El Espacio Natural de Doñana destaca el "efecto mitigador" de las últimas lluvias sobre la sequía
Registra una precipitación acumulada, a fecha de 31 de marzo, de 496 litros por metros cuadrado, "situándose por encima de la media
Doñana florece tras la sequía: el antes y el después de la marisma de El Rocío tras las lluvias
El Entorno Natural de Doñana (END) ha destacado el "efecto mitigador" sobre la "importante sequía" de las intensas precipitaciones ocurridas durante el mes de marzo, ya que "se han inundado todos los caños y zonas profundas de la marisma, aunque con láminas someras de agua" y se espera "una mejoría significativa en el período reproductor".
A través de una publicación en sus perfiles de redes sociales, el Entorno Natural de Doñana ha indicado que, a pesar de que las precipitaciones han tenido un carácter generalizado en toda la comarca, se han registrado "importantes variaciones locales" con valores que en la actualidad registran "oscilaciones entre los 676 litros por metro cuadrado recogidos en algunos pluviómetros de Hinojos, a los escasos 400 litros por metro cuadrado acumulados en la zona de Marismillas.
No obstante, la referencia que toma la entidad es la Estación Agroclimática del Ifapa, situada al norte de El Rocío, que registra una precipitación acumulada, a fecha de 31 de marzo, de 496 litros por metros cuadrado, "situándose por encima de la media de precipitaciones registradas para el mes de marzo en el área protegida (429 litros por metro cuadrado)".
Por tanto, la entidad ha señalado que "la práctica totalidad de las zonas inundables de la marisma del END dependen de la cantidad de precipitación anual y los aportes de los principales cauces, que vierten a la misma --fundamentalmente, Arroyo de la Rocina, Arroyo del partido y Caño Marín y río Guadiamar a través del Caño Travieso--, por lo que en el momento en que estos cauces "han entrado de funcionamiento de manera significativa, las áreas inundadas en la marisma se han multiplicado".
A través de las primeras imágenes satelitales del Sentinel 2, se ha podido comprobar que "se han inundado todos los caños y zonas profundas de la marisma, aunque con láminas someras de agua", no obstante, han señalado que en zonas como Las Nuevas "el nivel a día de hoy alcanza los 70 centímetros de altura".
Por otro lado, destacan que lagunas históricamente permanentes como Santa Olalla, Dulce o Sopetón tienen "una buena parte de su superficie inundada", además, han entrado en funcionamiento los principales cauces que aportan agua a la marisma, destacando la Rocina, el arroyo del Partido, Caño Marín y el Caño Travieso, lo que ha supuesto "la inundación de extensas superficies de marisma".
Por otro lado, hasta el episodio de lluvias de marzo, existía inundación en la Marisma del Rocío, hasta la mitad del curso del Caño y la Madre, pero las últimas lluvias "han supuesto una extensión de la superficie inundada que se ha alargado hasta prácticamente Juncabalejo". Asimismo, la Marisma de Hinojos también presenta "una extensa inundación aunque con escasa profundidad".
El Caño Guadiamar
Por otra parte, a través de las aguas de la Marisma de Hinojos y el Caño de Resolimán está llegando agua al Caño Guadiamar (en sentido inverso al natural), lo cual unido a las precipitaciones de la última semana de marzo "han formado una extensa lámina de agua en este caño que llevaba años sin presentar este aspecto". Asimismo, el propio río Guadiamar ha presentado "una importante avenida que ha anegado Entremuros, permitiendo una importante entrada de agua a través del Caño Travieso que ha desbordado inundando Caracoles y el sector nororiental de la Marisma del Parque Nacional".
Además, la entidad ha detallado que también se ha inundado en más del 70% de su extensión la marisma más meridional del parque nacional, aunque la lámina de agua "no es muy profunda", como se puede observar en el estado de inundación del Lucio del Membrillo o el de Vetalengua.
Las zonas marismeñas del Parque Natural de Doñana también presentan "un aspecto propio de estas épocas", con una pequeña lámina de agua en gran parte de la Marisma Gallega, en las balsas y lucios de Veta la Palma, y extensas áreas de las Marismas de Bonanza, ya en la provincia de Cádiz.
Por todo ello, desde la END han señalado que estas precipitaciones deben considerarse con "un efecto indudablemente positivo" sobre la situación general del campo y la recarga del acuífero y "palian parcialmente la situación de sequía acumulada que venimos padeciendo en la última década".
Además, han destacado que aunque la invernada "no ha sido buena" por falta de inundación, entre otras razones, es "previsible una mejoría significativa en el período reproductor en relación a los dos años anteriores".
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