Tribuna Económica
Carmen Pérez
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EN los años iniciales de la década de los cincuenta del siglo pasado el espíritu huelvano olfateaba, contento, que se acercaban grandes días de prosperidad para Huelva.
Las Actas Capitulares que se conservan en el Archivo Municipal y el diario Odiel revelan bien a las claras que aquella Huelva extendía sus tentáculos hacia lo que en tiempos lejanos habían sido los extramuros. Así, en las citadas Actas del 9 de octubre de 1952 se hablaba de que la capital se había desparramado por el otrora Huerto de Mena y el Ayuntamiento, decidido a no tener que ruborizarse de un modo pleno, trataba de darle al nuevo barrio un mercado y un colegio:
"Se dio cuenta por el alcalde de la presentación con fecha de ayer por los arquitectos señores Sedano, Rodríguez Cordero, Herrero y Anadón de proyecto de construcción de 600 viviendas en la Huerta de Mena, en terrenos cedidos por el Ayuntamiento concediéndose licencia municipal de construcción.
Al propio tiempo manifestó el alcalde que en el mes de noviembre serán presentados los proyectos de construcción de Mercado y Grupo Escolar en dicho lugar".
En el Perfil del día del 31 de julio de 1953, se decía:
"Están ya trazadas las anchas vías que unirá a la moderna barriada con el casco viejo de la población y comenzados los trabajos para la construcción de los grandes grupos de viviendas con mercado propio, grupo escolar y campo de deportes, que muy pronto dará una fisonomía de gran urbe a la entrada de Huelva".
Por fin, en el Boletín Oficial del Estado número 114, de fecha 10 de noviembre de 1953, se insertaba un anuncio del Instituto Nacional de la Vivienda sobre subasta-concurso de las obras de construcción de Mercado para grupo de Viviendas protegidas en Huelva.
El presupuesto de la contrata ascendía a la cantidad de 3.765.333, 75 pesetas, aunque al final el coste fue superior a los cuatro millones de pesetas.
Durante la aprobación e inicios de las obras que darían paso al Mercado de San Sebastián, regentaba el destino de nuestra ciudad el alcalde Rafael Lozano Cuerda.
Tras unos años de lentitud en las obras, en poco menos de veinte meses y bajo la incansable dirección del arquitecto José M. Morales Lupiáñez se resolvió el problema del abastecimiento de una extensa y muy habitada demarcación que comprendía las siguientes zonas: la Barriada llamada del Caudillo, la Isla Chica, Viaplana, Barrio Obrero, Barriada de Jesús, Grupo de Nuestra Señora de la Cinta y Martín Alonso Pinzón.
A unos metros de las populosas Avenidas de Pío XII y Alcalde Federico Molina y limítrofe con el Polideportivo Andrés Estrada y el Colegio San Fernando, en julio de 1957 estaba casi terminado el magnífico edificio destinado a mercado, construido por el Instituto Nacional de la Vivienda como complemento del Plan de Vivienda de la Barriada de la Huerta de Mena que había sido edificada por el mismo organismo y que seria amortizado por el Ayuntamiento en el plazo de cincuenta años. Pero, precisemos más en su lindero: al Norte, limitada con la calle Teniente de Navío Celestino Díaz Hernández; al Sur, con la calle García Alonso; al Este con la de Ismael Serrano y, al Oeste, con la vía de Joaquín de la Torre Lebourg.
En la sesión municipal del 2 de agosto de 1957, se aprobó, mediante subasta, la concesión de los puestos de aquel que en la primera fase de su historia tomaría el nombre de Mercado del Caudillo.
Un mes más tarde, el 9 de octubre, el Excelentísimo Ayuntamiento de Huelva insertaba en la prensa local un anuncio a través del cual sacaba a subasta por el procedimiento de puja a la llana la concesión "de los puestos del Mercado de la Barriada Caudillo de España".
Conozcamos, a través del diario Odiel de la indicada fecha, las cantidades que se abonaron por cada uno de los puestos:
"… Accesoria exterior para bar, 5.000 pesetas.
