Historia de la Avenida Pío XII (I)
Desde el siglo XVI, los terrenos de la actual avenida pertenecían Joseph de Mena, por lo que durante muchos años fueron conocidos como La Huerta de Mena l En 1943 pasaron a ser propiedad municipal
VAMOS a circular, lector amigo, si tu ánimo es curioso, en estas páginas por la historia de la Avenida Pío XII, vía llena de alegría y belleza. Uno de los orgullos de nuestra ciudad.
La huella de la Historia, de la musa Clío, nos enseña que desde el siglo XVI esta Avenida se situaba en lo que en 1512 eran terrenos de Joseph de Mena, de ahí que la extensa posesión se llamara durante cientos de años La Huerta de Mena. Así, por aquellos contornos pasaban los grandes carros con dos o tres mulos de reata, los jumentos de panza blanca y mirar dulcísimo, las chirriantes carretas arrastradas por bueyes y el ritmo campesino dominaba todo el contorno.
En los años finales del siglo XIX, Guillermo Sundheim adquirió una franja de terreno e instaló lo que el propio teutón denominó Huerta Amena.
En las primeras décadas del siglo XX, el diario La Provincia y Montero Escalera en su obra Un siglo en la historia de Huelva citan continuamente el merendero de Saturnino, muy frecuentado por las diversas capas sociales de la ciudad.
En aquellas fechas, los británicos de la Compañía de Riotinto compraron la finca Huerta de Mena, de 100 hectáreas de extensión, por una cantidad muy baja y comenzaron a explotarla como campo.
Sabemos, a través del Diario de Huelva del 6 de enero de 1909 que en esta fecha ya pertenecía a la Compañía británica:
"Una pareja de la Benemérita del Polvorín denunció ayer a José Ortiz Herrera por haberlo sorprendido con siete cabezas de ganado cabrío de su propiedad pastando sin autorización en un campo de viñedos denominado Huerta de Mena, propiedad de la Compañía de Río Tinto".
Aserto que queda confirmado en Diario de Huelva del 2 de febrero de 1918:
"Ayer al comenzar la tarea los obreros dependientes de Río Tinto que trabajan en la Huerta fueron notificados de que a partir de la fecha se aumentarán las horas de trabajo.
Los obreros decidieron visitar al gobernador para exponerle lo que ocurría, pues no consideraban justo que se aumentasen las horas de trabajo sin aumentar también el jornal.
Una numerosa comisión estuvo en el Gobierno Civil recibiéndola el señor Villa, el cual prometió interesarse a su favor".
Añadamos para que los amables lectores de la Historia Menuda no se queden con la incógnita que los británicos no accedieron a la subida de jornal.
Pasaron unas décadas y, en 1940, bajo el mandato del alcalde Joaquín González Barba nuestra ciudad tenía la imperiosa necesidad de extender su cinturón. Y viendo aquel gran alcalde que la Huerta de Mena y de la Esperanza eran ideales como modelos de urbanización moderna, previa consulta con el Ayuntamiento y con el Banco de Crédito Local, en la sesión municipal ordinaria del miércoles 31 de octubre de 1940, los munícipes acordaron sus expropiaciones que fueron comunicadas a la todopoderosa compañía londinense:
"Entre los acuerdos adoptados en el día de ayer merece destacarse el de la expropiación de los lugares conocidos por Huerta Mena y Huerta de la Esperanza, propiedad de la Compañía de Riotinto, después de exponer el alcalde los trámites legales que con este fin fueron iniciados en el pasado mes de junio…".
Los británicos estipularon el precio de ocho millones de pesetas por la finca, pero como esta propiedad la adquirió por una cantidad ínfima el señor González Barba en lugar de 8 millones le ofreció 800.000 pesetas, tasación que fue aceptada tras lentas y dificultosas negociaciones. Pero, en definitiva, en 1943 la Huerta de Mena pertenecía al Ayuntamiento y la expansión de la población estaba más cercana.
En marzo de 1951 la calle que historiamos estaba formada por casas diseminadas y atendía por el nombre de Avenida Tinto-Odiel.
Y en aquellas fechas, domingo 11 del citado mes y año, el mundo sindical huelvano le daba un homenaje a S. S. Pío XII, mientras el Papa dirigía a la una de la tarde un mensaje a los empresarios, técnicos y obreros onubenses.
El 9 de octubre de 1952 ya estaba el proyecto en marcha y, con él, desaparecerían algunos de los solares y casuchas que tanto desdecían a la zona:
"Se dio cuenta por el alcalde de la presentación con fecha de ayer por los arquitectos señores Sedano, Rodríguez, Cordero, Herrero y Anadón del proyecto de construcción de seiscientas viviendas en la Huerta de Mena, en terrenos cedidos por el Ayuntamiento, concediéndose la oportuna licencia municipal de construcción".
Eso sí, existía una bonita casa que su fachada principal daba a la avenida, la de Pedro Escalera, hombre de mucho prestigio en nuestra ciudad.
En la segunda mitad de la década de los años cincuenta comenzaron a elevarse los bloques de viviendas que irían dándole a la Avenida su fisonomía.
El nombre de Avenida Pío XII surgió en la Clausura del Curso de la Rama de Hombres de Acción Social, el domingo 24 de julo de 1955, cuando Francisco Vázquez Carrasco, presidente diocesano, lanzó, a través de unas admirables cuartillas, "la iniciativa de solicitar del Municipio la rotulación de una calle o plaza con el nombre de Pío XII en testimonio de gratitud hacia el Papa por haber encumbrado a esta provincia a la categoría de diócesis, bastante antes de estar vigentes los acuerdos del Concordato a este tenor…".
Hasta la fecha citada los dos ríos que abrazan a Huelva se unían estrechamente, dándole nombre a esta avenida. Se fundían mejor, en una sola emoción… Y es que el Tinto y el Odiel son uno de los capítulos mejores de la Huelva legendaria. Pero, en la sesión del domingo 17 de noviembre de 1956, los munícipes acordaban:
"Recogiendo el sentir de la ciudad expresado con motivo del homenaje universal a S. S. Pío XII felizmente reinante, se propuso se designase la actual avenida conocida por el nombre de Tinto-Odiel con el nombre del Santo Vicario de Cristo en la Tierra…".
Comenzando enero de 1958 la Avenida de Pío XII quedaba sumida en una total oscuridad por las noches, ya que no había luz eléctrica. En la sesión celebrada el 11 de enero del citado año se acordaba:
"Fue acordado presupuesto de alumbrado definitivo de la avenida de Pío XII, en la Barriada del Caudillo, por un importe de 39.998,80 pesetas, para su ejecución inmediata…".
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