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Alájar, un lugar de poder en plena Sierra de Huelva

Huelva Paranormal

La Peña Arias Montano fue hogar del bibliotecario del rey Felipe II, conocido por sus intereses en la alquimia y el eremitismo

Un investigador captó psicofonías en la Peña de Arias Montano en las que una voz masculina pedía auxilio

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La Peña de Arias Montano, en Alájar. / M. G.
José Manuel García Bautista

09 de junio 2024 - 10:33

Huelva/En el corazón de la Sierra de Huelva, donde la naturaleza se funde con la historia y la fe, se encuentra el bello pueblo de Alájar. Un enclave único que atesora un tesoro inigualable: la Peña de Arias Montano.

Sobre esta imponente peña se alza el santuario de la Virgen de los Ángeles, Reina de este enclave serrano. Un lugar de recogimiento y oración que desde tiempos inmemoriales ha sido refugio de eremitas en busca de paz y sabiduría. Entre ellos, cabe destacar la figura de San Víctor, quien en el siglo V encontró en este paraje la tranquilidad que anhelaba.

Más tarde, otro ilustre personaje, Benito Arias Montano, bibliotecario del rey y estudioso de la Biblia, hizo de la Peña su morada, dando nombre a este lugar místico.

A diferencia de la mayoría de las villas y aldeas que surgieron por motivos militares o defensivos, Alájar nació al calor de la fe. La devoción a la Virgen de los Ángeles fue el motor que impulsó su creación, como se refleja en los escritos de la Hermandad Reina de los Ángeles: "Desde el principio, el Hombre quiso consagrar a Dios, a través de la devoción a Nuestra Señora de los Ángeles, impresionado por tanta belleza y tan amplios horizontes".

Un refugio en tiempos difíciles

La imagen de la Virgen ha sido siempre un faro de esperanza para los habitantes de Alájar y pueblos vecinos. En tiempos de tribulaciones y necesidades, como epidemias o sequías, la Virgen se convertía en su refugio. Así lo atestiguan escritos como el de J.M. Pablos Moreno en 1844, donde se describe el Desierto de la Peña como un lugar de peregrinación para implorar favores divinos.

En la ermita de la Virgen de los Ángeles se acumulan los exvotos, ofrendas de los fieles que han visto sus plegarias atendidas, algunas de ellas de forma milagrosa. Estos testimonios de fe son un recordatorio del poder de la devoción y la fuerza que emana de este lugar sagrado.

Alájar invita a un viaje interior, a conectar con la naturaleza y la espiritualidad en un entorno de paz y belleza sin igual. Un destino perfecto para aquellos que buscan alejarse del bullicio y encontrar refugio en la fe y la tranquilidad.

La Peña de Arias Montano: Un lugar envuelto en misterio

La Peña de Arias Montano no solo lleva el nombre de este ilustre personaje, sino que también fue su hogar. Arias Montano, bibliotecario del rey Felipe II, era conocido por sus intereses en la alquimia y el eremitismo. Solicitó permiso para regresar a Alájar, pero el rey se lo negó, posiblemente temiendo que perfeccionara sus prácticas esotéricas. Se dice que Arias Montano tenía una habitación junto a la ermita donde guardaba documentos esotéricos e incluso personales.

La imagen de la Virgen de los Ángeles también está envuelta en leyendas. Una de ellas cuenta que no se trata de una obra francesa del siglo XII o XIII, sino que fue entregada por los ángeles a un pastorcillo.

Otra leyenda afirma que el propio rey Felipe II visitó a Arias Montano en la Peña, y que el bibliotecario dejó un mensaje escondido entre los libros de la biblioteca de El Escorial con un importante descubrimiento esotérico.

La curiosidad por estas historias ha impulsado a muchos, especialmente aficionados a los misterios, a realizar investigaciones en la Peña de Arias Montano. Uno de ellos es Francisco Pérez, maestro jubilado y autor de libros como Huelva: guía para visionarios, Grial o El juego de la oca.

En una ocasión, Pérez acudió con un grupo de amigos a la Peña y colocaron un magnetófono con cinta virgen dentro de las cuevas. Al escuchar la grabación al día siguiente, se oían ruidos de tambores y voces.

Más experiencias en La Peña

Miguel Ángel Paredes Cruz, un investigador de lo paranormal, se encontraba en la Peña de Arias Montano. Su objetivo era captar psicofonías, esas voces psicofónicas que algunos creen que son mensajes de ultratumba.

La noche era fría y oscura, solo la luz de la luna y su linterna iluminaban el camino. Miguel Ángel colocó su equipo de grabación en un lugar estratégico y comenzó la sesión. El silencio era sepulcral, solo roto por el crujir de las ramas y el canto de los búhos.

De repente, un escalofrío recorrió su cuerpo. A través de los auriculares, escuchó un sonido débil, casi imperceptible. Era una voz masculina, profunda y resonante, que parecía provenir de las mismas rocas de la Peña.

"Ayuda... ayuda...", susurraba la voz. Miguel Ángel subió el volumen, conteniendo la respiración. La voz se hizo más clara, recitando frases inconexas y llenas de dolor. Parecía ser el lamento de un alma en pena, atrapada en ese lugar remoto.

El investigador se sintió invadido por una mezcla de miedo y fascinación. Nunca había captado una psicofonía tan clara y definida. Las horas pasaron, y la voz seguía susurrando, llenando la noche de un aura de misterio y tristeza.

Al amanecer, Miguel Ángel detuvo la grabación, agotado pero con una sensación de triunfo. Había logrado capturar algo único, algo que podría abrir nuevas puertas en la investigación de lo paranormal.

En los días siguientes, Miguel Ángel analizó la psicofonía con expertos en acústica y lingüística. No se llegó a una conclusión definitiva sobre el origen de la voz, pero las pruebas descartaron cualquier tipo de manipulación o fraude.

Las historias y leyendas que la rodean atraen a visitantes que buscan desentrañar sus misterios. ¿Realidad o ficción? La Peña invita a la exploración y a la reflexión sobre lo que se esconde entre sus rocas y cuevas.

*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a correo@garciabautista.net

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