Bonares desentierra su pasado

La localidad onubense muestra en una exposición de fósiles su enorme patrimonio paleontológicol fósiles marinos Sala de exposiciones del teatro cine Colón. Calle Cervantes, de 11.00 a 14.00 horas y de 18.00 a 21.00 horas.

Bonares desentierra su pasado
Carlos López / Huelva

18 de mayo 2008 - 01:00

Bonares retroce a los periodos del Mioceno y el Plioceno para sumergirse en su pasado y dar a conocer el patrimonio paleontológico que poseen las entrañas de su término. El motivo de esta gran profusión de fósiles, sobre todos marinos, se halla en el hecho de que, en los subrayados periodos de la historia, la zona condal se encontrase inundada por el mar atlántico.

Es precisamente esta riqueza la que han querido dar a conocer de forma pormenorizada la Universidad de Huelva y el Ayuntamiento bonaniego, todo ello a través de una exposición en la que se da buena cuenta de la fauna marina que habitaba la zona, así como algunos de los hallazgos más importantes que se han encontrado durante los trabajos de paleontología desarrollado en el municipio. La exposición, que estará abierta al público hasta el 25 de mayo, contó en el día de su inauguración con una ilustrada ponencia que corrió a cargo del doctor en Geología y Profesor Titular de área de Paleontología de la UHU, Francisco Ruíz.

Al acto de presentación acudieron el alcalde, Juan Antonio García, el Concejal de Cultura, Felipe Martínez, el vicerrector de la UHU, Juan Pedro Bolívar y aficionados locales al mundo de la paleontología como Manuel Molín y Daniela Velo, éstos últimos a quienes el ayuntamiento condecoró por sus notables esfuerzos en la búsqueda de fósiles en la zona y su contribución a la exposición que en la jornada del viernes abría sus puertas.

Para el vicerrector, Bonares dispone de una gran riqueza de fósiles marinos y subrayó que "tenemos un gran reto para el futuro que es saber divulgar este tesoro" como con gran valor patrimonial. Igualmente, Bolívar informó que de la zona condal se han realizado hasta seis tesis doctorales, lo que da cuenta del interés que suscita los fósiles que alberga su término Por último, en su alocución el vicerrector pidió la implicación del profesorado para transmitir esta cultura y lograr que los alumnos se interesen por las carreras de ciencias.

Precisamente con parejo discurso artículo su ponencia Francisco Díaz, quien enfatizando en la importancia de que la ciudadanía contemple estos fósiles como uno más de los tesoros patrimoniales que posee el municipio. Desde este punto fue enumerando las canteras de arcilla depositadas en su término municipal desde hace más de ocho millones de año, en cuyos escenarios se han conservado una ingente cantidad de fósiles del mundo marino. En cuanto a sus yacimientos, recalcó, "merecen la categoría internacional debido a la gran profusión de ellos, así como los estudios geológicos que se han realizado, los cuales así lo atestiguan y certifican".

Hilvanando estos paisajes de la historia desde que Bonares tenía un manto de agua de 300 metros de altura, Ruiz fue desgranando como la evolución del nivel del mar fue configurando el paisaje y las condiciones del subsuelo. En este sentido, el ponente fue esbozando el trabajo que han venido desempeñan los paleontólogos para clasificar y almacenaje estos fósiles, señalando, a su vez, que en esta tierra se han hallado "más de 200 especies distintas de gasterópodos y otras tantas de bivalvos", amén de destacar los organismos microscópicos de foraminíferos encontrados hasta fósiles de 'bestias' del mar como las ballenas.

La riqueza de fósiles hallados en Bonares ha permitido reconstruir de forma muy fidedigna la riqueza de la fauna marina que atesoraban el mar atlántico y, más concretamente, las especies que fluían por las aguas de Bonares. Hace entre 25 y 5 millones de años atrás, concretamente durante los periodos del Mioceno y el Plioceno, por la zona reina el temible Carcharodon Megalodon, un tiburón blanco de veinte metros y treinta toneladas de peso. A parte de la ingente cantidad de peces que devoraba este escuálido, lo que lo hacía un cazador sin rival era el hecho de que estuviera dotado de unas células sensoriales que le brindaban la posibilidad de detectar el leve campo eléctrico producido por el movimiento de los músculos de su presa, todo ello a cientos de kilómetros de distancia. Esta bestia marina era considerado el cazador supremo del planeta durante dichos periodos históricos. De esta especie fósil solamente se conocen sus vertebras y sus dientes, estos últimos que podían medir hasta veinte centímetros de longitud, el triple que los dientes del jaquetón, el mayor tiburón que a día de hoy se conoce.

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