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La obra casa/estudio-estudio/casaen Galaroza de Carlos Gómez Sos, recibe el Premio de Arquitectura del Colegio de Arquitectos de Huelva (COAH) en esta edición, y se lleva también el premio del voto de opinión, coincidiendo con el máximo galardón otorgado por el jurado. La entrega de este galardón en la Casa Colón ha sido la clausura de la Semana de la Arquitectura de Huelva en 2023.
Esta gala ha contado con la presencia de la alcaldesa de Huelva, Pilar Miranda, quien ha clausurado esta semana de celebración para los arquitectos; y del Decano del COAH, Francisco Rodríguez Pantoja, quien ha cerrado el acto con su discurso, pidiendo calidad en las obras, como reza el lema de esta edición.
Asimismo, en el acta del jurado se ha realizado una mención especial para el proyecto de Adecuación Paisajística de la Almadraba de Nueva Umbría en Lepe, de María González y Juanjo López de Sol89.
Las cinco obras seleccionadas para la fase final de estos premios han sido la del IES San José de Cortegana; el centro de exposiciones y congresos de Ayamonte o una vivienda unifamiliar en Mazagón; junto a las dos obras premiadas.
El acto ha comenzado con la conferencia por parte del arquitecto José Antonio Carbajal, de Estudio Carbajal. Del mismo modo, se ha otorgado un premio a la Calidad en la Arquitectura, que este año ha recaído en la localidad de Isla Cristina, por el buen hacer a la hora de realizar proyectos nuevos en el municipio, atendiendo a parámetros de calidad frente a otros factores.
La labor de Carlos Gómez Sos con la antigua posada de Galaroza viene siendo destacada, desde que hace años este arquitecto decidió establecerse en la localidad. Ha convertido el inmueble en una referencia en varios ámbitos y así ha sido reconocido recientemente en diversas publicaciones de prestigio relacionadas con la profesión.
La Posada es símbolo del pueblo por muchos motivos. Su faceta histórica es incuestionable, estando considerado como uno de los edificios más antiguos de Galaroza, hundiendo sus raíces en el siglo XIV. Ha alojado a personajes de renombre, como Álvaro de Castilla, que llegó a ser miembro del Consejo Real de Castilla durante el reinado de Felipe V, e incluso está considerada como la cuna de José Joaquín Romero Fernández de Landa, el primer ingeniero naval de la marina española. Además, es como la puerta de entrada al barrio de Los Riscos, una de las zonas más intrincadas y auténticas del pueblo.
La idea fue desde el primer momento conservar el inmueble aportando dosis de modernidad, de comodidad y de eficiencia energética, respetando la tradición, los materiales y la estética propias de la arquitectura vernácula serrana.
Lo consiguió creando espacios nuevos, adaptando los existentes, solventando daños estructurales, mezclando estilos autóctonos con soluciones nuevas que dieran nueva vida a cada rincón. Tuvo que resolver el problema de hacer del estudio también su morada, con los inconvenientes supuestos en términos de habitabilidad.
Al final, como reconoce el autor, el resultado vino de la mano de su actitud ante la vida y la profesión, adaptando zonas de trabajo y simultaneándolas con las domésticas para conformar un híbrido entre profesión y vida, pudiendo convertir un salón en sala de exposiciones o un despacho en dormitorio principal, según las necesidades.
Se mantienen la bodega o el horno de barro en el doblao, materiales constructivos como la piedra, la madera o el tapial, que se combinan con el hierro y el cristal, con el aumento de los volúmenes y de la luminosidad.
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