Historia de las Colombinas
La exposición acerca al público las fiestas desde finales del siglo XIX con el IV Centenario del Descubrimiento y muestra celebraciones militares y actos musicales, religiosos y taurinos
Llega agosto y con él Las Colombinas, un evento lúdico cargado de color, luces, musicalidad y un trasfondo histórico que socava sus 125 años de historia. Es precisamente esta onomástica a la que rinde homenaje la sala multifunción del centro de interpretación Puerta del Atlántico, en la exposición 'La Historia de las Colombinas' donde, a través de diversos documentos, se hace un recorrido por la fiesta más señera de la provincia. La muestra está abierta al público desde el pasado día 28 y hasta el 5 de agosto, de 10 a 14 horas y de 5 a 9 de la noche.
Aunque sus orígenes se remontan a años anteriores, 1883 fue una de las fechas claves para esta festividad, cuando Guillermo Sundheim fue investido como presidente de la Sociedad Colombina de Huelva y centró los esfuerzos de este colectivo en impulsar y engrandecer las fiestas, tras años de intermitencia y escaso éxito. Desde entonces, trascendieron al ámbito local y se convirtieron en una referencia a nivel nacional, contando con la participación y el beneplácito del Gobierno y la monarquía, que se volcaron en la organización de los fastos con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América en 1892. "Brillantes fiestas en Huelva", así titulaban algunos periódicos de la época, como La Provincia, anunciando el programa de espectáculos y actividades y recogiendo el amplio despliegue llevado a cabo para ensalzar la figura de Huelva como punto de partida hacia el nuevo mundo. La duración de las celebraciones y actos conmemorativos se extendían desde agosto hasta octubre siguiendo protocolariamente la duración de la ruta colombina seguida por la expedición. Durante esos días se organizaron concursos de bandas musicales, veladas literarias con la presencia de José Zorrilla, una fiesta veneciana, carreras de velocípedos, antepasado de las actuales bicicletas, todo ello ambientado en el siglo XV con clarines y timbales. El arquitecto Velázquez Bosco fue el encargado de inmortalizar, en el Monolito de La Rábida, el IV Centenario del Descubrimiento homenajeando a la Junta Magna encargada de organizar el evento.
La exposición pone a disposición de los visitantes reliquias, muchas de ellas datadas en el siglo XIX, procedentes del archivo Municipal, del Fondo Diego Díaz Hierro y de donaciones de personas particulares que han querido sumarse a este recorrido histórico. Esta muestra de imágenes ya pudo visitarse en la anterior edición de las Colombinas en la caseta municipal y debido a la gran afluencia de curiosos e interesados en conocer los entresijos de esta festividad, el Ayuntamiento ha decidido dar una segunda oportunidad a los rezagados y a quienes quieran repetir esta excursión por el tiempo .
Uno de los paneles se dedica exclusivamente a una de las tradiciones que actualmente se ha perdido durante las Colombinas, como es la procesión de una cabalgata por las calles de la ciudad, en la que las carrozas estaban decoradas con motivos autóctonos de varios países latinoamericanos, como Bolivia, Costa Rica o Brasil, recordando las raíces multiculturales de la historia onubense. Otras de las protagonistas eran las agrupaciones de música, que se erigían como uno de los platos fuertes durante las fiestas y que llenaban de ritmo todo el recinto colombino.
El Congreso Internacional de Americanistas, banquetes en el círculo mercantil y agrícola, desfiles de tropas, misas de campaña, como la celebrada a finales del siglo XIX en la plaza de San Pedro, protagonizaban las páginas de la prensa cuya estructura se basaba en una división por secciones identificadas con un epígrafe, como 'La Crónica Local', o 'Cabos Sueltos, esta última recogía las declaraciones y testimonios de los personajes y cargos relevantes.
Una de las fotos recuerda el antiguo templete del embarcadero onubense que hoy ha desaparecido. Los motivos marítimos y portuarios eran otros de los referentes principales, debido a la gran actividad que experimentaba la ciudad en este sentido, especialmente se inmortalizaban las visitas de buques extranjeros como es el caso del crucero cubano, 'Patria'.
Las Colombinas poseen un nexo indisociable al albero, por ello uno de los apartados más prolíficos de carteles, programas y documentos conmemorativos es el taurino. En la exposición comparten vitrina figuras de principios del siglo XX como Miguel Báez Quintero, 'El Litri', Rafael González, 'Machaquito', junto con novilleros consagrados en la actualidad como 'El Fundi', Jesulín de Ubrique, 'El Cordobés' o 'El Juli'. "Cuatro toros de muerte" ese era el reclamo de un cartel taurino de 1902 donde el palco alto reservado a la las grandes personalidades de la élite social del momento tenía un precio de 85 pesetas. El cartel anuncia además que el impuesto de timbre, estipulado antiguamente para documentos legales y comerciales, tendría que ser desembolsado por el público.
El aniversario de la Plaza de Toros onubense, monopolizó gran parte de las celebraciones colombinas de 2002. Para informar a los visitantes, se imprimieron calendarios de actos donde se ponía en conocimiento sobre las exposiciones que tendrían lugar en las casetas, en las que se mostraban los bocetos del actual y antiguo templo taurino,
Los carteles dedicados a los toros son auténticas reliquias de coleccionismo para numerosos amantes de esta tradición, que solicitan habitualmente los documentos que informan sobre el espectáculo para añadirlos a su archivo personal. Españoles, italianos y franceses, pugnan por hacerse con alguna de las escasas reproducciones y la demanda se va ampliando cada año.
Folletos sobre identidad onubense, una revista iniciada en el 2000, panfletos breves explicando las claves y el origen de las fiestas… Todo ello puede observarse también en la exposición 'La Historia de las Colombinas', donde las fronteras temporales se diluyen y permeabilizan a través de las imágenes.
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