Llegan las clases del futuro a Huelva

Huelva/Durante la pandemia la educación se ha visto obligada a avanzar a marchas forzadas en la digitalización, ya que en determinados momentos ha sido el único método para seguir prestando la formación que tienen garantizada los alumnos. Esta situación ha enseñado algunas costuras abiertas del sistema, por una parte la de la dificultad de acceder a los dispositivos digitales y por otra, la falta de formación en este terreno de algunos docentes.

En este contexto, el uso de herramientas tecnológicas para el aprendizaje puede dar un salto adelante a través de las Aulas Virtuales del Futuro, un proyecto que se enmarca en la Estrategia de Transformación Digital de la Consejería de Educación y Deporte.

En Huelva, los Centros del Profesorado (CEP) de Aracena y de Huelva Isla Cristina ya trabajan en ello. “Esto rompe moldes”, asegura Yolanda Sánchez Fernández, subdirectora del segundo . Acompañados en este proceso por la consultora de innovación educativa Grupo AE, lo primero que han tenido que hacer es tirar un muro para unir dos salas, acondicionar el suelo y crear un ambiente lumínico muy determinado. Un diseño muy tasado y también personalizado para crear “un espacio interdisciplinar dividido en diferentes zonas: Crea, Investiga, Piensa, Construye y Comunica”, explica Sánchez Fernández. Cada una de estas áreas requiere de una tecnología diferente, de manera que, por ejemplo, vinculada al espacio Crea habría una impresora 3D, y en Comunica herramientas que permitan elaborar Podcast, grabar vídeos o realizar programas de radio.

Con este objetivo de impulsar la tecnología en la educación, el deseo es que cada centro cuente con su propio aula, aunque para ello se requiere una inversión considerable. Este espacio multidisciplinar, a través de un turno rotatorio de uso entre las diferentes clases, permitiría desarrollar actividades muy específicas con las posibilidades que ofrece.

El CEP Huelva Isla Cristina, con un equipo de diecisiete docentes, cuenta con fondos propios que le han permitido dar este paso adelante y llevan ya dos meses embarcados en este proyecto. Aunque han recibido una formación inicial, siguen profundizando con los objetivos de que su Aula “sirva como modelo de referencia a los colegios que implanten la suya, también para que la puedan usar los alumnos de aquellos centros que no la tengan y para formar al profesorado”, indica la subdirectora.

En paralelo a los dos CEP de Huelva que trabajan en la implantación del Aula Virtual del Futuro, otros dos en Jaén y en Sevilla siguen esta misma estela. Yolanda Sánchez espera que “no sea una novedad más sin resultados” y añade que “lo vemos como una oportunidad” ante el hecho real del aumento de la demanda de formación a distancia en los centros en últimos cursos.

“Necesitamos nuevas tecnologías”, afirma, ante una brecha digital que llevan notando en los últimos cursos a través de la formación que ofrecen a los profesores. “Nos tenemos que adaptar a todos, a las distintos niveles de competencias en herramientas digitales”. En este sentido, prevé que también en el contexto de las Aulas Virtuales del Futuro se requerirá una adaptación acorde a los conocimientos más o menos profundos de aquellos que las vayan a desarrollar. De momento y en pleno proceso de autoformación, el CEP Huelva Isla Cristina continúa adelante con su proyecto, “estamos bastante ilusionados”, concluye su subdirectora.

Prácticas innovadoras

En paralelo al proyecto del Aula Virtual del Futuro, el CEP Huelva Isla Cristina mantiene sus actividades de fomento de las metodologías activas. Con este fin desarrollan líneas estratégicas como el aprendizaje basado en proyectos, la inteligencia emocional, el aprendizaje cooperativo y el Algoritmo Basado en Números (ABN).

Cada dos años acogen las Jornadas de Buenas Prácticas, con las que tratan de descubrir y reconocer iniciativas de los centros que destaquen y puedan ser desarrolladas por otros. Por ejemplo, la de los patios activos que implementó un centro de Cartaya y que, al dividirlos por zonas con distintos juegos, lograron bajar el nivel de conflictos que antes sufrían. También, el proyecto de un profesor de Secundaria que a través de la elaboración del pan englobó todas las asignaturas de la Lengua a la Física.