El Malacate
Javier Ronchel
La Huelva despolarizada
El octogenario Eugenio León, más conocido como El Persia, personaje peculiar que esconde una vida llena de matices, expone durante estos días en la Cervecería Robles de Nerva una veintena de trabajos pictóricos que su hijo, el periodista Juan Carlos León, ha ido recopilando con el paso del tiempo.
El Persia no se considera pintor, con todas las connotaciones que esa palabra engloba en una tierra de artistas como la de Nerva. Pero el simple hecho de ser y sentir la localidad minera como pocos, le dio pie a coger un día el pincel y no parar desde entonces.
Extrovertido, descubrió la pintura cuando se jubiló y aún con 88 años sigue pintando. Servilletas, cartones, papeles, cualquier soporte es bueno para él para expresar lo que siempre llevó dentro y que su agitada vida le impidió interpretar. Ha vuelto a Nerva desde Madrid, donde vive, y se ha encontrado con la sorpresa de que aquellos apuntes, sus paisajes, sus flores y sus personajes están colgados en una pequeña exposición de la Cervecería Robles.
Emocionado y sorprendido ha agradecido que se le reconozca ese "pequeño" talento que no pudo desarrollar mientras se defendía ante la vida. Y aún nos quedará alguna sorpresa más, como sus escritos, las cartas dibujadas y coloreadas que envía a sus amigos y que son todo un acontecimiento cuando llega la Navidad, o sus poesías, sin métrica, pero llenas de sentimiento.
Quizás en agosto, en la revista Nervae, volvamos a conocer algún capítulo nuevo de esa vida llena de aventuras y de matices siempre sorprendentes, como su apodo El Persia, heredado de su suegro que al grito "¡Dátiles de Persia, vendo dátiles de Persia!" se quedó en los años de la República con un mote conocido en la cuenca minera y en la Sierra. Hoy sus cuadros llevan esa firma.
Nervense de pro, nos sorprendió el pasado año con el primer capítulo de un libro en el que narraba en primera persona su experiencia, con solo doce años, al convertirse en protagonista involuntario de la entrada de las tropas franquistas en Nerva. Una foto en el Museo Minero de Ríotinto revelaba el primer desfile de un 18 de julio en Nerva en la que él estaba en primer plano.
Emigró a Alemania en plena Segunda Guerra Mundial, con sorprendentes vivencias que narró en un programa de televisión.
El día del desembarco en Normandía estaba en París camino de Nerva. No duró mucho su estancia en la población minera, ya que se estableció en Blanes. En los años 50 regresó de allí, abriéndose posibilidades comerciales y haciéndose muy popular en la cuenca minera y en la Sierra.
La Cervecería Robles se ha convertido en los últimos años en punto de encuentro expositivo para artistas de todo tipo, veteranos y noveles, donde tienen un hueco entre las paredes de este singular bar nervense.
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