Chernóbil empaña el éxtasis espacial
1986
En España, ya europea, entra en vigor el IVA.
En 1986, los habitantes de la Tierra miramos al cielo más que de costumbre. Varios hitos relacionados con el espacio se produjeron ese año, unos de manos de la propia naturaleza cósmica y otros, originados por el hombre. En la primera categoría encontramos, además de dos eclipses de luna, la última aparición del cometa Halley del siglo pasado. En el segundo apartado, y aunque la denominada carrera espacial que mantenía en una competición febril a USA y URSS ya había terminado, el 86 fue un año muy fecundo en lo que a proyectos espaciales se refiere. No todos fueron positivos.
En enero, la sonda espacial Voyager 2 se encuentra con Urano y descubre diez lunas. Días más tarde, el Challenger explotaba y perecían sus siete tripulantes. En febrero, la Unión Soviética lanzaba la estación espacial MIR, que durante 13 años prestó un enorme servicio a la investigación y fue utilizada por astronautas de múltiples nacionalidades. La Agencia Espacial Europea también tuvo su lanzamiento ese año: el Giotto, destinado a estudiar el cometa Halley.
En abril, sin embargo, tuvo lugar una catástrofe cuyas consecuencias llegan hasta la actualidad. El accidente de la central nuclear de Chernóbil provocó daños humanos y medioambientales aún imposibles de calibrar con exactitud. La nube radioactiva alcanzó de forma irregular, desde Rusia a Italia y de Noruega a Bielorrusia.
Mientras, Europa seguía perfilando su gran proyecto. España y Portugal ingresaron de facto el día 1 de enero y en mayo, la CEE adoptaba la bandera de las estrellas doradas y la oficializaba para todas las instituciones comunitarias.
En febrero, la noticia del asesinato del ex primer ministro sueco Olof Palme conmocionaba al mundo, pero en España habría más tragedias que lamentar. ETA asesinó ese año a 41 personas y fue especialmente devastadora con la Guardia Civil. De aquel año son dos de los más grandes atentados contra la Benemérita: en abril, el atentado de la calle Príncipe de Vergara de Madrid, en el que perdieron la vida cinco guardias, y en julio, también por el mismo procedimiento (coche bomba al paso de un autobús del Cuerpo), asesinaron a 12 guardias civiles.
Por lo demás, el país estaba extraordinariamente ocupado ese año: al referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN siguieron las elecciones generales y entretanto se seguían atando cabos para el que sería, sin duda, el gran año español. La candidatura de Barcelona como sede olímpica fue elegida por el COI en octubre y además, la UNESCO declaraba, por fin, Santiago de Compostela, Toledo y Cáceres, Patrimonio de la Humanidad.
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