Enagás crea un proyecto de producción de agua y baterías de hidrógeno

Huelva/El Gas Natural Licuado contenido en las instalaciones de Enagás en el Puerto de Huelva está almacenado a 160 grados bajo cero. Si las empresas de congelados precisan -30º, la pregunta es simple: ¿qué se puede hacer con el frío que todavía sobra en ese proceso? La respuesta, no tan obvia la ofreció Javier Ruesga, director de Enagás For Efficiency: crear un proceso en el que se produzca agua e hidrógeno que será utilizado para pilas de combustible de vehículos y cuyo único residuo en su combustión es, nuevamente, agua.

Con la más que eficaz táctica de sorprender cada minuto a quien le escucha, Ruesga demostró las posibilidades del frío generado por el GNL, desde criogenizar cualquier organismo que entre en contacto con él en segundos, hasta evaporarse en el mismo instante que entra en contacto con el aire. Se trata de una energía limpia y que hasta el momento no se aprovechaba, se perdía en el proceso; de hecho, se conseguí enfriar la temperatura del mar, ya que se vertía en el mismo. Lo que se pretende ahora, es “aprovechar esa parte de la energía que no es mucho, apenas un 0,5%, pero ese porcentaje de una gran cantidad, es algo a tener en consideración, ya que hablamos aproximadamente de unos 15.000 kilovatios al año”.

Ruesga quiso recordar que “Enagás es el líder mundial en GNL y que en Huelva está una de sus instalaciones de referencia en todo el mundo, ya que es una de las mayores de todas. Sirva como ejemplo que tenemos almacenada la misma energía de 15 centrales nucleares de 1.000 megavatios y que en cada uno de los 6 tanques que disponemos, entran tres estadios como el Nuevo Colombino”.

Ruesga detalló las principales características de un tendido que deberá llevar una tubería desde la planta de Enagás a las instalaciones del Muelle Sur, aunque en principio serán solo 9.000 kilovatios. Para transportar el frío se ha elegido el CO2 como fluido de transporte.

Para ello, Enagás ya ha puesto en funcionamiento, unas instalaciones en un edificio de 15 metros de altura que se encuentra en pleno proceso de entrada en funcionamiento. Desde el mismo, se llevará el frío hasta cada cliente y, en un circuito cerrado, regresará a la planta donde volverá a enfriar de nuevo.

Ruesga quiso enfatizar la importancia del ahorro energético que se producirá con las instalaciones cuando estén en pleno funcionamiento. De hecho, se depositará en el mismo lugar para después enviarlo a cada una de las empresas instaladas en el Hub Logístico, para lo que se utilizará el método que consideren mejor para sus instalaciones en lo que se llama “la última milla”, es decir aquellas técnicas que consisten no sólo en llevarlas hasta el lugar requerido, sino hacerlo de una manera más individualizada