Historia del Puente-Sifón 'Santa Eulalia'
Historia menuda
Aquella diáfana mañana del 1 de enero de 1964, Huelva, con la creación de su Polo de Promoción Industrial, estaba dando un firme paso hacia el progreso. Pronto, los sonoros golpeteos del hierro como campanadas de un culto ciclópeo, se oirían con el fin de que se levantasen las consiguientes factorías. Y es que estaba convencida de que, al fin, por vez primera en su historia, se le daba en el concierto nacional la importancia a la que aspiraba desde hacía mucho tiempo.
Y poseía toda la razón del mundo. Sus condiciones naturales, su idóneo emplazamiento y los inagotables recursos que le brindaba la provincia se había tenido en cuenta. Pero, junto a estas alegrías, ilusiones y esperanzas por un porvenir risueño, había algo que inquietaba al onubense ponderado: ¿Estaba nuestra ciudad preparada para convertirse en la bella dama de la industria del Sur de España? En verdad que no lo estaba. Para conseguir alcanzar el Vellocino de Oro que la actividad industrial suponía, sería necesario pasar por encima de los cauces de nuestros históricos ríos, unir la zona de la Punta del Sebo con Palos de la Frontera, crear un nuevo puerto que reafirmara nuestra vocación marinera, sístole y diástole de nuestra naturaleza y de nuestra historia. Por último, necesitaba que un gran río artificial condujera las aguas desde nuestro Andévalo y, atravesando gran parte de la provincia, proveyese todo el líquido elemento que nuestra Industria necesitase.
Para lograr el acueducto, primeramente se pensó que las tuberías atravesasen el río apoyadas en su fondo. Pero, siendo éste cenagoso, la tarea sería complicada y a la larga acarrearía continuos problemas. "¿No sería mejor -apuntó Jacinto Pellón, ingeniero de la Empresa 'Dragados y Construcciones, SA'- que el acueducto viniese sobre la superficie del río que, como función secundaria llevase en su parte superior una losa o tablero que sirviera de piso a una carretera; la tubería, en vez de ir encima de dicha losa o tablero iría por debajo y así se hizo. La excelente idea fue aceptada con entusiasmo por todos los miembros de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (ente encargado de las obras del acueducto) y por los técnicos de la empresa adjudicataria de las obras (Dragados y Construcciones, SA).
Para que se llevara a cabo el Puente-Sifón, Huelva encontró en el Ministro de Obras Públicas, Federico Silva Muñoz, a un gran valedor que comprendió las necesidades urgentes que tenia nuestra provincia y la dotó a nuestro suelo de esa fuerza vital de obras que en breve plazo de tiempo cambió la fisonomía y las bases sociales y económicas de una Huelva apresurada a alcanzar las metas más elevadas.
El puente del Tinto, sí fue incluido en el proyecto denominado 'Cargadero de mineral y Muelle Petrolero en Torre Arenillas', -según nos informa M. Silván de la Corte, así como el puente sobre el estero 'Domingo Rubio'. Este proyecto fue redactado por la Junta de Obras del Puerto de Huelva, proyecto incluido en el Plan de Obras del Puerto de Huelva, y firmado por el ingeniero director Juan Gonzalo y Vara.
El día 19 de marzo de 1969, se personaba en nuestra ciudad un viejo amigo de Huelva, Federico Silva Muñoz, ministro de Obras Públicas.
Este notable político ya había venido en 1958 para celebrar una conferencia en la Universidad de La Rábida.
Pero sigamos con lo ocurrido ese 19 de marzo, día en el que su agenda era muy apretada: a las una y cuarto inauguró (aún cuando ya estaba prestando servicio con anterioridad) la traída de aguas desde el embalse del río Piedras a nuestra ciudad, es decir, el Puente-Sifón. Apenas media hora más tarde, procedió a la inauguración (así lo indica 'Odiel', aunque en aquellos instantes no estaban totalmente construidas) de las instalaciones pesqueras del puerto que fueron bendecidas por el Prelado de la Diócesis. Media hora más tarde, el ministro inauguró el puente del río Tinto (que también soporta tubería que suministra agua a todo el Polo) y, para terminar con una jornada gloriosa para nuestra ciudad, a continuación inauguró el muelle petrolero y las carreteras de acceso a nuestro Polo de Promoción Industrial.
