Crimen de Halloween: Cándido fue decapitado en la entrada de su domicilio de Huelva
El instructor ordena la entrada en prisión provisional, comunicada y sin fianza del presunto asesino, M.J.N.B. 'El Mejicano'
Huelva/Cándido Romero. Ese es el nombre de la víctima del brutal crimen acontecido en Huelva el pasado sábado, el presuntamente cometido por M.J.N.B. El Mejicano y tras el que el ya conocido como decapitador de Halloween se paseó por la avenida de Pío XII con la cabeza del finado en una bolsa.
El asesinato se produjo, a tenor de los vestigios, en la entrada de la vivienda del número 3 de la calle Teniente de Navío José Estrada Cepeda, domicilio familiar de los padres de Cándido y en el que este vivía solo desde hace años. Así lo indicó ayer a Huelva Información la sobrina de Romero, Elisabeth Arcángel, quien explicó que el lunes "tuve que ir a la casa a recoger todas las cosas con mi padre y mi hermano para poder echar el tabique a la puerta y me encontré todo, qué te voy a contar, es muy fuerte". Ella cree que "todo ocurrió en la entrada, lo sorprendió allí directamente, al abrirle la puerta".
El Mejicano pasó ayer a disposición de la autoridad judicial. Llegó escoltado por la Policía Nacional al Palacio de Justicia de Huelva sobre las 10:50, en un vehículo camuflado. M.J.N.B. puso todo su empeño en que la prensa no captara una instantánea que permita identificarlo. Con sus zapatillas sin cordones, recorrió varios metros de la calle Juan José Domínguez (mascarilla en ristre) cabizbajo y con la capucha de la sudadera cubriéndole la cabeza.
Elisabeth Arcángel
"Que no salga de la cárcel en su vida, que se pudra, lo que le ha hecho a mi tío no tiene nombre”
El decapitador de Halloween fue dirigido al calabozo de la sede judicial capitalina para, posteriormente, ser examinado por los forenses del Instituto de Medicina Legal de Huelva. Ellos determinarán si el investigado padece o no un trastorno mental.
Ya en horario vespertino, El Mejicano tuvo que sentarse ante el magistrado Javier Pérez Minaya, titular del Juzgado de Instrucción 4 de Huelva, al que ha correspondido la causa –secreta por ahora– en turno de guardia. De momento no ha trascendido si M.J.N.B. se acogió a su derecho a no declarar o, por contra, expuso su versión de los hechos a las partes.
Sea como fuere, el instructor ordenó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza. Tal y como informó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Pérez Minaya atendió así la petición de la Fiscalía, que define los hechos como un delito de asesinato, "aunque dicha calificación se irá concretando en el marco de la instrucción de la causa".
El instructor del expediente adoptó esta decisión, fundamentalmente, por la existencia de riesgo de fuga y la falta de arraigo del investigado, quien había regresado recientemente a la Huelva donde se crió, tras varios años de estancia (delictiva) en México. Allí pasó años entre rejas. Ayer entró de nuevo en un penal, ahora como presunto asesino. A las 19:15 ingresó en el centro penitenciario onubense, como pudo saber este diario.
La sobrina del asesinado desea que "no salga de la cárcel en su vida; no todos los años que se pueda, no, en su vida, porque me parece muy fuerte que un tipo así, con todos los antecedentes que tiene, salga a la calle. Que se pudra ahí, que lo torturen, lo que ha hecho con mi tío no tiene nombre", expresa Elisabeth entre lágrimas. "Estamos muy mal, y no tenemos asistencia psicológica".
Ella se enteró el sábado por las redes sociales del macabro asunto, como todos, pero no cayó ni por asomo en que la víctima podía ser su el hermano de su madre. Hasta que "recibí un mensaje de una prima mía diciendo que había recibido un audio en el que hablaba un hombre y decía que al que han matado se llama Cándido; Cándido y en esa zona, mi tío", dedujo amargamente.
Sus sospechas se corroboraron cuando "lo llamé tres veces, el teléfono lo tenía apagado, y me puse muy nerviosa". Su reacción fue "coger el coche e irme a casa de mi tío, cuando llegué estaba allí la Policía". Eran las 19:30. Allí estuvo "hasta que vino el juez para abrir la puerta y se levantó el cuerpo".
Cándido vivía solo en el que fuera el domicilio de sus padres. Y allí le arrebataron la vida. "No trabajaba, llevaba ya muchos años con la metadona, se dedicaba a su chatarrilla". Tenía 56 años y era el menor de ocho hermanos. Había sido drogodependiente "toda la vida", pero su sobrina resalta que "estuvo en Proyecto Hombre y estaba deseando curarse bien, cien por cien".
Era una "bellísima persona, muy bueno, amable, atento, todo el mundo lo quería, estaba pendiente de todos, no se metía en nada, era muy miedoso". La madre de Elisabeth era quien le gestionaba el dinero. "Estábamos muy unidos, le llevábamos la comida, todo, aunque vivimos en San Juan del Puerto nunca lo dejamos solo".
El Mejicano y Cándido se conocían desde niños. Pero "de jugar en la calle cuando chiquillos, para nada eran amigos íntimos". M.J.N.B. se marchó al país azteca a mediados de los 90 y regresó a Huelva "hace un año, no llega".
La víctima ya le había contado a su cuñado que "este estaba por aquí, que no quería saber nada de ese tío y que le daba miedo". Las alarmas saltaron hace dos o tres semanas, cuando "mi tío le pidió más dinero de lo normal a mi madre, y ella le dijo que si se lo gastaba en droga no lo ayudaba más". Elisabeth cuenta que "él llamó a mi madre y estaba muy triste, llorando muchísimo, jurándole que no tenía nada que ver con las drogas".
Su conclusión es que El Mejicano "lo tenía amenazado, seguro". Porque, tras el suceso, "nos hemos enterado de que pegó a mi tío hace un mes y de que iba dándole collejas por la calle". Entiende que quizá Cándido ocultó el problema "a mi madre porque está mala y no quería hacerla sufrir, creo que se ha callado muchas cosas y este es el resultado".
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