Héctor Alterio regresa a los escenarios: "No sé hasta cuándo estaré, pero mientras viva, seguiré haciendo teatro"
El actor regresa a los escenarios a sus 94 años y lo hace en Huelva, con una íntima obra cargada de recuerdos en la que repasa los momentos que han marcado su vida
Héctor Alterio y su obra ‘Una pequeña historia’ protagonizan la cita cultural de la semana en Huelva
Hay una verdad universal no escrita sobre aquellos hitos que han logrado hacer historia y marcar una época. Y es que detrás de los más grandes, se esconde una sencillez tan arrolladora que es capaz de conquistar cualquier escenario y llegar a los corazones a ambos lados del Atlántico. Es la brillante sencillez que ha acompañado al actor argentino Héctor Alterio durante décadas en el teatro y que hace posible que aún hoy, a sus 94 años, sea amado, querido y admirado por un público con el que volverá a reencontrarse el próximo sábado en Huelva.
Alterio regresa a las tablas a lo grande con su obra Una pequeña historia, cuyo estreno absoluto tendrá lugar en el Gran Teatro de la capital onubense el 13 de abril (21:00 horas). Con esta vuelta a los espectáculo nos trae de regreso los recuerdos de estos años en la poesía, la música y la emoción.
-¿Cómo se siente antes del estreno?
-Algo inquieto, pero contento por otro lado. Una mezcla de ambas emociones. A ratos me tranquilizo y a ratos me pongo nervioso. Así estoy a las puertas del estreno, pero de cualquier manera, para mí es muy importante poder retomar lo que me gusta. Forma parte de mi profesión, de mi inquietud y esto es un material que estoy reteniendo en la memoria para poder transmitirlo a todos aquellos que me van a escuchar el sábado en el Gran Teatro. Tengo ganas de llegar a Huelva y ver de nuevo aquella ciudad tan hermosa que conocí hace años de vacaciones.
-¿Cuál diría que es la esencia de esta obra?
-Mi vida. Vivo de esto. Soy actor desde hace muchísimos años. Desde siempre. En septiembre de este año cumplo 95 años y todo esto lo voy llevando bien. Ando bien de salud. Tengo buenas relaciones, amistades y compromisos que cumplimento con alegría. Estaré un poco más cansado, a veces quizá deprimido, pero inmediatamente todo eso queda compensado con seguir dedicándome a lo que me gusta. No sé cuánto tiempo voy a durar. Nadie lo sabe. Desafortunadamente eso no se ha descubierto. Es el misterio del fin de las cosas. Eso sucederá de manera inevitable, pero mientras tanto, aquí estoy, hablando con este periódico con total alegría y así iré adelante hasta el final. Ahora con esta propuesta interesantísima que me trae de nuevo a los escenarios, que es lo que sé hacer o, al menos, conozco. No sé hasta cuándo estaré, pero mientras viva, seguiré haciendo teatro.
-¿Qué balance hace de su vida?
-Yo me quedaría con algo tan sencillo como que he respetado y me han respetado. Quiero y me quieren. Ha sido y es un intercambio de amor y respeto. No me meto donde no me llaman y todo ello a estas alturas lo hago ya de manera mecánica porque está dentro de mí de manera intrínseca desde hace mucho tiempo. Quizá ahora estoy pensando más cómo reaccionar frente a una situación que se me va presentando, pero más allá de eso, mi vida no ha cambiado. Sigo manteniendo el interés por algunas cosas y pierdo un poco el interés por otras, pero no afecta para nada a mi día a día. Con casi 95 años uno tiene que ser muy cuidadoso y no hacer cosas que le puedan perjudicar. Yo quiero estar tranquilo y eso trato tanto en mi trabajo como en mi relación con la gente. Quiero respetar porque quiero que me respeten.
-¿Se siente querido por la gente?
-Sí. Eso para mí es un placer que no sé cómo hacer para describir. Es realmente un bálsamo que yo siento porque me hace mucho bien. Porque como yo sigo respetando, a mí me respetan. Y ya. Nada más.
-¿Qué quiere despertar en el espectador con su obra?
-Que se entretenga, que no pierda el tiempo, que no se aburra, que no se fastidie. Ese es mi interés fundamental. Estoy trabajando sobre los textos bajo la dirección de mi mujer y todo esto es realmente una fiesta para mí. Sigo trabajando, corrigiendo, ensayando y con eso veremos qué pasa cuando se estrene el sábado.
-¿Le gustaría que esta fuera su última obra o seguirá haciendo teatro?
-Si fuera la última significaría que ya no estoy. Me gusta estar trabajando todavía en lo único que sé: el teatro. Quiero hacerlo hasta el final. Yo quiero con esto tratar de mejorar y de llegar al público para que tengan ganas de ver otras cosas. En esto se basa mi actitud frente al trabajo, frente a la vida y frente a la gente que me rodea.
-No es fácil vivir de una pasión durante tantos años. ¿Cuál ha sido su secreto?
-No sé si tuve éxito. Lo que sí sé es que tuve satisfacciones. Son muchos años los que llevo haciendo este trabajo y siempre he intentado dar lo mejor de mí en cada función. Lo que sí tiene el teatro que hago y que amo es entretenimiento y que el público que se siente en la butaca disfrute. Me basta eso. Nada más. Con eso estuve haciendo teatro toda mi vida.
'Una pequeña historia' llega al Gran Teatro
El tándem Héctor Alterio y Ángela Bacaicoa, acompañado musicalmente por Juan Esteban Cuacci, se estrena en el Gran Teatro de Huelva el próximo 13 de abril con Una Pequeña Historia, la nueva obra de Pentación Espectáculos.
Sobre la base de Una pequeña historia, un viaje de ida y vuelta, Buenos Aires – Madrid – Buenos Aires, Héctor Alterio nos trae de regreso los recuerdos de estos años en la poesía, la música y la emoción.
Entre el amor y el humor, una noche de goce con todos los sentidos, de la mano del actor que sabe atravesarnos con su voz inigualable, y la sensibilidad de la música en manos de Juan Esteban Cuacci.
Una comunión/celebración sobre el escenario, con un inmenso Héctor Alterio en este regreso cargado de recuerdos y vivencias en los poemas de Cátulo Castillo y un portavoz de la justicia como León Felipe, entre otros.
Un espectáculo con dramaturgia de Ángela Bacaicoa, la compañera de vida de Alterio, que relata cómo Héctor con cuarenta años, en 1974, se vino a España para presentar la película La Tregua y cuando quiso volver, ya no había aviones de regreso para él.
Fue así como Madrid resultó ser su cárcel y su salvación.
En ese momento de su vida tuvo que acomodarse a otros escenarios y cambiar su acento, enfrentándose al dolor del exilio. Casi como un sostén en esos años, se dejó conmover por los poemas de León Felipe, que como él era un hombre de teatro y exiliado político. Se convirtió en un trovador, recorriendo el país, recitando estos versos del español que también hizo suyos.
En Una Pequeña Historia, Héctor recita tangos, la poesía en la que fue tallado desde niño, y va hilvanando la emoción de todos estos años entre León Felipe, Borges, Catulo Castillo, Piazzolla, Horacio Ferrer, Hamlet Lima Quintana y Eladia Blázquez.
Casi como un cómplice, en este viaje a la memoria, lo acompaña musicalmente Juan Esteban Cuacci desde el piano.
Una Pequeña Historia podrá disfrutarse en el Gran Teatro de Huelva el próximo 13 de abril.
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