Cuando Aracena creó la primera feria del jamón, joya de la gastronomía de Huelva

Hace 27 años Aracena creaba una feria para promocionar y dar a conocer una de las joyas de la gastronomía onubense: el jamón ibérico. A las puertas de celebrar una nueva edición de la Feria del Jamón de Aracena, que comenzará este fin de semana, rememoramos cómo se fraguó una cita que se ha convertido en referente dentro y fuera de nuestras fronteras y que cada año congrega a más visitantes.

De 'cita histórica' calificó el alcalde de Aracena, Manuel Guerra, la inauguración de esta primera feria del jamón, como un apoyo más para el "despegue comercial de este sector", que, junto al turismo rural, "era el pilar básico de la economía de la zona para el próximo milenio". El alcalde de Aracena, junto con el delegado provincial de Agricultura, Domingo Ávila y el presidente de la Diputación de Huelva, Domingo Prieto, presentaron a la prensa el 17 de octubre de 1996 el encuentro ferial al que todos definieron como la consecución de un proyecto largamente acariciado.

Manuel Guerra explicó que los antecedentes de esta feria se rememoraban a 1967 cuando se organizó la primera fiesta de exaltación del jamón, a la que siguió una segunda edición en el 70. En los años 90 hubo un intento de crear esta cita ferial que se vio truncada por peste porcina.

Catorce empresas representativas de la producción jamonera de la zona estarían presentes en Aracena durante esos tres días. La falta de más espacio hacía imposible que en la primera edición pudieran participar más firmas, como explicó el alcalde aracenense, por lo que fue necesario hacer una selección. "Las industrias que estarán presentes serían representativas de la marca. En próximas ediciones habrá que ampliar las instalaciones", indicó.

La feria estuvo organizada en su primera edición por el Ayuntamiento con el apoyo de la Junta de Andalucía. Diputación, Iniciativas Leader (de la UE), así como entidades privadas entre las que destacaba la Caja Rural.

Durante los tres días de feria, el programa contemplaba encuentros técnicos, conferencias, mesas redondas, además de actos lúdicos y gastronómicos. Así se organizaron unas jornadas técnicas sobre la calidad del cerdo ibérico y sus productos en las que durante dos días participarían expertos del sector.

Paralelamente, habría una exposición de ganado porcino donde se podrían contemplar los mejores ejemplares del cerdo ibérico.

La clausura oficial de la feria tendría lugar el domingo por la mañana tras la cual todavía habría ocasión para celebrar dos concursos: uno gastronómico de platos tradicionales de la cocina serrana y otro de cortadores de jamón, con un premio de 20.000 pesetas.