Fertiberia pide a las administraciones que agilicen la regeneración de las balsas de fosfoyesos
La empresa apunta a un periodo de diez años como plazo para su recuperación completa
Durante 30 años se llevarán a cabo inspecciones del estado del suelo y las aguas
El presupuesto destinado al mismo aumenta hasta los 70 millones
Huelva/Fertiberia tiene un plan y está dispuesta a llevarlo a cabo; afecta a 720 hectáreas de las balsas de fosfoyesos correspondientes a las zonas 2, 3 y 4 –ésta última reclamada por la Junta de Andalucía y no incluida en una primera versión del mismo; se prolongaría durante un periodo de una década, tras la cual garantiza la total recuperación del entorno y, lo que es incluso más importante, tiene el dinero que en esta ocasión ha elevado a los 70 millones de euros para llevarlo a cabo.
Lo que le falta es la conclusión de los trámites administrativos y eso no depende de ella. De momento, la pelota está en el tejado del Ministerio de Transición ecológica que debe aprobar la Declaración de Impacto Ambiental; después pasará a la Junta de Andalucía y con posterioridad al Ayuntamiento de Huelva que deben autorizar el comienzo del mismo y es ahí donde se pueden complicar las cosas y donde el proyecto corre más peligro, bien de dilatarse en el tiempo, o directamente no llevarse a efecto.
Juan Ramón Miró es el responsable de la dirección técnica del proyecto de restauración de las balsas de fosfoyesos y del proceso administrativo-judicial en torno al mismo de la empresa Fertiberia. Ayer, junto al gerente de la Asociación de Empresas Químicas, Básica y Energéticas (Aiqbe) Rafael Romero, fueron los encargados de esbozar un complejo documento que debe terminar con un problema endémico en la ciudad.
El proyecto que pondrán en marcha tan pronto como logren superar los trámites burocráticos, comenzaría con el sellado de los canales de agua de la marisma que es “una respuesta a una de las 1.345 alegaciones que recibimos en la presentación del plan y que evitarán el contacto entre los dos entornos; esta labor se haría con yeso lavado , arcilla compactada y con escollera que impediría que incluso durante la marea alta, se llegara a filtrar ningún tipo de material”.
Con posterioridad se cubriría la zona con una lámina de polímero que tiene una vida últil de 400 años, seguida por una de arcilla de 60 centímetros que impermeabilizará la zona por completo y una última de 40 centímetros de tierra vegetal cultivable en la que se plantarían especies autóctonas compatibles con la vida en la marismas y su ecosistema. Los trabajos han sido encargados a la empresa Ardaman Associated que cuanta con más de 60 proyectos de clausura en todo el mundo, el último de ellos en Florida, que tenía más de 40 metros de alto y más de 364 hectáreas que ha sido distinguido con un galardón del Colegio de Ingenieros.
Esta es una de las preguntas que se hizo el responsable de Fertiberia para expresar su extrañeza por el retraso en aplicarse el plan. Miró lanzó la pregunta de “¿por qué en otros lugares del mundo se puede hacer y aquí no?” La respuesta, según la empresa, es la “excesiva politización y desinformación en torno al proyecto; hay grupos que viven exclusivamente de ello. Además, esta aumenta cuando se aproximan las elecciones municipales. Parte del proyecto, como son los sellados de los canales de agua, podrían estar ya en marcha”.
El encapsulado es, según Fertiberia, “la única alternativa posible para seguir los requerimientos de la Audiencia Nacional que determinó que cualquier tipo de recuperación debería hacerse en el mismo lugar donde se encuentran las balsas”. Además, han calculado que “deberíamos encontrar diez vertederos en otras tantas localidades de la provincia y trasladar todos los fosfoyesos a esos lugares, para lo que precisaríamos de 500 camiones durante 30 años. Después de ello, deberíamos clausurar esos 10 vertederos de una manera similar al encapsulado que proponemos ahora”.
