La Fiscalía de Huelva no abre diligencias pero sí investiga los mensajes de los narcochats
La Policía Nacional también ha detectado referencias a sus movimientos en diversos grupos, donde se le menciona como “la secreta”
Los escandalosos mensajes de los narcochats, que radian prácticamente en directo la ubicación de las patrulleras de la Guardia Civil y de Aduanas en la costa occidental onubense, están vigilados de cerca por el Ministerio Público. Como manifestó ayer a Huelva Información el fiscal jefe de la provincia, Alfredo Flores, "formalmente a día de hoy no tenemos nada, lo cual no quiere decir que no se esté investigando".
Es decir, que la Fiscalía de Huelva no ha abierto diligencias de investigación o un expediente gubernativo al respecto de los tres chats de Whatsapp que quedaron ayer al descubierto en las páginas de este periódico, pero "cualquier cuestión que tenga relación con posibles formas de criminalidad organizada se tiene en cuenta y se investiga".
Flores abunda en este aspecto: "La Fiscalía no tiene una investigación concreta abierta pero, evidentemente ante esta noticia nosotros nos movemos, utilizamos nuestros mecanismos, teniendo en cuenta que para que algo tenga un mínimo resultado hay que ser discreto y utilizar mecanismos que a veces no son los más formales, pero lo tenemos en cuenta y lo investigamos, hay muchas formas de investigar".
Más allá de Vigilancia Aduanera y la Benemérita, la Policía Nacional también sufre a diario –en grupos de similares características– el seguimiento de sus pasos por el territorio provincial, especialmente el Grupo de Estupefacientes. Como señalaron ayer fuentes policiales a este periódico, "generalmente es algo que encontramos de forma colateral", no que se persiga a propósito. Cuando se requisan los teléfonos a los traficantes y el juzgado de turno ordena el volcado de los datos, se confirma que los delincuentes están en varios de estos chats, de los que obtienen información muy valiosa para llevar a cabo su actividad ilícita.
En dichos grupos los agentes del equipo antidroga han podido reconocerse en expresiones como "la secreta" o en otras como "ya están los tíos por aquí". Cuando hablan del pájaro, "a veces también se refieren a nuestro helicóptero", apuntan las mismas fuentes.
Si algo tienen claro los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía es que los traficantes y su entorno se cuidan de hablar abiertamente y de llamar a las cosas por su nombre, "no usan un término claro".
Estos grupos de Whatsapp están más vinculados a los pueblos, con un número de habitantes notablemente más reducido que el de la capital y donde es más fácil reconocer la presencia de foráneos. "Si los chavales ven un coche raro, con gente que no es de allí, dan el aviso; la tecnología te permite esa inmediatez", agregan las fuentes de este rotativo.
¿Hay delito en los grupos de la discordia?
Esta es la es gran pregunta. El fiscal jefe de Huelva considera que la actuación de los participantes puede tener encaje en el Código Penal "si consigues acreditar que hay una red organizada para darle cobertura al narcotráfico". De hecho, en distintas sentencias "se ha condenado a gente por dar este tipo de información, de ayuda". Sin embargo, Flores matiza que "muchas veces es muy difícil llegar a algo eficaz si es a través de grupos de mensajería con mucha gente".
Algunos expertos de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad consultados por este periódico señalan que no hay espacio para el ilícito penal en la conducta de los participantes que han intercambiado mensajes en los grupos a los que hacemos referencia. "Es más como un estudio sociológico, un modo de actuar poco cívico por parte de los ciudadanos", subrayan.
Otros, en la misma línea, precisan que "es una conducta incívica pero no delictiva, porque en ese grupo puede haber narcos pero también un mariscador ilegal". No obstante, sí refieren que "podría ser un delito de favorecimiento del narcotráfico".
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