El Ayuntamiento y Cultura valoran los daños del acueducto

La puerta de entrada continuaba en el día de ayer sin los barrotes en una parte de ella

La puerta que impide el acceso a esta entrada del acueducto continuaba ayer sin barrotes.
Eduardo J. Sugrañes Huelva

28 de junio 2016 - 01:00

El estado en el que se encuentran los puntos visibles del acueducto romano en El Conquero serán objeto de la inspección de técnicos del Ayuntamiento de Huelva y la Delegación de Cultura, según confirmaron ayer desde estas administraciones a Huelva Información, tras la publicación en las páginas de este periódico del estado que presenta uno de los bienes de Interés Cultural que más interés mantiene entre los onubenses.

En estos momentos hay dos zonas bien definidas de las que se tienen constancia de la existencia del acueducto y que vienen a corresponder con los últimos tramos que estuvieron proporcionando agua a la ciudad. De un lado la Fuente Vieja, en su registro de la calle Menéndez Pelayo, que en la actualidad continúa manando unos 30.000 litros de agua al día, aunque no tiene más uso que el riego de unos huertos urbanos de algunos vecinos de la zona. La Fuente Vieja adolece de la limpieza de la vegetación que de manera incontrolada crece en la zona, pese a los trabajos de acondicionamiento que realizaron en 2014 un grupo de voluntarios, en una iniciativa del Ayuntamiento de Huelva. A lo que hay que añadir el aspecto de la estructura muraria de la fuente que está rota y con los restos desperdigados por la zona.

El otro punto se encuentra en la parte alta del cabezo, en la ladera que corre paralela a la línea de chalés de la calle Pintor Pedro Gómez. Se trata de un aliviadero que aparece en un estudio publicado por el Servicio Arqueológico de la Diputación de Huelva, en 2001, y cuyo estado se ve hoy en grave deterioro por la pérdida de ladrillos. A este punto del acueducto, que aparece colmatado y, por tanto, sin estudio del mismo, hay que añadir una estructura de mayor porte que es la de acceso a un tramo del acueducto. Igualmente sin un estudio en profundidad, se conoce desde hace solo unos años. Es un acceso de unos cinco metros, en un túnel de ladrillos de época medieval que da acceso a un pozo del que nada más se sabe que contiene agua. La estructura de ladrillos de la puerta delata un gran deterioro, perdiendo mortero y en mal estado en su integración con el cabezo, lo que delata la necesidad de la consolidación del mismo ante el riesgo de que pueda desmoronarse todo. En la bóveda interior se puede ver una gran grieta. Lo más preocupante, por lo que supone de seguridad, es la falta de barrotes en la parte intermedia de la puerta, con lo que queda sin efecto alguno, al dejar libre el acceso al mismo de cualquier persona.

El Ayuntamiento de Huelva anunció ayer que procederá al arreglo de la puerta que pretende evitar el ingreso en este tramo del acueducto, del que nada se conoce de su estado y hasta dónde puede llegar la peligrosidad del mismo, además del pozo o caja de agua existente. Desde la Delegación de Urbanismo e Infraestructura del Ayuntamiento, se realizará en los próximos días una inspección por parte de la arqueóloga municipal, para poder efectuar un valoración de su situación y las necesidades de mantenimiento.

Mientras que la Junta de Andalucía anunció, igualmente, que se realizará una inspección, al formar parte estas estructuras del acueducto romano y encontrarse catalogado como Bien de Interés Cultural, dentro de la Zona Arqueológica de Huelva. En este sentido, técnicos de la Delegación Provincial de Cultura procederán a una primera inspección ocular de los mismos para posteriormente hacer una valoración.

Además de tener un interés arqueológico, lleva latente una preocupación por la peligrosidad que entraña al ser el acceso a una zona desconocida, que conduce a una caja de agua del trazado subterráneo. Pronto se cumplirán 30 años del fatídico suceso que el 5 de diciembre de 1986 le costó la vida a tres escolares que fallecieron en un olvidado aljibe, horadado en una de las cuevas del desaparecido Cabezo Colombo, en el antiguo calle de San Andrés. Aunque sin agua, perecieron por la inhalación de monóxido de carbono, al parecer, por un fuego que hicieron en el interior.

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último