Las Colonias recuerda a Santa Rafaela María
Huelva de ayer a hoy
Cincuentenario del milagro. Encarnación García Gallardo fue curada de un tumor de tiroides, que hacía peligra por su vida, tras sus rezos a la fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón
La calle Lepe tiene algo muy especial para los vecinos de Las Colonias. Un azulejo en la fachada de la casa número 26 recuerda el acontecimiento que tuvo lugar el 30 de enero de 1973.
Se trata del milagro que Rafaela María del Sagrado Corazón obró en una de las vecinas del barrio que aquí vivía, Encarnación García Gallardo. Cincuenta años después, aunque muchas cosas la desmemoria las relega al olvido, este hecho religioso perdura en todos. Resultó fundamental en la causa de canonización de la religiosa para que la llevara definitivamente a los altares, mientras en el tiempo continuaran los favores espirituales a quienes con devoción se acercan a ella.
La barriada cuenta, además, con una amplia calle con el nombre de Santa Rafaela María, porque en el barrio constituyó todo un acontecimiento y esta nueva vía pasó a tener su nombre.
Mañana es el día del aniversario de aquel milagro y es de esperar que se celebre en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, lo mismo que por su Hermandad de los Dolores a la que pertenecía Encarnación García.
El benemérito y recordado sacerdote Manuel López VegaManuel López Vega fue quien, como en otras muchas cosas del barrio de Las Colonias, al que le dedicó su vida, promovió la colocación de un azulejo que recuerda este milagro en gratitud a Santa Rafaela María.
Encarnación padecía un tumor de tiroides diagnosticado por posible adenoma que llegó a alcanzar el tamaño de una naranja; aunque se pensó en su operación no tenían demasiadas esperanzas en su curación, incluso peligrando su vida.
Encarnación, que se refugia en los santos, recibe de la madrina de su marido una estampa de la beata Rafaela María, de la que decían que era muy milagrera. Un Viernes de Dolores al pasar la Virgen de los Dolores por la puerta de su casa a petición del párroco, sintió en ese momento el deseo de coger la estampa e iniciar un rezo e invocación. Sabía entonces que se iba a curar.
Otro hecho que resultó especialmente conmovedor tiene de protagonista a su hija Encarnación, que jugando en la zona de El Chorrito encontró tras un soplo de viento una estampa de la beata Rafaela. La curiosidad le llevó a buscar por los alrededores de dónde procedía y encontró una bolsa que llevó a casa. En ella se encontraban muchas estampas de la beata y en la primera de ellas llevaba escrita: “Por favor, recogerme y repartirme”. Así lo hicieron y es cuando la beata va a ser conocida en el barrio.
Encarnación García Gallardo que tenía como diagnóstico que el tumor de no operarse le iría ahogando por la presión, se encontraba a las seis de la tarde del mencionado 30 de enero tomando café con una vecina. Cuando, como relataba la propia Encarnación, sin necesidad de tocarse le dice a la amiga: “Ya no tengo el bulto”. La respuesta va a ser: “Pero cómo no vas a tener el bulto”. Contenta le bajó el cuello del chaleco y pudo comprobar que no lo tenía.
Resultó todo un acontecimiento en el barrio que se extendió a viva voz, mientras Encarnación García no dejaba de mirarse al espejo y comprobar que había desaparecido el bulto.
Las posteriores investigaciones en la causa de canonización de Santa Rafaela María llevaron al Vaticano a considerar y aprobar este milagro .
El domingo 23 de enero de 1977 la fundadora de las Esclavas del Sagrado Corazón subía a los altares. El instituto religioso recibió su aprobación definitiva el 24 de enero de 1886, en la actualidad continúa su actividad religiosa y su atención educativa en los centros escolares del mismo.
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