Cepsa recibe al mes unas 700.000 toneladas de crudo en su monoboya
jornada en alta mar Proceso habitual de descarga del crudo hasta llegar a la planta onubense
La reciente ampliación de la refinería La Rábida posibilita que el tráfico de barcos pase de 60 a 80 anuales · El petróleo procede sobre todo de Nigeria y otras zonas de África, Rusia y México
El grupo Cepsa descarga anualmente en la monoboya que surte a la Refinería La Rábida (RLR), en Palos de la Frontera, una media de 700.000 toneladas mensuales de crudo -entre 74 y 84 barcos-, lo que supone alrededor de 8,4 millones de toneladas al año, siendo el tiempo medio de descarga de 30 horas.
Por su parte, el volumen de descarga en la monoboya de Algeciras está en torno a los 12 millones de toneladas al año, aunque ha habido algún año puntual en el que esta cifra aumentó debido a los trasvases realizados a Huelva, mientras ha habido reparaciones. De esta forma, en total, Cepsa recibe en sus refinerías de Huelva y Cádiz un volumen de descarga de más de 20 toneladas de crudo al año.
Así lo explicaron ayer los capitanes de Cepsa Petronuba, Manuel Pérez, y de Cepsa Gibraltar-San Roque, Ricardo Pulido, tras una visita a la monoboya que partió en un catamarán desde el Puerto Deportivo de Mazagón. Ubicada a diez kilómetros de la costa onubense, junto a la monoboya estaba ayer operando el imponente petrolero Teide Spirit, si bien el fuerte viento impidió visitar sus instalaciones.
La monoboya está ubicada a 5,8 millas náuticas del faro del Picacho (Mazagón) y consiste, principalmente, en un cuerpo cilíndrico de 10 metros de diámetro con un cilindro concéntrico interior de 3,550 metros y un faldón en el fondo de 13,660 metros de diámetro. En la estructura flotante de Huelva se realiza la descarga de crudo con destino a la refinería, permitiendo el amarre de barcos del tipo canal Suez con una capacidad de crudo de 150.000 toneladas de las que se descargan unas 140.000.
El crudo llega hasta refinería a través de una línea submarina y otra terrestre que conecta la monoboya con los tanques de almacenamiento. En diciembre de 2011 finalizaron las obras de sustitución completa de los 10 kilómetros de la línea submarina original para el abastecimiento de crudo con la que la RLR comenzó su andadura y cuyas primeras renovaciones se iniciaron en el año 2000.
Según explicó Manuel Pérez, el proceso habitual desde que llega el barco hasta que el crudo arriba a la refinería es "sencillo" y se realiza a través del amarre a la monoboya, paso intermedio de la descarga. Tras el mismo, se inspecciona el barco y la descarga arrancará a un ritmo muy lento. "Ésta se realiza mediante una manguera y la línea que conecta la monoboya con la refinería, intercambiando el crudo del barco a través de sus bombas, hacia la refinería", señaló.
Sin embargo, en este proceso -que puede durar en total hasta unas 34 horas- es importante controlar que el remolcador a popa, encargado de velar por la situación del petrolero, no haga muelle con el mismo, para lo que es fundamental que el petrolero esté totalmente parado.
Las descargas que se realizan en la monoboya únicamente son de crudo y la tipología del mismo depende de cómo esté el mercado. En Huelva principalmente se recibe crudo de Nigeria y otros espacios de África, de Rusia y México.
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