Cien extras serranos para Bollywood

Los figurantes de la película india 'Sólo se vive una vez' trabajan más de diez horas diarias

Los extras Nazaret Hernández, Alicia Tristancho y Mario Rodríguez esperando para rodar.
Los extras Nazaret Hernández, Alicia Tristancho y Mario Rodríguez esperando para rodar.
Javier Moya Rufino / Alájar

12 de agosto 2010 - 01:00

Algunas películas sólo cuentan con grandes actores, mucha inversión económica y una gran publicidad. Sin embargo, pocos saben que detrás de un rodaje hay una serie importante de personas, denominados extras, que se han pasado muchas horas en los castings previos a la película, más las sumadas los días del propio rodaje.

En la película, este reparto ronda las mil personas, y en la escena de Alájar fue superior a los cien. La mayoría por el factor tentador de la curiosidad. Así no los afirmaba Mario Rodríguez, de Aracena, quien afirma "acompañé a mi mujer al casting en Aracena y sin darme cuenta me eligieron a mí antes que a ella".

Las caras conocidas de los extras siempre añade un matiz de complicidad con el público asistente, pudor para ellos y risas entre todos. También los hay que a la experiencia de ser extra se añade el valor económico, en este caso cuarenta euros para cada figurante por cada noche, "que no compensa el cansancio ni las muchas horas que estamos aquí, ya que llegamos a las siete de la tarde y salimos algunas noches cerca de las siete de la mañana" comentaba la joven Alicia Tristancho de Galaroza. En su caso no siendo la primera película en la que participa como extra, pues hace algunos años en Valdelarco se grabaron varias escenas y ella se aventuró, reconociendo "allí me lo pasé mejor".

Todo ello sumado a encontrarse con conocidos de otros pueblos e incluso con la posibilidad de conocer a otras personas y sumar una amistad futura. También las había muy animadas y con una alegría desbordante como Rosa María Andreu de Galaroza, quien tras hacer algunos trabajos con empresas serranas de animación y espectáculos teatrales, consideraba esto "como una experiencia más y para no desaprovechar ni olvidar". Sin duda, entre esta película y El corazón de la tierra, rodada hace unos años en Río Tinto y Linares de la Sierra, la zona norte de la provincia de Huelva ha pasado a ser un escenario de cine.

La película cuenta con muchas horas vacías en las que algunos figurantes permanecen en el colegio viejo de Alájar, esperando la llamada del lugar de rodaje para acudir. Mientras tanto tienen que permanecer en el colegio, donde están vigilados por miembros de la productora y teniendo que pedir permiso hasta para ir al servicio. Todos perfectamente ya maquillados, vestidos y listos para la escena.

En la primera noche de rodaje, la madrugada del domingo al lunes, hubo personas que no fueron llamados a rodar hasta las cinco de la madrugada. Luego, en el momento de rodar, comentaban algunos que los actores y actrices principales tenían grandes problemas para realizar de forma completa una escena, debido a la dificultad de los pasos de baile, al ser coreografías muy complejas y teniendo que repetirlas unas treinta veces.

No todos los extras repiten todas las noches, y hay días en que los figurantes son diferentes o nuevos. Otros como Mario Rodríguez prefirieron pasar las horas de espera bajo una "buena lectura" a la luz de la noche. Incluso hay extras, personas ya mayores, que sólo acudieron la primera noche porque la dureza de tantas horas y el cansancio hacía mella. Al final todos estarán satisfechos y orgullosos de haber participado en una película, experiencia inolvidable en sus memorias y para recordarla en el tiempo.

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