Doctor Cantero Cuadrado, obispo de Huelva
Historia menuda
Nacido en Carrión de los Condes en 1902 (Palencia) fue designado el 22 de octubre de 1953 primer obispo de la Diócesis de Huelva - A la muerte de Franco formó parte del Consejo de Regencia
HA llegado el momento de que don Pedro vuelva de la mano de una historia viva, imparcial y profunda como es la Historia Menuda de Huelva. Don Pedro Cantero Cuadrado nació en una casa solariega de Carrión de los Condes (Palencia) el 3 de febrero de 1902. Los hechos de sus antepasados despertarán su primera curiosidad de niño en las sobremesas familiares.
Los estudios no proporcionaron nunca un mal sobresalto a sus padres. Siempre notas excelentes. En la vida de casi todos los estudiantes siempre hay algún obstáculo en el expediente académico. El niño Pedro fue de manera constante el primero de la clase: estudios primarios, secundarios, universitarios de abogado (doctor de Derecho Civil en la Universidad de Madrid), carrera eclesiástica (fue ordenado sacerdote el 25 de marzo de 1926, festividad de la Encarnación de Nuestra Señora, realizando su misacantano en la iglesia de San Andrés de su patria chica), doctorado en Filosofía y Sagrada Teología en la Universidad de Comillas y en Derecho Civil por la Facultad de Madrid.
Durante la contienda civil española fue capellán del arma de Caballería y, durante muchos años, asesor nacional de Auxilio Social.
Su primer contacto con nuestra ciudad lo tuvo el padre Pedro Cantero, el domingo 14 de febrero de 1943, al firmar el comentario evangélico semanal que insertaba en sus páginas el diario 'Odiel'. Estos años de postguerra fueron el punto de partida de su actuación como obispo. En ellos, desempeña los cargos de redactor y editorialista del diario 'Ya' en los que durante varios años predicó la verdad de Cristo desde sus columnas; profesor de Doctrina Social del Instituto de Cultura Religiosa Superior y, durante diez años, rector de la Santa Casa de Loreto, del Real Santuario de Madrid. Además, en una entrega generosa en pro de los humildes, fue presidente del Secretariado Nacional de Ecumenismo y de la Sección Española de Bax Christi y presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social.
Estos años son cruciales para el devenir de monseñor Cantero Cuadrado, ya que realiza numerosos viajes de estudios por distintos países que le abren al mundo y a las mentalidades y da conferencias en Milán, La Habana, Buenos Aires, Montevideo, Roma, París, etc.
El viernes 27 de abril de 1951, es nombrado obispo de Barbastro siendo su consagrante el doctor don Leopoldo Eijo Garay, patriarca de las Indias Occidentales y Obispo de Madrid-Alcalá.
El lunes 13 de julio de 1953, el gran Papa de la Paz y de lo Social, Pío XII, concedió a Huelva el sueño justamente acariciado durante tantos años, erigiendo a la ciudad onubense en Diócesis. Y necesitando proveer la incipiente Diócesis de un Prelado que reuniera condiciones especiales para ocupar la nueva Silla Huelvense, cuando amanecía el jueves 22 de octubre de 1953, halló en el doctor Cantero Cuadrado al hombre especializado en cuestiones sociales y lo designó como el primer Obispo de Huelva.
El día 15 de marzo de 1954 el diario 'Odiel' publicó un número extraordinario con motivo de que en aquella jornada histórica hizo su entrada en Huelva el Obispo de la nueva Diócesis: doctor Cantero Cuadrado. En la primera página se leía en grandes titulares: "Bendito el que llega en nombre del Señor…".
El rasgo personal más definido de monseñor Cantero Cuadrado fue su extraordinario valer y capacidad de acción. Así, mejoró el ambiente cristiano que existía en nuestra ciudad. Durante su etapa se realizó una óptima labor en pro de las personas más desfavorecidas, erigió el Seminario Menor Diocesano y el Palacio Episcopal (lo que levantó, sobre todo por este último edificio, algunas diatribas, aunque él no preconizó la suntuosidad en la residencia del Conquero). Fue testigo de las bendiciones de las iglesias de Los Dolores, San Sebastián, Nuestra Señora del Rocío, dio mayor realce a las celebraciones de San Sebastián y, sobre todo, de la Virgen de la Cinta, de la que fue muy devoto…
Recibió el título de Hijo Adoptivo de Huelva el martes 30 de junio de 1964. En su discurso de agradecimiento, dijo emocionado:
"…A lo largo de estos años, he procurado sembrar amor en todos vosotros y ahora veo como ese amor es realmente correspondido y por ello comprenderéis que mi corazón en estos momentos está latiendo y vibrando con una emoción y un sentimiento de amor y gratitud a todos vosotros, que yo quisiera que fuera una realidad lo que nos acaba de decir nuestro dignísimo señor Gobernador Civil: que yo sea siempre el Obispo de Huelva, más que el Arzobispo de Zaragoza; algo así, salvando la distancia, como aconteció con aquel gigante, don Manuel González, que pasó a la historia con el nombre de Arcipreste de Huelva, más que como Obispo de Palencia y de Málaga…".