Accesoria exterior para locería, 5.000 pesetas.
Puestos pared, números del 1 al 6 inclusive, para chacinas, 3.000 ptas.
7 y 8 para aves, 3.000 ptas.
9 y 10 para lechería, 3.000 ptas.
11 y 12 para aceitunas, 3.000 ptas.
13, 22 y 28 para carne congelada, 4.000 ptas.
14, 21 y 27 para despojos, 3.000 ptas.
15, 16, 17, 18, 19, 20, 24, 25, 25 y 26 para carnes, 3.000 ptas.
29, 30 y 31 para refinos, 3.000 ptas.
32, 33 y 34 para huevos, 3.000 ptas.
35 y 36 para panaderías, 4.000 ptas.
37 al 40 inclusive para comestibles, 4.000 ptas.
41 al 56 inclusiva para pescados, 2.000 ptas.
Puestos centrales del 1 al 64, en bloques de dos para frutas, verduras y hortalizas: Bloques de esquinas, 3.000 ptas. Bloque centrales, 1.500 ptas.
Para tomar parte en la subasta deberá constituirse previamente en la Caja de Recaudación de la Administración de Rentas y Exacciones Municipales, una cantidad igual al 50% del tipo de subasta de los diferentes puestos.
La subasta se celebrará en el local de dicho mercado el próximo día 15 y hora de las diez de la mañana.
El pliego de condiciones estará expuesto al público en el Negociado de Abastos de este Excmo. Ayuntamiento, de 11 a 13 horas, para su estudio por los interesados. Huelva, 7 de octubre de 1957. El alcalde. El secretario…".
Estos puestos, tal como podemos advertir en la sesión municipal del 20 de octubre de 1972, pasaban de padres a hijos u otros familiares:
"Acceder de conformidad con lo solicitado por don Juan Domínguez Rodríguez, el cambio de titularidad de un puesto para la venta de frutas y hortalizas en el Mercado de la Barriada del Carmen, a nombre de su hija, doña Rosa Domínguez Orta".
El día 23 de octubre de 1957 -informaba Odiel- "La obra está ya totalmente terminada, faltando únicamente por instalar un montacarga, cuyo montaje se está efectuando actualmente.
Otra de las mejoras con que cuenta este nuevo mercado, es la instalación de cámaras frigoríficas, de gran capacidad para el almacenamiento y conservación de los artículos en las más perfectas condiciones higiénicas".
Viendo el edificio cualquier ciudadano onubense advertía que era la vida de su ciudad la que corría, y coincidía que los pueblos rezagados, andando el tiempo, tenían que renovarse o morir.
Consta el mercado de dos plantas. En la alta fueron instalados dieciséis puestos para pescados, cuatro para comestibles y ocho para varios artículos, y en la baja, sesenta y cuatro para verduras, dieciséis para carnes y despojos, seis de chacinas y otros seis de varios. Las dependencias de que consta para los distintos servicios eran y son: Sanitario, arbitrios, policía y delegado de mercado.
Este edificio cuadrangular, ocupa una superficie de 1.318,80 metros cuadrados y fue construido con ladrillo y hormigón armado; cubierta de ladrillo fino prensado sobre placas de hormigón. La superficie total edificable es de 2.384,80 metros cuadrados.
Desde el punto de vista artístico, la fachada del Mercado de San Sebastián es modesta, humilde, pero atrae y seduce con el encanto de esas aparentes insignificancias, poseedoras sin embargo de algo muy bello, que mostrándose a todos, no todo lo perciben a pesar de su visualidad completa.
El interior del mercado que nos ocupa, se encuentra perfectamente realizado para el fin destinado. Francisco Montero Escalera, periodista onubense, decía con su pluma galana en el diario Odiel el sábado 8 de febrero de 1958:
"… La elevada altura de la techumbre, consta de dos plantas, le permite una renovación de aire capaz de mantener un constante ambiente sano sin olores de fermentación alguna filtrándose por sus claraboyas y ventanales una grata luz que llega hasta el último rincón…".
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