La Coronación de la Virgen de la Amargura eleva al cielo la devoción que Huelva le profesa

Los nervios a flor de piel y Huelva de nuevo en la calle. Una ciudad fiel a sus tradiciones y con un sentimiento cofrade latente que cuenta con un relevo generacional asegurado, haciendo perdurar la devoción que el pueblo le profesa a sus imágenes. Esa devoción es el motivo de la Coronación Canónica de la Virgen de la Amargura, un reconocimiento popular que cobra relevancia en los corazones de cada uno de los creyentes, siendo la titular de la Hermandad del Nazareno una de las más queridas por la ciudad.

La noche de su eterna Madrugá se ha cambiado por los rayos de sol alumbrando su palio, que luce con una elegancia especial y que sus costaleros mecen con esmero para llevar a la Virgen hasta el altar. La penitencia se ha dejado a un lado para expresar el júbilo de sus hermanos, que elevan su amor por María Santísima de la Amargura en este homenaje a la titular de la Hermandad. Su hijo, el Señor del Nazareno se quedaba en el templo, aguardando a su madre que cambia sus lágrimas por sonrisas.

Las puertas de la Concepción se volvieron a abrir este año para que las cuadrillas de costaleros del Señor del Nazareno y la Virgen, llevaran a la Amargura hasta la misa de su Coronación Canónica. La Placeta estaba engalanada donde las sillas inundaban la plaza recién reformada y el altar estaba exornado con rosas azucenas, astromelias y anastasias blancas que representan la pureza de María, al igual que su palio, con un exorno floral llevado a cabo por la floristería de la Victoria de Lepe. La Virgen fue perfectamente ataviada para la ocasión realizando un estreno masivo que engrandeció el acto aun más si cabe, estrenando la nueva saya oro fino sobre tisú de plata, diseñada y realizada por Jesús Rosado Borja, donada por un numeroso grupo de hermanos entre otros.

La misa pontifical fue oficiada por el obispo de Huelva, Santiago Gómez, al que acompañaron en el altar mayor, el hermano mayor del Nazareno; Marcos de la Corte; una representación de la Hermandad del Silencio del Sevilla, de la Hermandad de la Esperanza, hermanadas con la cofradía y de la Amargura de Sevilla, con la que comparten titular. Además, estuvieron presentes los padrinos del evento, el Ayuntamiento de Huelva, representado por la alcaldesa, Pilar Miranda y la Hermandad de la Cinta.

A la coronación asistieron la corporación municipal, representantes civiles, todas las hermandades de gloria y penitencia de Huelva, además de hermandades de diferentes puntos de la geografía española, llegando desde Ceuta, Santander, Osuna o Santa Cruz de Tenerife, unos 2.000 invitados que llenaron La Placeta.

Durante la presentación el canónico de la catedral y capellán de Santa María de la Esperanza, Longino Abengózar, recordó a todas las madres y mencionó amor que la Amargura profesa por todos. Además, habló de su obra social Educar para crecer, que sienta los cimientos sobre los que se construyen este acto.

El acto se desarrolló con una elegancia característica en el que la ciudad salió a su encuentro y se volcó con él. El obispo de Huelva señaló que "una Virgen no se corona canónicamente todos los días y la Amargura lo hace por la gran devoción popular que le profesa el pueblo". Santiago Gómez tampoco quiso dejar atrás la razón de ser de la Coronación, la obra social en la que la Hermandad se ha volcado "dando la mano a los niños y adolescentes en riesgo de exclusión social de la barriada de La Navidad y Las Colonias" y por ello, ha felicitado a todos los participantes "esta es la mejor forma de adornar la corona de la Amargura".

El momento de la Coronación fue el más esperado por todos, siendo a cuarta Virgen dolorosa en Huelva recibir este título. Los rayos de sol se entrelazaban con la corona enriquecida mientras que los padrinos la portaron hasta entregársela al obispo el encargado de coronarla. Un momento donde el corazón se encogió y la emoción danzó por la plaza quedando plasmada en el rostro de los presentes. Un gran aplauso comenzó y los primeros vivas a la Virgen retumbaron en la calle. Durante la misa, la coral y orquesta de la Coronación, dirigida por Sergio Lazo y formada por 80 voces y 25 instrumentos en la orquesta fue la encargada de amenizar el acto.

Tras la eucaristía comenzó el recorrido a partir de las 22:00 con la Virgen ya coronada, abriendo paso la Banda de Cornetas y Tambores del Nazareno y tras el palio fue la Banda de Música de la Virgen de las Mercedes de Bollullos, que interpretó las siete nuevas marchas compuestas especialmente para la Coronación Canónica. El cortejo estuvo formado por la corporación de la hermandad, presidencia de la Hermandad, representantes civiles, los padrinos del acto, 52 hermandades invitadas, 25 hermanos mayores y 80 hermanas de mantilla.

La Virgen se lució por las calles céntricas de la ciudad en un día histórico para la Hermandad, que estuvo a la altura en un acto que homenajeó a la titular dejando evidenciada el amor que Huelva le da en cada salida. Al caer la noche se dio rienda suelta a los sentimientos en un danzar de bambalinas eterno que quedará grabado en la retina de todos los cofrades.