Coronavirus Huelva: El comercio estará satisfecho si logra el 50% de sus ventas de una semana 'normal'
Los pequeños comerciantes abren en su totalidad en la fase 1 bajo una “regular” afluencia de clientes
La hostelería empieza con pocos veladores pero llenos
Más gente en la calle. Más tráfico. Más precaución. Más vida. Pero todavía a medio gas. Así se puede resumir el inicio de la fase 1 en Huelva. Todavía hay muchas dudas de lo que puede hacer uno aunque eso no ha sido el motivo para que muchos se queden en casa confinados. Huelva resucita pero a pasos cortos. Es la misma pero con un vestido diferente. Hay más precaución y prudencia aunque a veces no se cumpla esa distancia social tan necesaria.
Ayer fue la primera jornada de reencuentros. La libertad de movimientos permitió a los onubenses ver a sus seres queridos y amigos después de dos meses, aunque muchos optaron por seguir en sus hogares hasta que se normalice la situación un poco más. Lo que está claro es que el margen de error es mínimo si se afirma que todas las conversaciones están condicionadas por esta nueva normalidad. Prácticamente no se habla de otra cosa ahora que los reencuentros son posibles. Incluso preguntar ¿qué tal estás? cobra más sentido ahora puesto que el interés por la salud de los demás es mayor que nunca. Y además, ahora, con la fase 1 hemos pasado de ser desconocidos por la calle a poder pararnos para hablar. Una novedad que se reflejó ayer en cada rincón de la capital.
El aforo limitado continúa dentro de cualquier espacio por lo que las colas en la calle ahora son aún mayores. En bancos, estancos y supermercados se plasma todavía más. La amplia mayoría de onubenses, que también cumple con el uso de mascarillas, lee y pregunta más para no hacer un movimiento erróneo en un comercio o terraza. Cierto es que casi todo el comercio ha abierto sus puertas -con mucha menos afluencia de clientes- mientras que la hostelería ha sido más prudente. Pocas terrazas -con una reducción del aforo del 50%- se pueden ver disponibles, eso sí, casi todas llenas aunque la rentabilidad para el empresario es prácticamente inexistente. La apertura llega con el objetivo de los empresarios de volver a la normalidad cuanto antes y de reactivar así la ciudad.
La reapertura de comercios sin necesidad de cita previa fue una de las grandes novedades de este camino hacia la nueva normalidad. Muchos para captar la atención del cliente han decorado sus escaparates con descuentos y promociones con el objetivo de reactivar el negocio cuanto antes, aunque la rentabilidad que existía antes de la Covid-19 son palabras mayores.
Tanto es así que los comerciantes de la provincia se conforman con llegar al domingo con pérdidas que no superen más del 50% de su facturación normal de una semana, según ha señalado a este periódico el presidente de Huelva Comercio, Antonio Gemio. La buena noticia es que "no ha habido dificultades" en el primer día de reapertura, gracias a que "llevamos semanas preparándonos". Asimismo "los clientes están perfectamente mentalizados" de las nuevas normas. Aunque la afluencia de clientes fue "regular", las mayores demandas estuvieron en sectores como las mercerías, complementos, muebles y librerías.
"Recomendamos el uso de mascarilla. Guarde una distancia mínima de 2 metros. Dispone de gel hidroalcohólico en el mostrador". Esto es lo que reza en un cartel de una establecimiento onubense. Es un sólo un ejemplo puesto que todos los comercios tienen unas indicaciones informativas para todo aquel que traspase su puerta. "Ahora no hay la asistencia de antes. La gente está muy confusa, hay falta de información y miedo a la multa", exponen desde la zapatería Concepción 10. Así, los meses perdidos son irrecuperables y ahora "va a costar remontar" con el obstáculo también que la ausencia de turismo será una merma para los comerciantes.
La prudencia ha sido una de las actitudes del primer día de la fase 1. "¿Puedo entrar?", se escuchaba en la puerta de una tienda de ropa. Muchas preguntas que poco a poco irán tornándose en respuestas y soluciones con el paso de los días. "Estamos tomando todas las medidas con el fin de crear seguridad", explican desde Aiduski. Así, "todos los clientes se tienen que lavar las manos con alcohol para tocar las prendas y usar la mascarilla obligatoriamente". Además, el aforo lo han limitado a 2-3 personas y sólo se puede usar un probador. Estas semanas de cierrre "las hemos pasado con preocupación y a día de hoy no sabemos cómo vamos a afrontar el futuro. Se ve poca gente de momento pero esperemos que vaya creciendo para reactivar las ventas. Queremos ser optimistas".
Mientras que en algunos locales se trabaja a puerta cerrada para la pronta reapertura ante la nueva normalidad, todavía hay resquicios de la antigua. Aún se anuncia en banderolas los campeonatos de duatlón y triatlón de marzo y casi uno puede volver hacia atrás en el tiempo. Un espejismo que te manda a la realidad cuando no hay apenas veladores abiertos. Los pocos que lo hicieron llenaron pero lejos de una rentabilidad y normalidad que todavía parece casi utópica. Según la Asociación Provincial de Hostelería tan solo el 7% de los establecimientos abrieron ayer. Las malas previsiones climatológicas, la incertudumbre con los Ertes y la nula rentabilidad son algunos de los factores de esta cifra, explican desde la Asociación, desde donde señalan que ya han hablado con la Diputación para que la extensión de los veladores -como ha ocurrido en la capital con un nuevo decreto- se pueda llevar a cabo en los municipios onubenses.
Desde la Asociación Provincial de Bares Restaurantes y Cafeterías de Huelva Bareca apuntan que sólo han abierto un 10%-15% de sus asociados, algo que, como explican, también va ligado a la climatología y a los Ertes. Tampoco hubo dificultades e incidencias, gracias a la responsabilidad de todos, tanto empresarios como clientes.
"No abrimos por el aspecto sino por dar normalidad a la vida porque rentabilidad no vamos a tener", explica Manuel Salvador desde la Cafetería Lys. En este primer día "no he sentido que la gente tenga miedo sino respeto en las distancias y medidas higiénicas. La gente tiene ganas de salir y de volver a la vida normal". En su reducida terraza al 50% se veían cervezas, refrescos y amigos. Poca comida eso sí, aunque cierto es que el establecimiento cuenta con pedidos. Y además ahora no carta, sino que se cantan las tapas y raciones, y tampoco se verán servilleteros ni se podrá ir al servicio. De momento, esta es la nueva normalidad a la que la ciudadanía se va a tener que acostumbrar.
Al menos, muchos onubenses ya han visto a sus amigos y familiares después de casi dos meses de confinamiento gracias a la libertad de circulación. Otros también han podido rezar a sus devociones. El Nazareno, por ejemplo, recibía a los onubenses en el altar mayor de la parroquia de la Concepción, donde para entrar es obligatorio desinfectarse las manos. Poco a poco. Paso a paso. Huelva resucita pero todavía queda un largo camino por recorrer antes de alcanzar la nueva normalidad.
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