En el mismo sentido, su bondadoso proceder le granjeó numerosas amistades. Además, en Huelva pudo desarrollar su afición a la literatura, la música y, sobre todo, a la pesca con caña. Por su parte, el pueblo de Huelva siempre se volcó en su cariño a su antiguo Obispo. De esta manera, se preocupó, solicitándole información, durante la grave enfermedad de don Pedro; son célebres los viajes que efectuaron para visitarlo a Zaragoza "Er niño del SEAT H-5153" en abril de 1969, y de la Hermandad de Emigrantes en julio de 1973…
En la parcela literaria, su pluma galana le avaló la autoría de las obras 'La ruta española', 'La obra católica de España', 'A más técnica del apostolado de un pueblo', 'Diálogos por el mundo' y 'Vida de Santa Isabel de Portugal'.
En junio de 1964 fue designado Arzobispo de Zaragoza. No por ello perdió de vista a Huelva. Así, nos visitó el día 17 de junio de 1966, invitado por el obispo de la Diócesis, Monseñor García Lahiguera, para ordenar a la primera promoción de sacerdotes que salía de nuestro Seminario Diocesano. El jueves, 20 de junio de 1968, aprovechando su asistencia al Congreso Eucarístico de Sevilla, se acercó a la que había sido su Diócesis, dirigiéndose al Rocío, donde ofició la santa misa ante la Blanca Paloma, encaminándose a continuación a Bollullos del Condado, Bonares, La Rábida, con visita al Monasterio. Días más tarde, presidió dos emotivos actos en Nerva: Bendición de la Cooperativa Artesana 'Monseñor Cantero', y entrega de la Medalla de Plata del Mérito al Trabajo, colectiva, a las Hijas de la Caridad del Colegio 'Virgen Milagrosa'.
Por la tarde visitó la factoría de la Río Gulf, las obras del Puerto en construcción en Torre Arenillas, Punta del Sebo, empresas del Polo y visitó el Santuario de la Cinta.
En enero de 1976, don Pedro quiso regresar en alma ante la Virgen de la Cinta enviándole, desde Zaragoza, por conducto de monseñor González Moralejo, su anillo pastoral y su cruz pectoral con la cadena grande de oro, todo ello regalo del pueblo onubense y que él pretendía que volviera a Huelva.
A la muerte del general Franco y hasta la proclamación de Juan Carlos de Borbón como Rey de España, en noviembre de 1975, le correspondió, con el ya fallecido Alejandro Rodríguez de Varcárcel y Ángel Salas Larrazábal, desarrollar las funciones de la Jefatura de Estado formando parte del Consejo de Regencia. Asimismo, cuando el Rey se ausentaba por visitas protocolarias a otros países, el citado Consejo asumía la Regencia de España. Con las elecciones del 15 de febrero de 1977, monseñor Cantero Cuadrado dejó de pertenecer a las Cortes Españolas. Previamente, en febrero de ese mismo año, Pedro Cantero Cuadrado había pedido su dimisión como arzobispo de Zaragoza al haber cumplido 75 años, dimisión que estaba de acuerdo con el espíritu del Concilio Vaticano II.
El Sr. Cantero Cuadrado falleció en las últimas horas de la mañana del día 19 de diciembre en su domicilio de Madrid, Avenida de los Toreros, número 53, 2º D, tras larga enfermedad de tipo pulmonar. El sepelio de monseñor Cantero Cuadrado se celebró en Zaragoza. Su muerte fue muy sentida en nuestra ciudad, ya que se le consideraba un huelvano más.
Don Pedro siempre dijo que en Huelva había pasado los mejores años de su vida. Nos podemos sentir orgullosos de su paso por nuestra acogedora ciudad.
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