La fuga del narco Anselmo Sevillano que acabó por hablar con el móvil mientras conducía
Fue la Policía Local de Marbella, en un control rutinario, la que le dio el alto pero su detención no respondió en un primer momento al reconocimiento del delincuente sino al uso del dispositivo al volante
Detienen al narco de Huelva Anselmo Sevillano tras una persecución entre Málaga y Estepona
Lo tenía todo calculado para pasar desapercibido. Una ruta rápida por las carreteras secundarias gallegas hasta Portugal, la conexión y el préstamo de un vehículo de alta gama por uno de sus socios comerciales, el paso por la frontera lusa hasta alcanzar Extremadura. No contaba Anselmo Sevillano, sin embargo, con que uno de los hábitos más extendidos como el uso del móvil iba a suponer su segunda captura en menos de una década. Acababa así una fuga de 28 días.
El narco onubense más buscado por la Policía, que acumula penas suficientes como para estar al menos diez años más en prisión, huyó del Centro de Reinserción Social de A Coruña (CIS), donde cumplía el tercer grado, a finales de febrero. Sevillano se encontraba en régimen de arresto nocturno tras lograr un permiso de trabajo como conductor y transportista durante las mañanas. Pudo ser la conexión con algún antiguo conocido el que precipitó la huida y, según explican fuentes del caso, la llegada de un importante cargamento a la Costa del Sol, donde el narco se ha refugiado numerosas veces, el que justificó el incumplimiento de condena a pocos meses de su salida de prisión definitiva.
Fue la Policía Local de Marbella, en un control rutinario, la que le dio el alto. Según explican, su detención no respondió en un primer momento al reconocimiento del delincuente sino al uso de un teléfono móvil mientras conducía por una carretera de Estepona. Lejos de atender a los agentes, el delincuente, sabiéndose reconocido, pisó el acelerador dejando metros atrás a la patrulla.
Varias cuadrillas, advertidas por la primera, iniciaron entonces una persecución por la autovía A-7 a plena luz de la tarde. Desde la ventanilla, y ante el peligro que suponía un vehículo circulando de forma imprudente para la integridad del resto de conductores, varios agentes dispararon hasta reventar una de las ruedas delanteras del automóvil en el que viajaba el narco onubense. En total cuatro disparos alcanzaron la carrocería, las llantas y el neumático del Mercedes C220B con matricula alemana en el que viajaba el prófugo.
Sevillano comenzó entonces a conducir de forma temeraria por la autovía malagueña, pese a perder aire de la rueda afectada, el narco logró dar esquinazo al coche patrulla adentrándose en Atalaya Golf, una urbanización cercana y con mucha relación con el "rey del hachís", tras ser detenido en una vivienda de su propiedad en 2011.
Pese a que el coche quedó inmovilizado por la rotura de los neumáticos, Sevillano todavía trató de huir de los agentes que iban en su busca. Salió del coche e intentó a huir a pie, volviendo minutos después al vehículo donde finalmente fue interceptado y detenido por los agentes de la local malagueña.
La persecución, que comenzó poco después de las 19:00, acabó una hora después, con el narco ya en manos de la Policía Nacional. Para los agentes de la Local "fue una sorpresa" cuando, acabado el operativo, conocieron la verdadera identidad del hombre detrás del teléfono móvil al que iban a sancionar por una multa de apenas 200 euros.
Conexión con los carteles gallegos
Con un amplio historial delictivo, no fue la de Estepona, la primera persecución de Anselmo Sevillano. El primer arrestó lo protagonizó en la provincia de Huelva hace doce años, después de permanecer hasta 72 meses en paradero desconocido. La reincidencia le había llevado a permanecer en las cárceles andaluzas de Huelva y Córdoba buena parte de sus diversas condenas por tráfico de hachís. De ahí hasta fue trasladado a Galicia, donde había conseguido un empleo de manos de su abogado y representante legal.
Lejos de buscar su reinserción, su paso por las instituciones gallegas habría servido para enlazar y reforzar conexiones con los cárteles más importantes de la Costa da Morte. Su influencia en la Costa del Sol, donde mantiene desde hace años residencia en la Urbanización Atalaya Park, habría sido un buen aliciente para establecer relaciones comerciales entre ambos grupos.
Precisamente en esta urbanización de lujo fueron incautados numerosos vehículos también de alta gama, dos docenas de teléfono móviles y gran cantidad de documentación de la que se puede advertir los próximos movimientos de envío de cargamento a Europa, así como GPS marinos, una actividad que habría caracterizado a Sevillano y sus socios desde finales de los 90 y por la que fue condenado a diez años y medio de cárcel y una multa cercana a los 70 millones de euros por un alijo de 3,6 toneladas de hachís en las costas de Isla Cristina.
Tampoco su vida en la cárcel fue ejemplar. La Junta de Tratamiento se opuso en numerosas ocasiones a su excarcelación y mantuvo una firme oposición a la concesión del tercer grado. Antes de su detención por el Grupo de Estupefacientes de la Policía Judicial de Huelva, Sevillano había protagonizado numerosos incidentes en el centro penitenciario de Cádiz, donde se le relacionó con un intento de extorsión a dos funcionarias de prisiones y el más conocido en la cárcel de Huelva, por presuntos sobornos al director de la prisión para lograr favores y que acabó con su destitución.
Se desconoce ahora su paradero en las instalaciones penitenciarias españolas hasta que se pronuncie nuevamente la Audiencia Provincial de Huelva. Lo que parece cierto es que Anselmo Sevillano continuará algunos años en prisión y que no volverá a disfrutar de ningún tipo de medida de reducción de condena.
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