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Huelva/La energética Cepsa puso en marcha la planta de Combustibles 1 y la unidad operacional de Vacío 2 de la Refinería La Rábida, que fueron paradas el pasado mes de septiembre para evitar la saturación del mercado de destilados medios a consecuencia de la drástica caída de su consumo. La planta de Combustibles cuenta con una capacidad de tratamiento de 5 millones de toneladas al año, y elabora productos energéticos (propano, butano, naftas, queroseno y gasóleo, entre otros) y materias primas para el refino y la industria química.
Según reconoció ayer Cepsa, la favorable evolución del mercado internacional en los últimos meses y la ubicación geográfica de las instalaciones (situadas en Palos de la Frontera, en Huelva, y en San Roque, en el Campo de Gibraltar), ha hecho posible capturar nuevas oportunidades.
De este modo, la puesta en marcha de estas unidades ha supuesto la finalización del ERTE acordado con la representación de los trabajadores antes de lo previsto y de esta manera “mejora notablemente la ratio de utilización de las dos refinerías de la compañía”.
Fue el consejero delegado de la empresa, Philippe Boisseau quien el pasado viernes, con motivo de la presentación de los resultados del primer trimestre, señaló “los niveles de utilización de las refinerías volverán a situarse en torno al 85% en el segundo trimestre del año”, por lo que la reanudación de la actividad anunciada ayer es una consecuencia de tales previsiones.
El director de la compañía, Antonio Joyanes, confirmó que “me satisface poder anunciar que hemos reactivado la operación de estas dos unidades antes de lo esperado. Continuaremos implementando medidas de eficiencia y monitorizando la evolución del entorno macroeconómico, que todavía es difícil”.
Según Cepsa “la crisis económica generada por la Covid-19 ha impactado de forma muy significativa en la demanda de productos energéticos y, en particular, en los ya debilitados márgenes del refino, que en 2020 descendieron a los niveles más bajos de toda la década, y a día de hoy continúan mermados”. Ante esta grave situación, Cepsa “se vio obligada a adaptar su producción a las excepcionales condiciones del mercado, adecuando la capacidad de sus refinerías a la persistente debilidad de la demanda, y a localizar nuevos mercados a los que suministrar sus productos”.
Es esta ventana la que ha permitido reanudar la producción, especialmente con envíos desde las instalaciones de Huelva a otros mercados que reclaman sus productos de una manera más intensa que los habituales clientes de la energética. Esta reanudación de las actividades tiene un efecto rebote en varias actividades en toda la provincia, ya que sin ir más lejos, los tráficos en el Puerto de Huelva se han visto lastrados por la falta de actividad de sus instalaciones. Hasta el pasado mes de marzo sus movimientos habían descendido en más de un 45%.
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