Enrique y Paqui pudieron morir por un accidente la noche de su desaparición en El Espigón
La Policía espera los resultados preliminares de la autopsia y los indicios recogidos en el vehículo para explicar por completo las circunstancias del fallecimiento de ambos
Huelva/Las primeras hipótesis de los investigadores de las muertes de Enrique Fuentes y Paqui Romero, parecen inclinarse por un fatal accidente como causa de las mismas. No obstante, fuentes conocedoras de los hechos, señalaron ayer a Huelva Información que hasta que no se analicen los resultados preliminares de las autopsias y se obtengan los primeros resultados tanto de los análisis de muestras, como de los indicios recogidos en el coche donde fueron encontrados, así como en el lugar y las inmediaciones donde apareció, no se podrán dar los primeros pasos ciertos hasta el esclarecimiento completo de los hechos. Para ello, podrían pasar “varios días” hasta que se tenga la certeza acerca de lo que pudo pasar en los accesos a El Espigón, donde fueron encontrados ambos. Mientras tanto, los restos mortales de Paqui fueron incinerados en la mañana de ayer, mientras que los de Enrique serán enterrados hoy.
La información oficial dada a conocer en la noche del sábado por parte de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Huelva, apuntaba a que ambos cuerpos, después del examen preliminar realizado por los forenses del Instituto de Medicina Legal tan pronto como se consiguió sacarlos del vehículo en el que se encontraban, “no presentaban signos de violencia”.
Comenzaba a tomar cuerpo la hipótesis de que el fallecimiento de ambos se pudo producir por un accidente el mismo día en el que se denunció su desaparición. Esa conclusión explicaría que en una zona relativamente transitada no se hubiera detectado la presencia de ningún vehículo desde el pasado 26 de octubre, última fecha en la que se tiene constancia del paradero de ambos.
Al parecer, el vehículo accedió al lugar próximo a donde fue encontrado de manera voluntaria (las protecciones del puente no están dañadas por lo que se descarta que cayera al agua de manera accidental) y fue allí cuando fue sorprendido por la marea y la fuerza del agua les impidió abandonar el coche. La noche del día de su desaparición, la bajamar se alcanzó pocos minutos después de la medianoche. Se trata de una zona de influencia mareal intensa con fuertes corrientes y con un fondo en el que la visibilidad es muy escasa, tal y como pudieron comprobar los integrantes del Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil que fueron los que localizaron los cuerpos tan pronto como fueron movilizados al descubrirse el coche por parte de un ciclista que circulaba por el lugar a primera hora de la tarde del sábado.
Esos son los indicios con los que los agentes que investigan el caso tratarán de encontrar una explicación al mismo, según pudo conocer Huelva Información de fuentes cercanas a los hechos.
La hipótesis del accidente también corroboraría la versión que sostienen las familias de ambos, que desde el primero momento que denunciaron su desaparición, descartaron que la misma pudiera ser voluntaria. Ni su comportamiento anterior, especialmente el apagado de sus teléfonos móviles de los que se pierde el rastro el mismo día 26 de octubre, ni la retirada de ropa y dinero de sus pertenencias apuntaba a ello. Sus allegados sostenían que su intención era salir a cenar a algún pueblo y luego volver el mismo día a casa, no dormir fuera.
Desde hacía once días se les buscaba intensamente con dispositivos de geolocalización, así como con las cámaras de seguridad y vigilancia que rastreaban la ruta que pudo haber seguido el Peugeot 308, con matrícula 8351 HRR de color gris en el que fueron hallados sus cuerpos en la tarde del pasado sábado.
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