Uno de los aspectos en los que ayer se incidió de una manera especial es el descartar la peligrosidad de los fosfoyesos. De hecho, se esgrimió en repetidas ocasiones el propio informe del Consejo de Seguridad Nuclear que en la nota dada a conocer a comienzos del pasado mes de octubre, reconocía literalmente que “ha tenido conocimiento de distintos emplazamientos con presencia de radiactividad en España –entre los que se encuentran las balsas de fosfoyesos– en los que se estima que no existe riesgo radiológico significativo”.
Desde Fertiberia se quiso descartar por completo “la peligrosidad de los fosfoyesos” y ha recordado que “la dosis media anual en España son 3,7 milisievert (unidad de medición de la radiactividad); por un escáner se llega a los 7; las balsas de fosfoyesos apenas llegan a 1”. Además, ha querido adelantar que “cuando termine el proceso de regeneración, la radiactividad que genere será menor que la que hay en el entorno natural”.
Tampoco se verían afectadas, según la empresa, las aguas circundantes, especialmente si se lleva a cabo el sellado propuesto para evitar cualquier tipo de contacto. En este sentido ofrecieron el dato de que “en San Juan del Puerto el ph de las aguas del Río Tinto es de 3,5 (ácido), mientras que en la ría de Huelva llega a valores de entre 6 y 7 (neutros)”. Tampoco se van a ver afectada la estabilidad de las balsas, “ni por supuesto eso que se ha escuchado de que los yesos van a terminar en Mazagón; el propio peso de los fosfoyesos ayuda en su compactación y es imposible que algo parecido suceda”.
El plan de Fertiberia incluye, además de los diez años necesarios para su conclusión definitiva, otros 30 años en los que “se producirán inspecciones constantes inspecciones de los trabajos realizados, así como de la calidad de las aguas y tomas de tierra para conocer su estado en tiempo real”.
Lo queda por afrontar ahora, es la enorme maraña administrativa que supone un plan como este. De momento, el plan está a la espera de que el Ministerio de Transición Ecológica se pronuncie con una Declaración de Impacto Ambiental que la empresa espera que sea positiva. Según adelantó Huelva Información el pasado miércoles, el compromiso sería hacerlo antes del próximo mes de abril, toda vez que se han solicitado requerimientos a la Junta de Andalucía y al Ayuntamiento de la ciudad para “tener la máxima información técnica sobre el mismo”. Serán estos meses los necesarios para resolver las alegaciones presentadas por los diferentes colectivos y que llevan a que el plan todavía no esté cerrado del todo.
Será entonces el turno de la Junta de Andalucía y será el primero de los escalones administrativos donde la aprobación definitiva corra el peligro de encallarse. A pesar de que se ha incluido la zona 4, es decir, aquella donde se depositaron los residuos radiactivos procedentes de la planta de Acerinox, las últimas manifestaciones del Ejecutivo autonómico apuntan también a la zona 5, de la que no aceptan que no se haya realizado ningún estudio sobre su posible contaminación y que sea considerada como marisma natural. La autorización ambiental de la Junta, es absolutamente indispensable para continuar con el mismo.
De superarse este escollo, quedaría el permiso de obras para que las mismas se puedan lleva a a cabo. En estos dos últimos escalones se pueden dilatar todavía más los trámites y no será extraño que se soliciten a la empresa información y datos adicionales antes de proceder a su valoración y concesión definitiva, pero todo parece indicar que, de no producirse un cambio sustancial sobre las posturas ya conocidas, el largo plazo es el único razonable para que el plan de Fertiberia pueda iniciarse.
Por ello, la comparecencia de ayer de Fertiberia, cabe interpretarse como un llamamiento a las administraciones para que se agilicen lo más posible todas sus actuaciones.
Desde Aiqbe se considera que “estamos ante una enorme oportunidad para el desarrollo de toda la provincia de Huelva”, mientras que desde la empresa, se aducía de manera constante que “hemos cumplido todos los requerimientos que nos marcó la Audiencia Nacional, por lo que no entendemos el retraso en la tramitación del plan. Además, esperamos que a partir de ahora se sea igual de estricto con otros planes de regeneración como lo han sido con el nuestro”.
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