El Colegio San Pablo cumple 50 años

El Colegio San Pablo cumple 50 años y con él están de celebración muchas generaciones de onubenses. Un proyecto educativo de la Iglesia de Huelva que puso en marcha el obispo Pedro Cantero Cuadrado, dentro de las iniciativas emprendidas como aportación al crecimiento intelectual de esta ciudad tras la creación de la Diócesis en 1954. El primer obispo se preocupó por todos los campos, el espiritual con la creación de nuevas parroquias, el asistencial con viviendas sociales y actuaciones directas con los más desfavorecidos y, también, en el plano formativo. Cuando dejó la Diócesis una década después ya estaba todo en marcha, algunas cosas quedaban pendientes de concluir. Es lo que le ocurrió al Colegio Menor San Pablo, que fue inaugurado por el obispo José María García Lahiguera. Se daba continuidad a otros proyectos educativos, como el centro de Formación Profesional del Santa María de la Rábida; en la actualidad sede de la Casa de la Iglesia.

El San Pablo trae muchos y buenos recuerdos a numerosas generaciones de onubenses que pasaron por sus clases y por sus pistas deportivas en los diferentes campeonatos.

Está ubicado en un lugar especial como es El Conquero, donde las edificaciones son bien contadas en un entorno paisajístico de primer orden para la ciudad. Hoy está inserto en la avenida de Manuel Siurot.

El proyecto nació a primeros de enero de 1964 y fue bendecido el 26 de enero de 1968 pensando en el desarrollo educativo de la provincia de Huelva, lejos aún de conseguir su propia Universidad o lo que sería más cercano, el Centro Universitario de La Rábida. El San Pablo, con una capacidad para 200 alumnos, ofrecía una oportunidad más a los jóvenes de la provincia, que eran quienes en un alto porcentaje se hospedaban aquí para poder cursar estudios en los centros onubenses del Instituto de Segunda Enseñanza, la Escuela de Maestría Industrial, la Escuela de Comercio, Magisterio o Minas.

La edificación comenzó a finales de 1964 y terminó dos años después.

El centro se levantó con un lema que el propio doctor Cantero Cuadrado escogió del Concilio Vaticano II, Encíclica Gozo y esperanza, número 31, que dice así: "… el porvenir de la humanidad está en manos de quienes sepan dar a las generaciones venideras razones para vivir y motivos para esperar".

El director del centro en esta inauguración era el sacerdote José Pichardo, que abrió el acto académico de inauguración y dijo que "queremos ser simplemente continuadores de todo lo puesto en los fundamentos de esta realidad".

El obispo José María García Lahiguera destacó que se bendecía "una obra en marcha" porque el centro llevaba ya un curso de vida y destacó que "hemos entrado en el segundo teniendo que rechazar admisiones de alumnos", lo que era una muestra del éxito del proyecto, "es este un buen signo para comenzar". Se sentía contento de recoger un proyecto del obispo Pedro Cantero y, además, siendo "el Colegio Menor la primogénita obra de mi actuación en Huelva". Él había dado las ordenes para abrir las zanjas de los cimientos, muchas horas de sueños robadas a un proyecto ilusionante del que esperaba que "este Colegio no sea más que escuela de bondad, de ciencia y de disciplina".

El centro continuó caminando y con la creación de la Universidad de Huelva se dio un salto importante al pasar a ser colegio mayor y acoger a sus alumnos universitarios. Hoy es un proyecto que continúa, no sin esfuerzos y adaptándose a las nuevas realidades de la sociedad desde los principios que fueron creados.

Ahora se celebran los cincuenta años del centro, se recuerda aquel primer curso académico y hoy los antiguos alumnos se reunirán en una comida de confraternidad y, posteriormente, en el acto de imposición de becas del curso 2016/2017.

En la actualidad el Colegio Mayor Universitario San Pablo ha finalizado las últimas reformas y mejoras de sus instalaciones y ofrece a sus colegiales unas habitaciones modernas y funcionales. En la actualidad tiene una capacidad para 140 alumnos.

La vida del Colegio Mayor San Pablo continúa, habrá que felicitar a todos lo que lo han hecho posible.