La Central de Esterilización: Las manos garantes de la seguridad del paciente quirúrgico en el hospital Juan Ramón Jiménez
Más de una decena de profesionales recepcionan, custodian, protegen, limpian y esterilizan el material quirúrgico para destruir todos los microorganismos
Cada día se movilizan en el hospital unas 4.500 piezas de instrumentos para las operaciones
Galería Gráfica | Imágenes del recorrido para la esterilización del material quirúrgico en el Hospital Juan Ramón Jiménez
Huelva/Las puertas del quirófano del hospital Juan Ramón Jiménez se cierran y comienza la operación. A las manos de los profesionales sanitarios llega el material quirúrgico indispensable para la intervención y lo hace libre de cualquier forma de vida que pudiera haber, destruida previamente en la Central de Esterilización. Allí, más de una decena de profesionales, entre las técnicos en cuidados auxiliares de enfermería (TCAE) y la enfermera coordinadora, Sonia Castilla, velan porque todo el material sea devuelto a quirófano tras las intervenciones, "garantizando las máximas condiciones de esterilidad y seguridad, libres de microorganismos patógenos que serían los responsables de las infecciones nosocomiales derivadas de la actividad quirúrgica", explica a esta redacción Sonia Castilla. Todo ello no se entiende sin el mimo y el cariño con el que once profesionales son garantes de la seguridad del material quirúrgico que se utiliza en cada intervención.
Desde hace un año el hospital Juan Ramón Jiménez cuenta con una Central de Esterilización -antes era una Unidad-. El cambio se traduce en que en una Central se realiza el circuito completo de esterilización del material quirúrgico, desde que sale del quirófano tras la intervención a un paciente hasta que es nuevamente devuelto. Que el hospital onubense disponga de una Central toma relevancia si se tiene en cuenta que no llegan a diez los hospitales andaluces con la misma.
Para pasar de Unidad a Central el hospital Juan Ramón Jiménez remodeló completamente el espacio de más de 500 metros cuadrados con una inversión de 655.000 euros. Nuevo diseño integral, áreas completamente diferenciadas y barreras sanitarias con pasillos tipo esclusa para la circulación de profesionales -Zona de Lavado, Zona de Limpio y Zona de Estéril- evidencian la referida remodelación.
El circuito en Esterilización, paso a paso
Sobre el recorrido que sigue el material quirúrgico en la Central de Esterilización pasar a material estéril apto para el uso clínico, Sonia Castilla explica que hay un primer paso en el que la Central recepciona en contenedores los utensilios empleados en una intervención quirúrgica. "Nos llegan directamente desde los quirófanos a través de montacargas, con los restos orgánicos que deja una operación" y, tras ello, "valoramos el modo de lavado, que va a depender del material". Aquello que es más sensible tendrá un lavado manual, al tiempo que existen otras opciones más mecánicas como la lavadora o por ultrasonido (unas ondas eliminan los microorganismos).
Una vez se lava, se limpia y se desinfecta el material, "garantizándose así la seguridad biológica de estos productos", pasa a la zona de montaje, donde el equipo de Esterilización inspecciona, verifica que no falta nada y ordena en cajas para que, cuando pasen a quirófano, "el profesional no pierda tiempo en encontrar aquello que necesita", sostiene la responsable. Colocan el indicador que "verificará la seguridad de estos productos tras el proceso de esterilización" -por vapor o gas, dependiendo del material- y se realiza la entrega del mismo. La Central cumple así su misión de garantizar la trazabilidad del material y el paciente.
En cifras, cada día se movilizan entre 80 y 100 cajas de instrumental quirúrgico, con una media de 45 piezas por caja, si bien el total del que se dispone en el Juan Ramón Jiménez asciende a cerca de 30.000 piezas de instrumental quirúrgico que componen un total de 652 cajas, cuyo peso oscila entre los tres y los 30 kilogramos.
Los profesionales que componen la Central precisan tener formación específica de la actividad quirúrgica, pues son los que reciben, organizan, inspeccionan y clasifican las piezas destinadas para el montaje de las cajas para las intervenciones de los pacientes. Habilidades como la organización, planificación, priorización o agilidad mental se presumen esenciales para todas las tareas a realizar.
Sonia Castilla señala que cada especialidad quirúrgica, ya sea Oftalmalogía, Cirugía Robótica, Traumatología, Neurocirugía... necesita "cajas con material diferente en función de la intervención que va realizar al paciente", de ahí que existan "protocolos con el contenido necesario de cada caja". Resulta fundamental, por tanto, llevar a cabo un check-list diario de todo el material que entra y sale de la Central de Esterilización, "para asegurarnos de que está en perfecto estado y si es necesario su reparación o sustitución por otro nuevo", añade.
La atención de este equipo no solo se dirige a las especialidades quirúrgicas del hospital Juan Ramón Jiménez y Vázquez Díaz, sino también consultas externas, hospitalización, UCI, Farmacia o Urgencias. E, incluso, al 061, pues "ahora estamos esterilizando en material destinado al Plan Romero".
Apuesta por la humanización en lugar de máquinas
"Dejar de sentirnos máquinas" era una obligación para el equipo que coordina Sonia Castilla, pues se antoja indispensable, en un entorno tan industrializado, "dar espacio a nuestra parte más humana entre nosotros y trasladarlo a todos los profesionales que acuden a recoger material". Empatía, solidaridad, colaboración, comunicación y apoyo mutuo explican el buen funcionamiento de la Central, desde donde destacan "haber formado un gran equipo de personas visibles y empoderadas". Además, prosigue Castilla, "que no veamos al paciente, no significa que no tengamos contacto con ellos porque el material que se se emplea con ellos sale seguro de aquí".
La humanización de un servicio se explica en una mayor visibilidad de los profesionales del mismo y, por tanto, este equipo de once personas no ha querido dejar pasar la oportunidad de participar en el concurso de belenes y villancicos; de promover cartas de amistad en un gran buzón; de visibilizar a la mujer con un mural sobre la enfermera; o de dar la bienvenida a la Semana Santa con un nazareno que recibía a todo aquel que pasaba por la Central. Un entorno más amable y acogedor recibe ahora a los profesionales, promoviendo "un espacio de bienestar", resume Sonia Castilla.
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