La hidalga ciudad de Huelva le testimonió su gratitud al ministro imponiéndole el Ayuntamiento, dos meses más tarde, la Medalla de Oro de la Ciudad en un emotivo acto.
Este Puente-Sifón suministra agua a una población de 170.000 habitantes: abastece a Huelva capital, Palos de la Frontera, Moguer y San Juan del Puerto, así como a las actividades industriales del futuro Polo de Desarrollo y a las agrupaciones de regantes de Palos y las comunidades de regantes de Valdemaría y del Fresno. Además, en períodos de sequía se abastece la comarca de la cuenca minera, y, en ocasiones, parcialmente Ceuta y Cádiz, mediante barcos que dependen de este acueducto.
El presupuesto para estas obras inicialmente ascendía a cuatrocientos millones de pesetas. A posteriori, esta cantidad se incrementó considerablemente al modificarse los planos aprobados en sus primeros momentos.
El Puente-Sifón 'Santa Eulalia' forma un conjunto arquitectónico que festonean eficaces barandales de línea extensa, con severo estilo.
El día 7 de marzo de 1971, Joaquín Sánchez Valverde, presidente de la Audiencia de Badajoz, hombre muy vinculado a nuestra ciudad, solicitó que se le diese al puente el nombre de Santa Eulalia, como un detalle más de unión entre Huelva (al ser la santa de Mérida copatrona de Almonaster la Real) y Extremadura. A mediados de octubre de ese mismo año, el presidente de la Diputación, cuyo solar nativo no estaba muy lejano al Santuario serrano y el alcalde de la capital que era un buen 'santolayero', acogieron la solicitud. En adelante se llamaría 'Puente-Sifón de Santa Eulalia'. Ni que decir tiene que la noticia causó un júbilo indescriptible en la bella Almonaster.
Este puente, dependiente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, ha dado un óptimo resultado a la ciudad de Huelva.
En los primeros meses de 1978, la entrada y salida del puente de Santa Eulalia recibió, tras muchas críticas, el necesario replanteo y nivelación de sus accesos, que tanto perjudicaban a los automovilistas foráneos, que ajenos a la existencia de los tremendos badenes se daban de cabeza en el techo de sus respectivos automóviles.
A partir de 1993, con la inauguración del segundo puente, este puente-acueducto pasó a un segundo plano.
En junio de 1999, el puente-sifón quedó fuera de servicio, ya que una de las pilas se estaba asentando de forma alarmante, esto es, estaba bajando de nivel y era preciso acometer una actuación de urgencia, con objeto de realizar una nueva cimentación. En octubre de ese mismo año, ya estaba reparada la cimentación y prestando servicio.
En septiembre de 1906, el Puente-Sifón fue embestido por el buque Clipper Point, poco antes de su botadura en Astilleros de Huelva, sufriendo la construcción un serio revés.
El Puente-Sifón sigue manteniendo su protagonismo. Así, el diario Huelva Información comunicaba a sus lectores el jueves 7 de septiembre de 2006: "Obras en el puente Sifón provocan el caos en plena hora punta…".
La Junta de Andalucía instaló, el 20 de febrero de 2007, un panel digital para que los usuarios tuvieran información instantánea sobre la densidad del tráfico del Puente del Tinto, las incidencias y la recomendación u obligatoriedad de utilizar como alternativa el Puente-Sifón que historiamos.
En los últimos años el puente-sifón hace más fluido el regreso a nuestra ciudad desde las playas y es lugar donde se acercan esforzados aficionados de la caña a pescar ilusiones.
1 Comentario