Dejando huella en la piel
Los onubenses se animan cada vez más a customizar su cuerpo con tatuajes convertidos en obras de arte
En los brazos, en los pies, en el cuello, en las piernas, en la cara, en los glúteos, en los pechos, en las nobles partes y partes nobles.... se han llegado a realizar tatuajes. Pocas partes del cuerpo, mejor si está cubierta de piel, no son susceptibles a ser pintadas. Con el paso de los años, la técnica de tatuar ha ido evolucionando, llegando incluso, a lugares antes impensables como es el blanco de los ojos. Tal 'evolución' no ha calado aún en el gusto de los onubenses que, afortunadamente, se inclinan cada vez más por customizar las típicas zonas de su cuerpo, para tal fin, con verdaderas obras de arte.
Atrás quedaron los simples símbolos o figurativos dibujos que definían a ciertos movimientos de la población ligados al universo presidiario, motero, heavy metal gótico... Hoy en día, se puede decir que el tatuaje ha sufrido un proceso de sociabilización, calando en todos los extractos sociales posibles. Un proceso que le ha inyectado de nuevos retos y registros a la hora de grabar en la piel todo aquello imaginable, o no. Animales, palabras, objetos tribales, flores, muchas flores, dragones... y retratos de los seres queridos -la última moda- forman un nuevo abanico por donde se mueven, en la actualidad, los tatuadores profesionales.
Tatuadores como Angel López, que ayer por la tarde le estaba dibujando a un cliente el rostro de su hija en la pierna. "Si tienes una buena técnica detrás nada te puede resultar imposible de tatuar", afirma este joven onubense, mientras moja de tinta una fina concentración de finas agujas con las que pinta tan "laborioso", cuando no curioso, encargo.
Cuando López se licenció en Bellas Artes, por la Universidad de Sevilla, sus inclinaciones musicales y cinéfilas le guiaron por el sugerente mundo del tatto, quedando atrapado en sus garras. "Aprendí esta técnica, que para mí es un arte más, en un estudiode fuera y en numerosos encuentro internacionales a los que asisto asiduamente. Hace dos años decidí montar mi propio estudio aquí en Huelva".
Estudio que, bajo el nombre 'The shining tatto', se levanta en la calle Miguel Redondo de la capital. Allí, Santos, el recepcionista, muestra a los clientes un amplio catálogo de todo lo que López puede llegar hacer. No obstante, a parte de asesorar sobre qué 'tatto' le va mejor a la persona una vez conocidos sus gustos y según la piel, reconoce dibujar todo aquello que le pidan. "La mayoría de las veces no coinciden con mis preferencias, como por ejemplo esvásticas y símbolos nazis, que no son pocos los onubenses con dichas inclinaciones. Mis inclinaciones apuntan al realismo e hiperrealismo ", comenta .
Lo que sí tienen claro, todos aquellas personas que deciden tatuarse es dónde quieren grabar el detalle. "Los brazos están ahora de moda, gracias a los futbolistas. Los Bechkam y demás famosos jugadores son los 'culpables' del boom que ha sufrido este mundo. Todo lo que tengan tatuados futbolistas o cantantes van a ser las peticiones más demandadas por los clientes.
Clientes que son consciente de que un tatuaje es para siempre. "A veces vienen queriendo cambiar el detalle o que lo hagamos desaparecer por arte de magia... pero lo único que podemos hacer es mejorarlo, restaurarlo".
Lo que también hay que tener claro es que tatuarse duele. "Es un dolor soportable, depende del trabajo y la zona. Si es pequeño, no. Ahora bien, si doliera tanto no habría tantas personas tatuadas".
Sobre su precio. Su laboriosidad y tamaño dictará la cuota a pagar. Oscilan entre 50 euros a 200 euros. "El material que utilizamos es de un solo uso, y hay que amortizar el gasto". Avisa este joven artista onubense que no todo el cuerpo se puede tatuar, como las manos, los codos, los talones, y que uno se puede tatuar a cualquier edad. Por último, López anima a los onubenses a tatuarse dibujos a todo color, y así hacer desaparecer los típicos tonos grises de ese soporte conocido como piel.
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