La defensa de Bernardo Montoya busca eludir la prisión permanente al eliminar la violación a Laura Luelmo
La causa cierra hoy las testificales en espera de que mañana se presenten las conclusiones definitivas
Huelva/El abogado defensor de Bernardo Montoya, el único acusado por el secuestro, asesinato y violación de Laura Luelmo, comienza a dar pistas sobre su estrategia para evitar la condena a prisión permanente revisable. Su intención, que se desprende de las manifestaciones que realizó poco antes de comenzar la jornada de ayer, parece encaminada a eludir el delito de agresión sexual para evitar la condena mayor. De hecho, esa parece ser la principal preocupación del único encausado por los hechos que tuvieron lugar en su vivienda de El Campillo en diciembre de 2018, ya que el letrado señaló que "sus respuestas a las preguntas de si la mató o no, son ambiguas".
La jornada comenzó con la habitual llegada de Bernardo Montoya a la Audiencia Provincial de Huelva para asistir a la tercera jornada de un juicio que se celebra a puerta cerrada. Apenas diez segundos en los que el acusado por el crimen de Laura Luelmo, tiene la costumbre de dirigirse a los medios de comunicación que esperan recoger su imagen. Si el martes gritó al cielo "soy inocente", ayer dejó un mensaje más misterioso: "Pilar, lo siento". Fue el letrado que defiende sus intereses, Miguel Rivera, quien proporcionó las pistas para conocer quién era la persona aludida por Bernardo: "es una relación que mantiene desde hace algún tiempo y va a visitarle en prisión".
El defensor, única de las partes presentadas en la causa que relata lo que ocurre en la sala de la que fueron vetados los medios de comunicación poco después de iniciado el juicio, reconocía que el de ayer era un "día importante" dado que se escucharía las versiones de seis médicos forenses que participaron en el levantamiento del cadáver y en la autopsia y dos agentes de la Unidad de Criminalística de la Guardia Civil. A los primeros, que declararon de manera conjunta, se les cuestionó sobre las trazas de ADN de Bernardo encontradas en la autopsia realizada al cuerpo de Laura. La tesis de la defensa consiste en presentar ante los miembros del jurado, la posibilidad de que ese rastro biológico hubiera llegado allí "procedente de una manta" con la que envolvió el cadáver antes de ser abandonado en un paraje de Las Mimbreras donde fue encontrado.
Serán los especialistas quienes aclaren si existe esa posibilidad y las partes las que deben sembrar, al menos, las dudas entre los componentes del jurado. Ya por la tarde fue el turno para cinco integrantes del Instituto Nacional de Toxicología que prestaron testimonio de manera conjunta y cuatro agentes de la Guardia Civil.
La intención de la defensa del acusado, se centra en "impedir a toda costa que sea castigado por algo que él sostiene que no ha hecho, básicamente la agresión sexual". La posición de Rivera, expresada ayer en los accesos a la Audiencia Provincial de Huelva, consiste en eludir la pena solicitada por la Fiscalía de prisión permanente revisable. No obstante, cabe recordar que dicha petición es por el delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, no por el de agresión sexual para el que solicita una pena de 12 años. Si se consigue probar que dicho delito se quedó en grado de tentativa o que no se produjo, la modificación de la condena sería mínima. Tal y como adelantó Huelva Información, la autopsia llevada a cabo en el cuerpo de la joven, confirmó la presencia de "ADN masculino que coincide con el haplotipo que define a Bernardo Montoya". Además, cabe recordar que no se encontraron restos de semen, algo que, según Rivera, fue confirmado tras las declaraciones de los especialistas.
Sus manifestaciones a lo largo de la instrucción del caso, Bernardo sostuvo que padecía impotencia, para lo que se trasladó el pasado mes de septiembre desde la cárcel de Morón donde cumplía la prisión preventiva, hasta el hospital Virgen del Rocío para someterse a unas pruebas que consistieron en una ecografía y un análisis de sangre que demostrarían su versión. Sobre este extremo, el abogado reconoce que el resultado de dichas pruebas "no ha trascendido" .
También sorprende que sobre el delito más grave del que está acusado, el de asesinato, sus respuestas siempre según su letrado son "ambiguas" , algo que ha llevado a vivir una situación en la que "nada está claro; no hay una respuesta concisa y precisa" de Bernardo acerca de si fue él mismo el autor de la muerte de Laura. Rivera apunta al final del juicio, cuando el magistrado que preside la causa otorgue al acusado el último turno de palabra, como el momento en el que "podamos dilucidar algo en una dirección u otra", puesto que no está previsto que vuelva a declarar en otro momento del proceso.
El juicio entra en la penúltima de las jornadas previstas de testificales. En la jornada de hoy está prevista la comparecencia de seis agentes de la Guardia Civil, cuatro forenses y un psicólogo. Serán estos quienes cierren el turno de las partes. Lo que quedaría entonces sería que cada una de ellas presentara ante el tribunal sus conclusiones finales y las peticiones definitivas sobre las penas solicitadas. El juicio estaría entonces a falta de la entrega del objeto del veredicto a los miembros del jurado, una serie de preguntas que deben ser respondidas y argumentadas para llegar a un acuerdo. Con esa decisión, corresponde al magistrado que preside la causa, Florentino Ruiz Yamuza, el que dictará la sentencia que no se puede apartar de la decisión del tribunal popular.
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