentando más su uso dentro de las propias clases, o incluso como asignatura, por los beneficios que aporta al desarrollo del alumnado”, asegura José Carlos del Arco, monitor autonómico de ajedrez en centros escolares y campeón provincial. Confía en que el ajedrez educativo termine formando parte del día a día de todos los colegios: “aún no se ha visto todo su potencial, pero la forma en que se está implantando en los colegios ya hace suponer que está siendo muy bien acogido por los profesores, y eso es porque funciona”.
La creciente curiosidad por el ajedrez se está apreciando en los clubes de la provincia (hay siete, tres en la capital y cuatro en la provincia), pero también en las escuelas. En Huelva más de 6.100 alumnos se están beneficiando en este curso de las bondades del ajedrez educativo. 26 centros lo han incorporado ya como herramienta transversal en sus aulas y más de 250 profesores onubenses lo utilizan en sus clases. La previsión es que esta presencia siga aumentando, a pesar de que este año se haya visto mermada por la omnipresente pandemia. Van cuatro cursos ya desde que aulaDjaque se pusiera en marcha. “El primer año ya arrancó muy bien, con mucho interés por parte de los centros, pero es que los dos siguientes el número de colegios participantes creció exponencialmente, y creo que seguirá haciéndolo”, explica José Antonio González Soriano, uno de los coordinadores del proyecto en la provincia. No le faltan motivos para pensarlo. La experiencia para los profesores “está siendo tremendamente positiva. Están muy contentos por disponer de nuevos materiales, nuevos instrumentos con los que han logrado recuperar el interés del alumnado en sus materias”, pero quizás sea más sorprendente la reacción de los niños: “El ajedrez está teniendo una aceptación fantástica. Podría pensarse que lo pueden ver como algo anticuado en comparación con los videojuegos, difícil o raro, pero es al contrario: están encantados. No sé muy bien por qué, pero el ajedrez no solo gusta, sino que fascina a la inmensa mayoría del alumnado: la estrategia, las piezas, el tablero… Para ellos es muy divertido”.
Pero… ¿de verdad es tan útil para aprender? Quizás el uso de un tablero y unas piezas de ajedrez pueda parecer más verosímil en asignaturas como las matemáticas, pero la realidad es que el potencial del juego es mucho mayor. “Hay mucha bibliografía al respecto de las ventajas de usar el ajedrez en las aulas. Se ha demostrado que incluso mejora las capacidades lingüísticas. La realidad es que es válido como herramienta en todas las competencias educativas: las matemáticas, la lengua, las competencias sociales, cívicas e incluso las digitales, y de una forma mucho más atractiva”. Por ejemplo, José Antonio González, que es profesor de la Escuela de Arte León Ortega, utiliza el ajedrez en sus clases de Ciudadanía para educar en valores como el respeto al oponente, el diálogo, la empatía, aprender a ganar y a perder o la responsabilidad ante las decisiones que se toman: “cuando mueves una ficha ya no hay vuelta atrás y tienes que asumir las consecuencias”. Existen “múltiples transversalidades” sobre temas que con el ajedrez “se plantean de una forma muchísimo más atractiva”. Atención a la diversidad, autoestima... El uso de un tablero en la escuela xx hay un valor esencial que solo el ajedrez potencia hasta el límite, si lo tuviera: la creatividad. El número de partidas distintas que puede darse en un tablero es de 10 elevado a 123 (un valor superior al número de átomos en el universo conocido. Poca cosa, vaya). Con este dato es fácil entender que incluir el ajedrez en el aula propicia de inmediato la creatividad y el pensamiento lateral del alumnado.
Las posibilidades del ajedrez educativo solo están limitadas por la imaginación del profesorado, y ni siquiera eso, ya que el programa dispone de una plataforma virtual en la que continuamente se van compartiendo ideas y experiencias sobre cómo incorporar el ajedrez a las asignaturas. AulaDjaque es una práctica docente innovadora, sí, pero pretende, en última instancia, lo de siempre: enseñar a pensar: “El ajedrez educativo promueve, entre otros muchos valores, la motivación, el afán de logro, el respeto, la autocrítica, la responsabilidad y el autocontrol”, explica González Soriano: “incide en el valor pedagógico que emana del proceso de la toma de decisiones y de sus efectos, algo que ocurre en cada jugada del tablero”. El programa se aprovecha, desde un punto de vista pedagógico, de un aspecto clave en el milenario juego: en el ajedrez no hay modo de buscar excusas que justifiquen una mala decisión, por lo que “el alumno o alumna debe aprender obligatoriamente a aceptar sus errores, a ser responsable de sus actos (de cada una de sus jugadas) y a analizar las causas que han podido influir en su derrota”. Desde este ejercicio de autocrítica “podrá buscar futuras soluciones a problemas parecidos que encontrará de nuevo en el tablero” y, por supuesto, a lo largo de su vida, cuando ya no sean niños sino personas adultas que, un día, tuvieron la suerte de toparse con el ajedrez.
También te puede interesar
Lo último