Fallece Garrido Roiz, el hombre que encontró Tartesos en Huelva
Era el arquetipo del arqueólogo más clásico. Pantalón corto de varios bolsillos, camisa de pana, con su pipa en la mano. No le hizo falta acudir a excavaciones legendarias en otros países para descubrir y adentrase en una gran civilización. En su Huelva natal, en el castizo barrio de San Sebastián y, para más señas en el cabezo de La Joya, encontró lo que cualquier arqueólogo hubiese soñado en su vida. El destino se lo puso en sus manos y le enseñó al mundo que Huelva es Tartesos. La necrópolis de La Joya le ofreció un material excelente, expuesto en los mejores museos y con el que pudo situar en el mundo la importancia histórica de Huelva. Esta semana falleció en Madrid, donde residía.
Convencido de la arqueología como instrumento de la historia, era doctor en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y profesor emérito de la misma, arqueólogo y antropólogo, fue conservador y subdirector del Museo Nacional de Etnología. Dirigió las excavaciones arqueológicas en Huelva en la necrópolis orientalizante de La Joya y en el cabezo de la Esperanza, en colaboración con H. Schubart, como en el cabezo del Castillo de San Pedro y en la calle Puerto.
No creía que Tartesos fuese un reino. Quizá por eso, por su claridad, la Universidad de Huelva no le invitó al congreso internacional de arqueología sobre Tartesos. Su contundencia y convencimientos científicos le hicieron un profesor sin ataduras. Se licenció en Derecho para ir a los tribunales y defender la arqueología en Huelva frente a las tesis de la Consejería de Cultura, que le impedía la investigación. Se opuso al proyecto que el Ayuntamiento de Huelva tenía para el cabezo de San Pedro, porque consideraba que lo que había que hacer es investigar, porque afirmaba que ahí está todavía la historia de la ciudad.
Siempre tuvo cerca a mucha gente que no sólo le aplaudió y reconoció sus conocimientos científicos, sino que valoró a la persona. Los Amigos del Museo de Huelva y la Asociación Profesional de Arqueólogos de Huelva, le hicieron un reconocimiento público en el Museo en noviembre del pasado año y tuvo la oportunidad de volver a hablar de Tartesos y denunciar que desde hace treinta años se viene destruyendo en los solares para nueva edificación en nuestra ciudad. Le preocupaba el proyecto actual de urbanización de La Joya, porque hay que seguir investigando aquí, pero también en toda la ciudad, decía. Descansa en paz. Que la tierra te sea leve.
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