Galaroza pisa el acelerador
La décimo cuarta edición de la Concentración Motera Cachonera bate todos los récordsl popular A la cita acudieron aficionados al motor procedentes de toda la geografía ibérica, de todas las comunidades autónomas, además de Portugal.
Si hace catorce años le hubiesen dicho a Leandro Navarro Peña, presidente del Motoclub El Fogonazo, que la concentración motera que entonces ponían en marcha iba a llegar a ser el evento que es hoy, todos hubiesen dudado de esta positiva evolución. Hacia 1994 se reunían en el Pub de Julio doce o catorce personas que apostaron por organizar un encuentro de motos entre amigos, para lo cual fundaron una asociación y se pusieron manos a la obra. Pero, hoy, más de tres lustros después, nadie esperaba tanto de aquella idea.
La catorce edición de la Concentración Motera Cachonera ha batido todos los récords. Se ha convertido en un evento que trasciende las fronteras de Galaroza, afecta positivamente a toda la comarca y sus efectos no sólo se centran en el sector del deporte, sino que se extienden al turístico, al gastronómico o al paisajístico.
Esta localidad cuenta con 1.600 habitantes aproximadamente, una cifra menor que la de motos llegadas a sus calles en la concentración. Había más motos que cachoneros, lo cual habla a las claras de la dimensión del evento. En cuanto a personas, se puede estimar que los visitantes han quintuplicado esta cantidad. Gentes procedentes de toda la geografía ibérica, habiendo llegado máquinas procedentes de todas las Comunidades Autónomas, además de Portugal. Moteros de las Islas Baleares, de Ceuta, de Lleida o de Valencia, que han preferido venir a Huelva a pesar de celebrarse el Gran Premio de Cheste, componen un mosaico territorial variado que aporta experiencias diversas.
Poco a poco, la concentración ha dado entrada a componentes diversos que la enriquecen en gran medida. Los moteros han podido degustar las exquisiteces de la gastronomía serrana, han podido adquirir los frutos del otoño, especialmente las castañas de la Cooperativa Castañera Serrana, y han conocido iniciativas autóctonas interesantes. Y es que el número de puestos y expositores ha aumentado exponencialmente, no sólo dedicados a ropa o repuestos moteros, sino también para dar a conocer la agricultura ecológica de la sierra o las iniciativas de colectivos como Lieva, el Galaroza FS, la Universidad Rural Paulo Freire, la Asociación de Mujeres Los Jarritos o Sanicher.
A nivel turístico, la concentración cachonera empieza a ser considerada como una cita especial. Exceptuando macroeventos como la Feria del Jamón de Aracena o las Jornadas Medievales de Cortegana, son pocos los acontecimientos serranos que alcanzan un impacto comarcal de tanta enjundia. Los hoteles y casas rurales de Galaroza llevaban varias semanas con el cartel de no hay habitaciones disponibles. Sus bares y restaurantes se han visto desbordados por la afluencia de visitantes. Pero su incidencia positiva se ha dejado sentir en todo el sector turístico serrano, como lo prueba la presencia de muchos moteros en hoteles como el Hotel Rural Sierra Luz de Cortegana o Casa García en Almonaster, el lleno del camping de Fuenteheridos o la llegada de motos hasta lugares más alejados como Valdelarco.
Además, El Fogonazo llevó la ruta motera hasta Jabugo, El Repilado y Cortegana, donde recibió la hospitalidad del Club Motero de esta localidad. El colorido de la comitiva se mezcló con el amarillo dorado que reina en los campos serranos por estas fechas, configurando un arco iris aún más vistoso y bello.
El único dato negativo, según fuentes de la organización, ha sido la constatación de la incidencia de la crisis, ya que, aunque ha habido más motos y moteros que nunca, no se han llegado a cubrir todas las inscripciones previstas. En todo caso, el impacto económico en la zona es espectacular, como confirma satisfecho el Ayuntamiento de Galaroza, colaborador esencial de la concentración. El mismo orgullo muestran los vecinos y asociaciones del pueblo, que comprueban el prestigio que la localidad está alcanzando y devuelven a cambio alegría y hospitalidad.
Este balance que realiza el Motoclub El Fogonazo incluye el agradecimiento a todas las instituciones colaboradoras y concluye con la ilusión de mejorar, si cabe, para 2011 una de las actividades marcadas con brillantez en el calendario serrano.
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